Decadencia acelerada
Hoy me levanto con mal tono, como si ya sospechara lo que me iba a encontrar en la prensa. Efectivamente, no sospechaba en vano, es incluso peor.
Me entero que la vicepresidenta del gobierno ha ido a charlar con Puigdemont, el golpista fugado, para acordar qué precio va a pedir éste para apoyar la investidura a Sánchez. Aparte del precio, que parece que sabremos hoy, el hecho concreto asombroso es que la vice de un gobierno español vaya a negociar con un fugado que dio un golpe de estado.
Parece que como fracasó entonces (2017), ahora se lo van a permitir para que con el apoyo del gobierno, y saltándose la constitución y la leyes que queden en pie - las que no haya derribado Sánchez preparando este momento -, será un gol por la escuadra a España. Bueno, bueno, perdón, son más goles, porque detrás están jaleando la jugada los Batasunos, y el PNV (desesperado porque los Batasunos le están robando su poder en “su nación”), que esperan lo mismo que los independentistas catalanes.
Lo que añade un tinte sombrío a este tren que se nos viene encima, veo signos de stalinismo en la declaración de los capitanes de “La Roja”, aparentando que juran los Principios Fundamentales del Movimiento, en un intento baldío se que todo siga igual sin Rubiales, al que niegan las veces que haga falta como san Pedro a Cristo. Ya digo, como los procesos purgatorios de Stalin de los años treinta, donde confesabas, bajo tortura, TODO (lo que te mandaran), para luego ser liquidado.
En fin, pobres, no saben que esa marca, “La Roja”, está a punto de desaparecer y no se sabe qué quedarán de ella tras el turbión, el tren ese de arriba que se nos viene encima. Están sentenciados y no lo saben.
Me entero, también, que se empieza a llevar entre las chicas bragas sin otra cobertura, concretamente una piba que sea ha presentado así en el festival de cine de Venecia. No tengo nada contra ella, lo malo es que me imagino las calles cuando se extienda esa moda, porque la verdad, la gente viste cada vez peor, y algunos no tienen “estructura” para vestirse sólo de bragas. En fin.
Y los españoles, ¿es que no perciben nada lo es da igual? No lo sé. España es un país de grandes explosiones, pero no sé.
5 comentarios:
Ánimo, hay motivos para el optimismo.
Viene una gran crisis (OTRA GRAN crisis más...) que se llevará por delante a este Gobierno.
En cualquier caso, y con todos los respetos, ¿es que esperas una gran reacción de la sociedad española? En el sentido que tú esperas NO se dará. Recuerda el resultado de las elecciones de hace nada (1 millón más de votos para el PSOE).
Yo sólo espero una cosa; desintegración TOTAL de España y NUEVO Estado unitario centralizado de lo que quede (neocastilla o como cojones lo llamen). Si rompemos el país romperlo en condiciones, no "ligados" a catalanes y/o vascos con acuerdos de reciprocidad ni nada por el estilo.
Lo compro.
La izquierda y los nacionalistas están cerrando el capítulo que abrieron en 1934. Ha pasado un montón de tiempo y las cosas han cambiado: entonces España tenía un ejército (muy pobretón, pero un ejército) y Europa estaba hecha unos zorros. Hoy no hay ningún ejército digno de ese nombre y Europa puede y se va a permitir el lujo de pasar olímpicamente de nosotros si tan empeñados estamos en suicidarnos. Algo rascarán también ellos.
Totalmente de acuerdo, Anónimo. Totalmente
Miguel, por supuesto que no espero nada del pueblo español. Lo que pepienso es que cuando el péndulo va hacia un lado, tarde o temprano cae hacia al otro. Y lo que se ve en la historia de España es que hay grandes explosiones. Al menos desde que cayó el absolutismo y no a invadieron los franceses.
La primera explosión fue benéfica, porque expulsó al invasor. Las otras lo dudo.
Publicar un comentario