Francia se derrumba poco a poco. Los signos son claros: antes del verano fue la crisis de su cadena de centrales nucleares, orgullo de la nación no hace mucho. Otro signo digno de resaltar fue las incesantes huelgas y manifestaciones que el presidente actual, Macron, no ha sabido frenar, por total impotencia. La gran nación se ha visto erosionada por tener que cancelar varias visitas de mandatarios foráneos ante el posiblemente riesgo físico que corrían.
Ahora, nos informa el artículo citado que Francia, en un goteo constante, está perdiendo uno a uno sus países africanos, antiguas colonias, hasta hoy
amigos de gran influencia francesa y proveedores de materias primas importantes, como el uranio.
“La primera señal de alarma sonó en Mali en agosto de 2020. Los militares tomaron el poder y exigieron la salida de las tropas francesas por su fracaso a la hora de contener la amenaza terrorista islamista.Sin ni siquiera esperar a la salida de las tropas francesas, el nuevo gobierno militar pidió a Putin que desplegara a los mercenarios del Grupo Wagner.Tras Mali vinieron otros golpes de Estado en el África occidental: Chad, Guinea, Burkina Faso, Níger y Gabón, el último país en sumarse a la lista de golpes militares.Las imágenes de los manifestantes favorables al golpe militar en Níger quemando banderas francesas y mostrando con ostentosa alegría las banderas rusas es el resumen perfecto del desmoronamiento del imperio neocolonial francés construido durante la Guerra Fría tras la autodeterminación e independencia de sus antiguas colonias africanas.”
No es sólo Francia que cae. Somos todos, unos enredados a los demás en la UE sin que podamos ayudarnos, o al menos no se ve. Por el contrario, lo que se ve es cada uno ensimismado en su yo, hundiéndose.
Es la UE, por lo tanto, que está en un riesgo evidente si sus dos pilares fundadores, Alemania y Francia, dan tales muestras de enfermedad.
Los españoles no debemos esperar, en nuestra aflicción, ayuda de la UE. Primero porque los países antaño fuertes - y no sólo los influyentes -, están haciendo movimientos des desmarques evidentes, a los que la UE se manifiesta sin fuerzas para meterlos en vereda. Hungría por ejemplo, Polonia por ejemplo, UPyD Francia, y la propia Alemania, tomando sin consultar decisiones de Política exterior no consensuada: Macron yendo a Pekín para establecer relaciones especiales, Alemania entregándose al gas de Rusia.
En todo caso, ¿no es abismal la diferencia entre la orgullosa UE de los ochenta y la de ahora?
Todo esto nos afecta, y nos marca un futuro nada apetecible. Para empezar, Europa no va a mover una ceja con el golpe de estado permanente de Sánchez (no digo PSOE porque quiero pensar que en su seno hay todavía gente decente) y sus secuela, con una posible ruptura traumática de España.
Es lo que hay.
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