"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 3 de febrero de 2024

Por qué soy conservador

Soy conservador porque en el alma del hombre existen fuerzas destructivas que, cuando se apoderan del escenario, se llevan todo a su paso. El juego escénico de las ideologías no son más que máscaras que ocultan pasiones altamente destructivas. No hay más que saber un poco de historia, siquiera cronológica, para saber lo que digo. Lo único que frena un poco - y sólo a veces -, este espíritu de destrucción, es el pausado y errático avance de la civilización. ¿La cultura? Los nazis escuchaban a Shubert después de organizar la Solución Final. 

Pero, como decía Josep Pla, ¡cuán débil es la civilización! En momentos críticos pierde la batalla y no hay garantías de que gane la guerra. Millones de muertos yacen bajo la aparente civilización. 

Ningún partido ni institución tiene la clave de la verdad: tarde o temprano son cáscaras vacías. Las guerras se presenta arrasadoras pese a que nadie las quiere. Ángels, en su “Gran Ilusión”, profetizó que no estallaría la Primera Gran Guerra porque nadie estaría tan loco para poner en juego el gran bienestar alcanzado. Falló. Luego vino la Segunda. Ambas se consideraron guerras que acabarían con todas las guerras. La razón apenas llega a los umbrales de este sino.

Sí, soy conservador porque soy escéptico sobre la naturaleza humana. Tendrá una chispa divina, pero en medio de otras cosas letales. Por cierto, san Agustín fue uno de los primeros en vislumbrar esto. Bueno, eso sí, después de los griegos.

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