"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 23 de mayo de 2024

El signo de los tiempos

El evento Milei contra Sánchez y viceversa, es una representación de bajo nivel de ciclos históricos menores que flotan sobre el lecho profundo de la historia. Según Shakespeare, la Historia no es más que un relato sin sentido lleno de ruido y furia. Yo humildemente le sigo: la historia no tienes sentido, ni holístico ni racional, y menos certeza de tipo científico. El único sentido de la historia es el Olvido y la Mentira. De eso se encargan principalmente los historiadores; no de escribir la historia, sino de reescribirla incesantemente, en beneficio de los hunos o los hotros, como decía Unamuno sobre la Guerra Civil. 
De ese Ruido y Furia , no se sabe cómo, se destila, incontrolablemente, los mitos y leyendas que van configurando la conciencia de los hombres y las sociedades.  Esos sí que tienen poder determinante, aunque ciego.
Una versión menos negativa, al menos en apariencia, es que la historia es una cadena informe de consecuencias indeseadas de acontecimientos que tuvieron lugar décadas atrás, y cuyo análisis es imposible porque sus mitos, en los que han cristalizado, impiden ver con claridad la cadena de causas y efectos reales que nos ha traído hasta el presente. 
Solo podemos conjeturar con los factores del pasado que nos son cercanos. Y si retrocedemos unas décadas, ves un posible nexo entre la apoteosis opulenta de la sociedad del bienestar, con su nivel de consumo y sus disponibilidad más alto de la historia, con un nivel nunca visto de de empleo y atención a los más débiles. 
Esto ha sido fruto de unos valores surgidos de la segunda guerra mundial, compartidos de manera convergente en los países occidentales - incluyendo las potencias que perdieron la guerra -, que se unieron en torno a la primera potencia ganadora. Esta, gustosamente, se encargó y acarreó el coste de la Seguridad de todos, teniendo desplegado su ejército en todos los países aliados, frenando la supuesta agresividad del poder de enfrente, la Rusia soviética. Es verdad que de palabra dicha potencia amenazaba con expandir su victorioso comunismo, y los aliados lo creían (o quizás hacían como si lo creyeran). La verdad es que, con la inesperada caída del muro de Berlín, se pudo ver lo que había detrás de las bambalinas: miseria, hambre, ineficacia pandémica y un orden defensivo/ofensivo de cartón piedra, indigno del miedo que se había difundido en Occidente. Grandes discursos y olvidadas tesis doctorales nos convencieron del  “Fin de la Historia: se había terminado la guerra fría, se podía negociar para reducir el enorme gasto en armamento y dedicarlo a inversiones y bienestar civiles: y eso se hizo, y se ayudó a esos países paupérrimos a volver a inventarse desde la nada. 
Algunos, como Polonia, lo hicieron muy bien y otros, como Rusia, muy mal. No supo reconvertirse en sociedad próspera y pacífica y volvió a caer en la dictadura, el nacionalismo y la agresión militar.
Nosotros sí hicimos lo que parecía oportuno: prosperar gracias al “rédito de la paz”. Lo que debía haber resultado bien, pero se cometió el peor error que se podía hacer: dejar que China, bajo la máscara de su apertura económica falsa, se apropiara de los mercados mundiales y, con ese gran beneficio obtenido, financiar una potente ejército cuyo desnivel con el de EEUU va estrechándose rápidamente. 
Mientras Rusia invade Ucrania y amenaza con hacerlo con el resto de Europa, China se refuerza estratégicamente y, de momento, apoya a Rusia. Otros países como Iran están alienados en el frente anti occidental; en este escenario, inevitablemente, la economía pasa a segundo plano y se impone la estrategia - que puede acabar totalmente con la riqueza de las naciones y las naciones mismas -. 
Si, suenan tambores de guerra entre el desconcierto en unos países de médula ablandada por tantos años de bienestar casi sin obligaciones, salvo pagar impuestos cada día más elevados. Países sin fuelle ni conciencia de sociedad, de lo que debemos a los valores de nuestros abuelos, que trabajaban sin quejas y ahorraban para nosotros, su futuro. Un guturo amenazado por un presente turbio, banal, y decadente desde su demografía a su entrega pasiva al buenismo desarmante. 
La desorientación es tal que se propone, nada menos desde el Banco de España, reo arar la brecha poblacional trayendo 25 millones de inmigrantes que cubran las crecientes vacantes de los activos. ¿No es un disparate proponer la desaparición de España para salvar a España? 
Bueno, pues en este escenario desagradable, ¿que significa la pelea de machos entre Milei y Sánchez a ver quién escupe más alto, creando una seria crisis diplomática entre dos países de larga amistad? Pues eso: nada, ruido, furia - o mejor, ruidito, furibundez pueril -, fuera de tiempo y de historia, de los que se está desviando gravemente España y también Argentina, supongo.

8 comentarios:

Miguel E. dijo...

Todo viene del fin de la energía y materiales, que ya jamás serán baratos ni abundantes. Lea a Antonio a Turiel. La caída de la natalidad es mundial y está planificada claramente desde hace más de 50 años (Los límites del crecimiento del Club de Roma de 1972).

Por ejemplo, a día de hoy creo que Turquía tiene ya menos fecundidad que los Estados Unidos.

www.MiguelNavascues.com dijo...
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www.MiguelNavascues.com dijo...

La caída de la población mundial se traducirá en menor escasez de materias primas y caídas de sus precios.
Las materias primas no han sido escasas más que temporalmente, porque la subida de su precios ha incentivado siempre la investigación y la innovación
La caída de la población no es debida a occidente, es en todo el mundo - como tú dices, vean Turquía.
En otros tiempos las grandes civilizaciones se vinieron abajo empezando por la caída poblacional. Todas. Es el primero e infalible signo de decadencia, sin excepción.
Deberías leer a Julian Simon.

Miguel E. dijo...

Me lo apunto. Sin embargo, el mundo se queda sin energía. De ahí la obsesión por reducir población. Yo no he dicho que se deba a Occidente. Todos están involucrados. TODOS. Rusia, China, Japón y (ahora también) La India tienen tasas de fecundidad inferiores a las de reemplazo a día de hoy (La India está un poco por debajo, pero ya por debajo).

Más del 70% de la energía consumida en todo el mundo NO es electricidad, por lo que aunque toda la electricidad mundial fuese renovable y aunque lográsemos electrificar la economía en un 50% (que seguramente sería algo imposible por los materiales necesarios para ello) seguiría sin haber energía NO eléctrica sostenible.

Un ejemplo es el uranio, cuya producción está cayendo en todo el mundo.

Miguel E. dijo...
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Miguel E. dijo...

https://geeds.es/news/publicacion-cientifica-tasa-de-retorno-energetico-tre-dinamica-y-requerimientos-de-materiales-en-escenarios-de-transicion-global-a-las-energias-renovables/

Por si quieres echarle un ojo.

He leído sobre Julian Simon en wikipedia y su tesis es que a mayor población mejores ideas para conseguir recursos y aumentos en eficiencia. Ojalá tenga razón.

Yo creo que las élites creen que no tiene razón

www.MiguelNavascues.com dijo...
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