"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 31 de mayo de 2024

Notas al vuelo, propias y ajenas

“Lo que tenemos y lo que representamos son aspectos muy secundarios frente a lo que somos. Únicamente el estado de la conciencia es lo duradero y lo que tiene un efecto constante; todo lo demás sólo tiene una influencia pasajera.” (Schopenhauer)

Los hechos nos dañan o benefician según la forma en que los percibimos. La percepción, - o “representación” -, es muy diferente según la fase de la vida y de unas a otras personas. Tenemos naturaleza, pero también historia. Historia individual e historia colectiva. La historia individual se disipa con el tiempo, y la colectiva se desdibuja y emborrona. 

No controlamos los sucesos venideros. Solo podemos conjeturar y tener la esperanza de no errar demasiado. Nuestra naturaleza y el azar gobiernan nuestra vida. Por eso es fútil buscar algo que se supone nos dará la felicidad sin saber como nos va a afectar; las “plegarias atendidas” por los dioses pueden llegar a ser una maldición. 

De esto se infiere que “el conjunto no es la suma de las partes”. Lo que hacen los individuos, que son miles de millones, determinan el conjunto constantemente, pues todos estamos actuando e incidiendo sobre los demás con un resultado global necesariamente aleatorio. Aunque nadie dirige la orquesta, que aveces desafina y no consigue retomar la partitura. 

Los individuos pueden, a veces, rectificar sus decisiones al conocer lo que han hecho ellos y los demás, pero con una visión muy parcial, tardía e incierta; por su parte, los demás también corrigen sus decisiones en función de las de los demás sin constancia de que no se hayan alejado de sus objetivos, lo que puede suceder constantemente. Confiar en la razón como una medio poderoso de gobernar nuestra vida es una ilusión. 
Todo es un fluir impredecible. Podemos hacernos una idea de conjunto muy limitada y contrastarla con la historia. Pero, por lo que hemos dicho, ésta no es una ciencia certera, porque el pasado pasado es, y está constantemente reescrito. Y aunque así no fuera, el tiempo además cambia la certeza de esa idea, desgasta su débil eficacia y al final la anula. Lo único que sabemos con certeza es que el tiempo cambia todo y no sabemos hacia dónde más que muy relativamente. 

Estas notas dispersas nos abren la puerta a comentar la existencia de un ser superior que gobernaría, misteriosamente, el aparente desorden desafinado de la orquesta. Reconozcamos que es un un intento fútil demostrar la existencia de tal ser, tanto como lo contrario. El argumento de que si existiera no permitiría tanta maldad se puede anular pensando que ese Dios, precisamente, es el que ha diseñado que las cosas sean así. “Sus caminos son inescrutables”, dice una de sus iglesias. Es decir, siempre se puede dar la vuelta a cualquier juicio en favor o en contra, pues “su mundo, la Ciudad de Dios, no es el mundo de aquí”, en el que por cierto, debes pensar lo menos posible: debes aceptar que es un valle de lágrimas.
Cabe pensar en un dios que nos ha dado libre albedrío para que actuemos según nuestra conciencia (el Dios de los católicos), de tal manera que depende de nosotros la salvación, que es lo que debes pensar de forma prioritaria. El mundo, sus decepciones, dolor, pobreza, etc, deben de paliarse por “los que más tienen”. ¿cómo? Esto no se aclara bien, pero las fuentes primigenias hablan de “vende tus bienes, repártelos, y sígueme”. 
Pero renuncien a que se puede alcanzar un cierto paraíso en la tierra antes de la Parusía final. Todo lo contrario: para la segunda venid se predicen grandes males, hambre, pánico, los cuatros jinetes de Apocalipsis cabalgarán, sembrado infinito dolor. 
Deberíamos añadir la, para mí nefasta, doctrina franciscana de no poseer nada, comer de lo que te den en el camino… esto fomentó en Europa - en España en particular - el “abuso” de las órdenes mendicantes, verdadero factor de atraso al negar la importancia de la inventiva, el ingenio, la creatividad y su necesaria retribución. Otras religiones son más benignas con estas facultades; como el Judaísmo y el Luteralismo.
Es curioso que san Pablo hable de la importancia para el cristiano de trabajar (“el que no trabaje que no coma”) y de obedecer los decretos imperiales, mientras San Agustín predica lo mismo sobre el deber de obedecer las leyes terrenas pues el cristiano no debe de ocuparse del mundo. Entonces no se conocía la Democracia, pero sí la sociedad romana gobernada por leyes, aunque cierto que imperfecta.
Resumiendo, colijo que sean cuales sean tus creencias, has de contribuir a que la vida terrena sea lo menos mala posible, sobre todo para tus hijos: el hombre es el animal que más tiempo depende de sus padres hasta valerse por sí mismo. Y si las leyes son dictadas por unos representantes, elegidos democráticamente, leyes que protegen la libertad - sobre todo la “libertad negativa”1, como decía Isaía Berlín -, mejor y más instructiva, y no sólo materialmente, será la vida para cada una y el conjunto. 

1Libertad negativa es la que protege el entorno privado de cada individuo. La libertad positiva es la que defiende el derecho de cada uno a participar en la gobernación política, a cualquier nivel o segmento social. A 

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