"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 18 de junio de 2024

Occidente visto por Federico Rampini

Sí, estoy totalmente de acuerdo con Rampini (“El suicidio occidental”). Pero yo creo como Splenger (la decadencia de occidente, 1920) que no hay solución, que el mal de occidente no tiene cura. Primero, porque casi nadie lo ve. Entonces, todos creen que la solución es saltar por encima de la democracia y acudir a medidas urgentes, extremistas, que polarizan la opinión pública, pero que son falsas. Exactamente como en los años 20 de la postguerra de la WWI, que no casualmente trajo el comunismo cargado de muertos y los fascismos como reacción de la clase media acosada. Naturalmente no fueron la solución, porque sus gobiernos decidieron ir a la guerra como solución de sus conflictos internos, y la guerra fue apoteósica y letal. 

Sin embargo, de esa guerra salió una cosa buena: la entronización de la “democracia eficaz”, que EEUU exportó al resto del mundo. Especialmente eficaz en Europa, gracias al Plan Marshall americano, que se concedió con la condición de que los países europeos abrieran sus mercados a la libertad de comercio. Fue un gran impulso a cuyo rebufo se montó el teatrillo de la Comunidad Europea, que era una cosa muy decorativa pero que sin el apoyo de EEUU no hubiera cuajado. Apoyo que empezó con ingentes ayudas y la entrega de la defensa de Europa a EEUU, que impidió el conflicto que Rusia tenía in mente, que era expandirse por toda Europa. Cosa que, por cierto, están comenzando ahora con Ucrania, nuestro particular muro defensivo - también financiado en gran parte por EEUU - muro que, cuando caiga, dejará la vía expedita para la invasión de Europa por las potencias Rusia-China, aunque de momento no sabemos en qué orden de prelación.
 Yo sospecho que China se está preparando para la venganza de haber sido colonia de Occidente, lo que es falso pues las potencias coloniales del XIX no tenían mucho interés en ella. Japón sí que tenía planes para expandirse por China, cosa que intentó. Bombardeó Pearl Harbor porque EEUU le impedía su expansión asiática mediante bloqueos comerciales. Pearl Habor fue su gran error, pues metió a EEUU en la guerra. Como fue su gran error, el de Hitler, invadir Rusia. Ambas cosas hicieron muy feliz a Churcill, que en 1941 estaba resistiendo al límite de sus fuerzas los ataque aéreos nazis. Brindó con champán la invasión de Rusia por Hitler y de Pearl Harbor por Japón en 1941. La entrada de EEUU y URSS en la guerra salvó a Inglaterra de desaparecer o convertirse en colonia alemana, que le hubiera entregado a Hitler todas las ventajas del Imperio inglés sin los costes de tener que guardarlo. Ahí empezó la derrota ineludible de Hitler, que aún así costó 4 años y cientos de millones de muertos. 
La victoria aliada, en gran parte gracias a EEUU y los muertos que puso Stalin, remodeló el mundo; por primera vez se extendió la democracia en Europa, defendida por EEUU, mientras que las fuerzas del mal empezaban a incubar sus huevos a la sombra de la Guerra Fría de EEUU con URSS - que no fue tan fría en escenarios lejanos, coloniales, donde se libraban batallas en las que ambos frentes eran respaldados por ambas potencias. 
Los huevos exlosionaron, y los nuevos monstruos asomaron la cabeza (todos apoyados por URSS), como el islamismo, la guerra de liberación de las colonias africanas, de la India,… había un pacto no escrito en que las dos potencias no se enfrentarían directamente, que su apoyo a un bando sería no oficial. Bien, pero la URRS obtuvo importantes logros. En 1953 EEUU tuvo que aceptar una paz deshonrosa en Corea, con la partición del país en dos coreas, Corea del Norte siendo apoyada por China y URSS. En 1972 se tuvo que rendir en Vietnam, una guerra sucia con un bando comunista respaldado por la URSS, en terreno favorable a los nativos, en el que EEUU se mostró incapaz de de adaptarse. Fue una tragedia nacional, un desmoronamiento moral y una victoria para la ideología comunista que ya se empoderaba en el mundo. Entonces todos éramos antiamericanos, país que nos producía un rechazo antimperialista muy afianzado, pese a que EEUU entonces nunca  fue potencia invasora. 
En aquellos años de declive de la imagen de EEUU, pese a que le debíamos la Seguridad europea, empezó a surgir una serie de movimientos aparentemente inofensivos, en todo caso no manipulados por la propaganda soviética: los hippies, los pacifistas, los anticapitalistas, etc, que salvo en mayo del 68, en el que lograron poner de rodillas unos días a gobiernos europeos, no buscaron ni lograron un cambio radical de leyes e instituciones, empezaron a ganar influencia en la opinión pública occidental.
Lo llamaron la “revolución divertida”, pues fue como una fiesta juvenil sin tragedias, cuyo rescoldo no se apagó, y paso a paso vinieron hasta hoy en forma de una ideología llamada Woke, que no es una propuesta formal y articulada, sino un conjunto de consignas banales que, llevadas al extremo, han destrozado el basamento de la cultura occidental y, por ende, su civilización, que da signos inequívocos de decadencia, empezando por la declinante demográfica (como explica muy bien Rampini en su libro).
Y en eso estamos sin enterarnos: una decadencia innegable que China y Rusia vigilan y ponen en aprietos constantemente. La guerra de Ucrania es una pieza más de ese acoso no declarado de los valores de mañana, que no se sabe cuáles serán, pero desde luego nada democráticos. Si nos fijamos en la caída del gran imperio Romano, hubo al final, antes de hundirse, una hibridación de las instituciones imperiales con los nuevos valores cristianos, hasta que estos fuero la religión exclusiva. El Derecho romano y el cristianismo dieron el cemento de nuestra ahora agonizante civilización. Fue una combinación azarosa y muy provechosa: su fruto final fue la democracia liberal, algo menospreciado hoy en día. Así que no sabemos quiénes serán la la(s) potencia(s) imperantes, ni cómo nos tratarán a una Europa decadente, pero desde luego no será un trato democrático. EEUU podría encarnar la nueva Constantinopla, resto del imperio romano que resistió hasta 1453: mil años de prórroga. 
En todo caso, un mundo muy distinto al que solo los más jóvenes serían capaz de adaptarse…
En suma, no hay banderín de enganche para salvar Occidente. No está bien visto; sus valores que le estructuraban están de capa caída. Los jóvenes piden soluciones radicales, inmediatas, que no existen porque los problemas son complejos, de arreglo a largo plazo. Restablecer, por ejemplo, lo más básico de una sociedad libre y próspera, como era la nuestra hasta el fin del milenio anterior, exigiría empezar por suprimir gastos superfluos que no son considerados como tales: se consideran derechos inapelables. Por ejemplo, las pensiones y la sanidad en nuestros países están quebradas, y nuestros sucesores tendrán que hacerse cargo de la liquidación de la enorme deuda que los sostiene ahora, sin derecho a percibir nada. Además habría que reorientar, urgentemente, nuestra economía hacia la inversión productiva ¿No es esto un heraldo anunciador de una crisis profunda? Cuando no se quiere ver el verdadero estado de la cuestión, es fútil creer que las cosas se arreglarán. 
Si desde 1945 hasta 2000 se ha sostenido el estado de bienestar ha sido por el aumento de la población, de manera que los activos fueran mucho mayores que los pasivos. Desde hace más de 25 años eso quebró: los pasivos comprometidos fueran ampliando su distancia con los activos futuros, y hoy por hoy se salda con una deuda pública creciente; tendría que hacerse una profunda reforma de haberes y contribuciones para salvar la estabilidad financiera.
Dentro de esta historia nada delirante, al contrario, lo que ni se percibe es la manipulación de la opinión pública occidental, que en determinado momento se volvió radicalmente anti americana y, parcialmente, pro soviética. Como he dicho, EEUU fue considerado imperialista, cuando no tenía ningún país como colonia, mientras que de Rusia ni se decía que tenía su bita en los países del Pacto de Varsovia, los cuales demostraron lo que amaban el régimen comunista cuando se calló el muro de Berlín. 
Las nuevas generaciones de los sesenta en adelante acogieron con fiereza los mensajes antiamericanos y, que se convirtió en el imaginario colectivo el monstruo del Mal. Los poderes europeos no hicieron nada, porque le veían bien tener un pim pam pum, y de paso intentaban penetrar en el mercado URSS, el pobre totalmente esquilmado. Los súbditos del Este mostraron un apetito insaciable por productos icónicos US, como los pantalones vaqueros o el tabaco de Virginia, piezas de gran lujo que solo disfrutaban los prebostes del Partido. 
Algunos pocos occidentales tuvieron ocasión de ir a trabajar a esos países comunistas, y pese a ser convencidos comunistas, volvieron totalmente desengañados. Lo que contaban abrían los ojos a los escasos oidores, nada contentos con la verdad. 
En el Woke actual cabe todo: proislamismo, pronaturismo ecológico, ultrafeminismo-trans, anticientifismo, y muchos antis basados en creencias de cartón piedra que adornan nuestro destartalado escenario en el que clamamos nuestro descontento, nuestra lejana distancia con el paraíso perdido al que tendríamos derecho por haber nacido. No se han enterado de nuestro pegado original que, como decía Schopenhauer, dictamina que nuestra naturaleza no es perfecta ni perfectible salvo bajo la humildad y la ley. 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues si. Pero te discuto una cosa. No estamos a las puertas de una invasión rusa. Ya le gustaría a Putin pero precisamente la guerra de Ucrania ha demostrado sus limitaciones. Lleva dos años de guerra y ha conquistado un territorio equivalente a Portugal. Van a atacar ahora a la OTAN? Me parece muy improbable. Bastante harán los rusos si no siguen nuestro camino hacia el basurero de la historia, como dijo Trotsky. Se parecen demasiado a nosotros.

Miguel E. dijo...

Los valores imperantes si cae Europa son muy claros; los del Islam.

Ni comunismo ni doctrina woke.

El Islam acabará con Europa (con Estados Unidos no porque allí apenas tienen población musulmana).

En cualquier caso, la crisis medioambiental es muy grave y probablemente se nos lleve a todos por delante antes que nada...

www.MiguelNavascues.com dijo...

Bueno, yo no sé lo que dijo trosky, pero desde luego no creo que estamos iguales. Es verdad que Rusia es una ruina, pero está, de momento, apoyada por China. Y China puede ser la gran ganadora en esta confusión general.
Miguel, ya ni es el islam el principal enemigo. El islam es un peón involuntario de China, cuyo fin es desastibilizar, debilitar, a Occidente. Rusia le servirá mientras ponga los muertos. Esperará a que todos, unos y otros, se hayan debilitado lo suficiente. China tiene también problemas demográficos, pero es que, precisamente, esos problemas se resolverían haciéndose con el poder hegemónico.