"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 29 de septiembre de 2022

¿Tiene la culpa Lagarde? Error conceptual


Los problemas de hoy y el funesto panorama que adivinamos tienen sus raíces en una colosal crisis de liderazgo a todos los niveles. Nuestros dirigentes manifiestan una confusión desnortada desde hace décadas, y por eso Putin están ganando por goleada en su sueño húmedo de hundir a Europa y occidente.

Vayamos por partes. Es verdad que la Guerra de Ucrania ha disparado la inflación, pero es verdad también que nosotros nos pusimos la soga al cuello cuando nos centramos, todos, en unas consignas ecologistas que, aparte de ser “fake”, o de dudoso rigor, han jugueteado alegremente con lo posible y lo iluso. Eso nos ha llevado a una dependencia energética creciente, con el fin de sustituir la energía posible por una considerada limpia - que no lo es tanto, si nos atenemos a la opinión de muchos observadores y científicos. Además, no parece desprenderse resultados contundentes de las energías limpias. 

En el gráfico adjunto pueden ver que Europa, hasta el año 2000, producía más Gas Natural que Rusia. Al cabo de los años, tiramos la llave al mar, dejamos de producir nuestro propio gas y nos entregamos atados de pies y manos a las importaciones de Rusia, en nombre del santo equilibrio ecológico, como si la Globalización y el libre comercio iban a durar para siempre. No voy a entrar a analizar si es buena o mala la ideología de la Globalización y el Ecologismo, que durante los años dorados eran la única guía económica del Mundo occidental.
(Gráfico tomado de Bjon Lomborg)




Pero resulta que ese mundo era ficticio. El primero en darle la patada fue Trump, rompiendo las reglas comerciales de comercio libre sin proteccionismo arancelario. Luego fue la pandemia, de la que salimos más o menos airosamente, pero luego vino la Guerra de Putin, y nos despertamos de nuestro sueño pacifista y buenita para descubrir que la Geoestrategia existe, que desgraciadamente gobierna todo, incluidas las reglas económicas, que no suelen ser compatibles en algunos contextos.
Como dice Allister Head,

“Durante los últimos 25 años, y especialmente desde la crisis financiera, la economía mundial ha dado un giro desastroso por el que estamos a punto de pagar un precio espantoso. En uno de los errores intelectuales más graves desde el comunismo, muchas de las personas más inteligentes del mundo pensaron que habían descubierto el secreto de la prosperidad perpetua. Olvídese del trabajo duro, la gratificación diferida, abordar los páramos post industriales o ganarse el sustento creando, construyendo y exportando: había una manera más fácil.

“Alentados por los políticos, los bancos centrales mantuvieron las tasas de interés bajas, favorecieron a los prestatarios sobre los ahorradores, imprimieron dinero con abandono y generaron un auge artificial en los precios de la vivienda, las acciones de las empresas tecnológicas, las criptomonedas, los mercados de bonos, el arte y más. Este sucedáneo de "riqueza" estaba destinado a fomentar el gasto y la inversión, los ingresos fiscales financiarían un estado de bienestar generoso, las tasas bajas permitirían aumentar la deuda pública y no habría necesidad de conversaciones difíciles sobre el envejecimiento, la ciencia, los impuestos, la competitividad, los incentivos. o productividad.”

Nuestra Europa se ha despertado de este dulce ensueño, que nos embaucó con el dogma que existe una alternativa energética limpia y barata dispuesta a satisfacernos (como si fuera un maná del cielo), y ha caído en la peor pesadilla. El desastre se va adueñándose a pasos agigantados de nuestras vidas. 
A Putin no le importa la economía. Ha sido incapaz de incorporar su país a la modernidad; tiene una renta per capita mucho menor que la de España, como se ve a continuación.



Pero esto no parece quitarle el sueño  a Putin, no se da por aludido en temas tan prosaicos para él, pues no entran en sus sueños imperiales. 

¿Fue Angela Merkel quien decidió darle a Putin la llave que le permitía el chantaje al que nos somete, con la intención declarada de hundirnos? Puede, pero la responsabilidad es atribuible a todas las instituciones europeas, que fueren contagiadas por esa extraña religión sin Dios que es la teoría del calentamiento por culpa de la acción humana, y que ha llevado a Europa a tomar decisiones suicidas, como desprenderse de su progreso económico.
Porque ahora surgen las críticas contra Lagarde y el BCE, pero Lagarde está al frente de la institución monetaria, y solo tiene poder para gobernar la Demanda de La Zona Euro. Lagarde ha subido los tipos de interés, no mucho la verdad, pero es que venía de un error histórico de tipos de interés negativos, que robaron la solvencia de instituciones financieras como la banca. EEUU dijo entonces que no iba a jugar con tipos de interés negativos, pero no fue escuchado al otro lado del Atlántico. El BCE sí lo hizo, y la subida actual ha contraído bruscamente la demanda, de manera que muchos países están en recesión, incluso Alemania. 
Cierto es que Lagarde ha caído en contradicciones en su última conferencia de prensa (véase recuadro), pues ha dicho que la inflación era cosa del BCE y lo contrario: que es una inflación de materias primas inabordable pero que ella hace lo que tiene que hacer.
Bien, este es el daño a la Demanda, ¿pero, y la Oferta? La inflación surge de la Demanda que crece más que la Oferta, pero se puede remediar aumentando la segunda, aunque haya que reducir la primera. La Oferta sí que puede ser impulsada por el gobierno, y eso sería exigible a las instituciones europeas. Pero la reciente decisión de la Comisión, por boca de su presidenta Van der Leyer, ha sido decepcionante, por usar un eufemismo. Según su estrecha visión de la seudo economía que practica Europa, la crisis energética que nos ha proporcionado el desgobierno de los últimos años (reflejado en el primer gráfico) es una cuestión de contraer la Demanda energética. Nada de aumentar y diversificar la oferta, que sería la única solución duradera, no. Eso sería visto como un ataque al preciado embeleco que todos vivimos, agitar las conciencias dormidas; mejor apretarse el cinturón y decretar, al fin y a la postre, lo que es un racionamiento en toda regla, a la vez que se “topan” (se les pone límite, seguramente en función de la renta)los precios energéticos. Esto de ninguna manera es solución, pues si hay problemas de abastecimiento, no es más que el problema de poner en marcha de nuevo las antiguas fuentes  de energía, y de suspender, por un periodo, las restricciones a fuentes hoy “demonizadas”, como la energía nuclear y el carbón. ¿El carbón? Dio mío, que digo? Pues nada que sea extraño. En Alemania el lignito es la principal fuente energética, como se puede ver en el gráfico de Bjon Lomborg, el “ecologista escéptico”,




Si Alemania hace tal cosa, es para sospechar que las energías renovables no abundan. Ese es el resultado de la política de mercado de derechos de contaminación que tenemos mientras no avance la tecnología. Aparentamos consumir renovables pero es mentira, con unos precios más altos además que los de producción.

En suma, si quiere echar la culpa a alguien del invierno que nos espera, con energía racionada, deuda e inflación, que no señale sólo a Lagarde y al BCE. La causa viene de lejos, básicamente de un error de concepto que atraviesa toda la ineficiente estructura de la UE, que no ha pasado de ser una burocracia supra nacional; también hay que mirar a quien le dio el poder monopolístico a Putin, quien cercenó nuestra propia producción de gas, y quien gestiona los recursos de hoy mediante un expedito racionamiento, que vamos a pagar muy caro. Es verdad, Lagarde parece desorientada, pero no tiene muchas bazas en su mano para cumplir su mandato de  estabilidad de precios. La FED al menos tiene dos mandatos: estabilidad de precios y menor tasa de paro posible. Puede que Powell esté actuando demasiado duro. Pero es que él tiene una tasa de paro del 3,6%. De momento, nada que objetar.

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Bajar impuestos SÍ es de derechas

Ahora el PSOE, que teóricamente es un partido socialdemócrata - o al menos eso pretendía Felipe González cuando descolgó el marxismo de su Estatuto, por recomendación de sus padrinos EEUU y W. Brandt- quiere resucitar a Miguel Sebastián, quien inventó la frase “bajar impuestos es de izquierdas”. Una frase que produjo roces en el PSOE, y que al final no concluyó en nada práctico para la economía.
Todo esto viene a cuento de la marejada de derechas que se asoma en Europa, como Meloni en Italia, con la rotunda contraseña de bajar los impuestos social-comunistas que agarrotan a Europa. 
La socialdemocracia nunca, repito, nunca, podrá ser reformadora de impuestos que previamente han subido los gobiernos socialistas. Nunca porque es un oximoron, un contra dios, pues la social democracia lleva en sus genes que hay que hacer Justicia distributiva de rentas vía fiscal, subiendo impuestos a los “ricos” y aumentando el gasto, repito aumentando el gasto social, desde el consumo a la sanidad y la educación. 
En otras palabras, la socialdemocracia cree en el intervencionismo autoritario que dictamine lo que deben consumir las clases bajas, en consumo con en sanidad y educación, a ser posible ofertado por el el estado. Es decir, el socialdemócrata no se conforma con repartir el PIB, también busca dirigir y producir productos considerados de interés social. 
No cree en la oferta privada a la que el sujeto podría acudir con un bono del estado. Por ejemplo, los colegios podrían ser privados pero al alcance de todas las rentas, así como los hospitales, con lo que la oferta sería libre y más eficiente. Pero esto es lo que propugnaría un liberal, dejando que el eficiente  mercado produzca bienes y servicios productivos y que el ciudadano pueda elegir, subvencionado o no, su “cesta” de consumo, ídem para la cesta del “ahorro”. En suma, en este modelo, que podría llamarse social liberal, se respeta hasta cierto punto la libertad individual, la libertad de elegir. Si no me equivoco es lo que propugnaba Milton Friedman, conocido propagandista de derechas.
Es en el modelo que yo creo, pero depende del país y su cultura, su implantación será más o menos difícil. Es llamado en estos contornos modelo de derechas, pero a mí me da igual. Si tengo que ser de derechas, de derechas soy. 
Pero no fascista, porque el fascismo es casi tan intervencionista y dirigista que el socialismo  y el comunismo. Dejando de lado Este fracaso monumental e histórico al que le han nacido millones de nuevos adeptos, los otros dos ofrecen, al menos una sociedad viable, aunque la propia dinámica del socialdemócrata lleva inevitablemente a subir cada vez más la carga fiscal porque su impulso redistribuidor no es estable, avanza sin freno.
El otro, el liberal conservador, tiene un problema inverso, si su afán de bajar los impuestos no es correspondido por uno simétrico de bajar los gastos. Resultado: aumento de la deuda pública. Un ejemplo de esto es EEUU, paraíso fiscal para los impuestos, pero con gastos deficitarios (EEUU no quiere bajar determinados gastos, como los debidos a su primacía militar) que han disparado la deuda. 
Y esto es lo que me temo va a pasar en la Italia de Meloni. Y en España ante la batalla que hay entre CCAA y el gobierno para bajar impuestos sin bajar gastos. Con lo que el gobierno central tendría que ahorrar cada vez más, y recaudar para transferir a las CCAA más recursos, lo que es una locura que ningún gobierno va a ser capaz de cerrar, si no es por la violencia. 
¿Vamos hacia una España federal? En todo caso federal imperfecta, inestable, y de muy difícil de enmienda.

martes, 27 de septiembre de 2022

Economía en el mundo de hoy

Hay muchas clases y escuelas de economistas, pero aquí quiero distinguir entre los que arreglan cosas y los que las estropean. Hay más ejemplos de lo segundo que de lo primero, incluso entre los mejores.
Un ejemplo de lo primero es Mario Draghi, que llegó en 2012 a la presidencia del Banco Central Europeo, en plena crisis del euro, causada por su antecesor Trichet, que el plena recesión y con los mercados de uñas con el euro, puso en peligro la existencia de la moneda europea.
Para ello cometió el inmenso error de subir dos veces los tipos de interés, en 2011 y 2012, lo que hizo dudar a los mercados de la deuda de países más endeudados y subir el diferencial del interés de deuda de estos países - Italia, España, Portugal... - respecto a la deuda emitida por los países centrales - Alemania, Austria Dinamarca,... -. En la imagen se puede  ver como las subidas de los tipos del BCE hicieron dudar a los mercados de la solidez de la solvencia deudas mencionadas, y sus márgenes respecto a Alemania se elevó tendencialmemte.



Las barras verticales indican las fechas en que Trichet aumentó los tipos del BCE, lo que desató el aumento creciente del margen de interés a 10 años de Italia y España. Los especuladores no se hicieron de rogar, apostaron en contra de esas deudas bajo sospecha y contra el euro.
La prensa especializada, como el Economist y otros medios punteros daban por muerto el euro si no ocurría un milagro. 
Trichet dejó su mandato a Draghi, en 2012, quien en unas de sus primeras declaraciones dijo que el BCE haría lo necesario (“What ever it takes”) para salvar el euro, prometiendo que disponía de los medios suficientes para ello... y los medios fueron  lanzar el Quantitative Easing”(QE) que ya había puesto en práctica la FED de Bernanke: comprar en firme (sin pacto de recompra) y sin límite deuda pública, pagadas con dinero líquido que se ponía en circulación, porque el problema básico era la infinita demanda de liquidez por el público bajo pánico. Los bancos centrales hincharon su cartera de deuda pública, y aumentó la liquidez sin tasa.
El pánico causado por la crisis financiera de 2008, había hizo subir la  demanda de tenencias de liquidez y caer la Velocidad de circulación del mismo, que es lo que pasa cuando la gente piensa sólo en obtener líquidez como sea, vendiendo activos en masa y haciendo caer todo su los mercados de activos. Entre los activos ofertados en venta sin límite eran las deudas públicas de los países llamados del Club Med., mientras que la Deuda alemana Mantenía su valor. 
La crisis del 2008 fue bautizada como “The Great Recession”; no por unanimidad, pues hubo muchos que decían era una crisis similar a la del 1929, y que sólo gracias a que la FED habían aprendido la lección, en 2008 se pudo evitar una catástrofe similar, con contracción de los PIB, subidas del paro hasta más allá del 25%, y sobre todo deflación de precios del 30%, que lo enturbiaba todo. 2008 podría haber sido una nueva Depresión del tipo 1929, con consecuencias igual o más funestas.
No todas las escuelas económicas contemplan el problema de la demanda de liquidez y la correspondiente caída de la Velocidad de circulación, con el dinero desaparecido de los mercados y cero transacciones. 
No vamos a entrar aquí en un análisis comparativo entre escuelas. Baste decir que en 1929, la salvación vino por F. D. Roosevelt, que siguió los consejos de Keynes: sacó al dólar del patrón-oro, que estaba constriñendo la oferta de liquidez de la FED, devaluó drásticamente el dólar, más de un 60%, (absurdamente sobrevalorado), lo que inmediatamente relanzó la oferta de liquidez, volvió a subir la velocidad de circulación de ésta, y la actividad económica se puso de nuevo en marcha. 
En 2008, si no se llegó a esos extremos de envilecimiento, fue porque se había aprendido la lección de 1929. Afortunadamente, el Presidente de la FED en 2008, B. Bernanke, era un académico especializado en la depresión del 29, y aunque le costó romper con el escepticismo de su entorno, lanzó el QE y los mercados se estabilizaron. No hubo deflación, la economía se puso a crecer enseguida hasta que el PIB recuperó pronto, en unos meses, el nivel Máximo anterior, y siguió creciendo.
En Europa no se habían aprendido esa lección. Se siguió desdeñando lo que venía del otro lado del charco, Trichet, presidente del BCE, el primero (¿era economista realmente?). Draghi, que venía de trabajar en los mercados financieros de EEUU como dirigente de Goldman Sachs, había oido la copla y se había aprendido la música y la letra.
Hay que reconocer que Draghi tuvo las circunstancias a favor. La economía de la zona Euro estaba debilitada, y no había ningún riesgo de inflación. Por lo tanto, su política de expansión monetaria era lo más adecuado - aunque el BCE mantuvo su objetivo del Máxima inflación del 2% “pero un poco menos” -, pero la verdad es que la inflación estaba muy por debajo, y durante unos años vivimos un periodo de inflación cero o deflación. Pese a ello, fue muy criticado por los economistas de la derecha, que pronosticaban que acabaríamos con una hiperinflación como “Zimbabue”.
De 2008 hasta la Pandemia, vivimos un periodo en el que la maldición era la debilidad económica y la baja inflación, incluso deflación. El BCE y otros Bancos, como el de Suiza, redujeron su tipo de interés por debajo de cero. Volvieron a abrir las compuertas de la expansión del QE, reforzado con la pandemia, que había contraído las economías enormemente, hasta un 15% como se ve en la imagen.



Esto pedía una acción expansiva contundente de los bancos centrales, que se hizo con éxito, como también se ve en el gráfico. Ahora bien, comenzó a manifestarse una inflación de productos básicos, acelerada por la guerra de Ucrania y el boicot de Rusia a sus envíos a Europa de gas natural.
Los bancos centrales, desconcertados, primero dijeron que era un brote inflacionario efímero. Pero dicho brote se aceleró y tomó cuerpo en las expectativas del público, y los BC giraron su política radicalmente, subiendo los tipos de interés a corto y secando la operación de QE. Tuvieron que sacar los viejos manuales, y concienciarse de que el mandato de los BC era una moneda estable: había que erradicar como fuera el foco inflacionista. 



Deflación, y después virulenta inflación. Se empiezan a hacer comparativas con la crisis del petróleo de los setenta, de “stangflation” (Recesión e inflación), se recordó la grave recesión de Volcker, al frente de la FED, para bajar la inflación del 12% al 4%, que “costó” una tasa de paro inasumible... 
Este coste es asumido por Powell, presidente de la FED de hoy que busca sin condiciones bajar la inflación (pese al doble mandato de la FED: estabilidad de precios pero tasa de paro mínima. Powell ha subido el tipo de intervención hasta el 3%,pero el BCE no se ha atrevido a tanto. Solo ha llegado a poner su tipo de intervención en el 1,25%...



Un nivel un tanto ridículo teniendo en cuenta que la inflación ronda el 10%. Y es que Christine Lagarde (y su BCE) tienen un problema. En cuanto anunció que iba a dar prioridad a la inflación, el mercado le mandó un claro mensaje: el diferencial de riesgo de la deuda de algunos países, como Italia, empezaron a subir. Mensaje alarmante porque anunciaba una nueva crisis como la de 2012, la de Trichet. El BCE se reunió de urgencia en julio, y anunció un nuevo instrumento, el TPI, para cortar ese riesgo. El TPI, o “Instrumento anti fragmentación”, pretende impedir que aumenten los diferenciales de interés entre países miembros mediante la compra de la deuda de países con problemas de credibilidad, con el dinero obtenido por el BCE de la amortización de deudas vencidas de otros países y compradas en el pasado por el BCE en la época del QE, que ha dejado en su activo un volumen ingente de deudas de todos los países. ¿Funcionará contra las expectativas de los mercados? Cabe dudar que no sea un mensaje confuso, que se lea que para acabar con la inflación, a la vez hay que inyectar liquidez en varios países.
Lagarde parece estar sobre pasada por los hechos. Ha de recordarse que nada más llegar al cargo, hubo que sofocar un incendio causado por sus declaraciones de que “el BCE no estaba para salvar deudas con problemas”. Rectificó rápidamente, pero dio la señal sé estar atrapada en una trampa.  Sus últimas declaraciones, en la rueda de prensa de la última reunión del Consejo Ejecutivo, son contradictorias y dan la sensación de estar un poco por atrás de los acontecimientos. He aquí un ejemplo: (respuestas de Lagarde a las preguntas de los periodistas en negrita)

 
En diciembre decías que era poco probable que los tipos subieran este año. En junio decías que en julio subirían 25 puntos básicos, y subieron 50 puntos básicos. Y ahora hay que adelantar la subida. Obviamente, como ha dicho antes, no podía prever la guerra en Ucrania, no podía prever el embargo de gas que está ocurriendo, pero sin embargo, ¿está preocupado por la credibilidad del BCE? Porque cada vez se necesita básicamente acelerar.
 
 Sobre la necesidad de acelerar, lo que puedo decirle es que en este momento, con las cifras que tenemos, con la dinámica que vemos, con las fuentes de inflación, con las previsiones que tenemos, estamos decididos a movernos. Y a movernos a este ritmo oportuno al que se refiere la declaración de política monetaria, lo que significa que como nos estamos desviando del objetivo, y con las cifras altas que tenemos actualmente, tenemos que adelantar, como hemos hecho esta vez, y tenemos que seguir subiendo. Esa es nuestra determinación. Sí, hemos tenido que acelerar, porque cuando te enfrentas a nuevos datos, a nuevos análisis, a nuevas previsiones, por supuesto tienes que ajustarte. Creo que nuestra credibilidad se juzgará por el hecho de que volvamos a situar la inflación en el objetivo del 2% a medio plazo, como nos hemos comprometido a hacer.
 
 
Usted ha subrayado anteriormente que la eurozona se encuentra en un lugar diferente al de Estados Unidos. La tasa de inflación de la eurozona está ahora cerca del nivel de Estados Unidos. ¿Significa eso que en realidad están en una situación bastante similar en lo que respecta a la inflación y que la medicina que se necesita es similar?
 
  Si se compara la situación de los Estados Unidos y la de Europa, y en particular en relación con la inflación, la inflación en los Estados Unidos está impulsada en gran medida por la demanda. En la zona del euro está impulsada en gran medida por la oferta. No exclusivamente - también hay una parte de demanda en las fuentes de inflación - pero es predominantemente la oferta. Cuando se observa el mercado de trabajo, que es un fenómeno importante a tener en cuenta, si tenemos un riesgo de mayor escalada de la inflación y el efecto de segunda ronda en particular, vemos un mercado estadounidense que es - algunos de ustedes lo dicen, en realidad - "al rojo vivo", donde la tasa de vacantes a desempleados es de 2 a 1, mientras que, aquí en la zona del euro en general es de 0,3 a 1. Así que para una vacante tenemos tres personas desempleadas. Es una situación ligeramente diferente. Una tercera diferencia es que, claramente, en su senda de normalización y posiblemente de endurecimiento, la Fed parte de una base diferente a la de la zona del euro. Nosotros partimos de territorio negativo, salimos de él y avanzamos en esa senda de normalización. Creo que hay otras múltiples diferencias que podría darles, pero creo que esas son las que más importarán para su análisis de la diferencia en la situación de la inflación que tenemos.
 
¿Es más fácil bajar la inflación que subirla?
 
 El futuro lo dirá, pero lo que puedo asegurar es que estamos decididos a hacerlo. La inflación es un fenómeno terrible, sobre todo para los más desfavorecidos. Creo que todos somos conscientes de ello. Nuestro trabajo es devolver la inflación al 2%, y lo cumpliremos. No debemos esperar, y nadie debe esperar, que la inflación vuelva al 2% en los próximos tres meses. ¿Por qué? Porque hay un desfase entre el momento en que tomamos las decisiones y el momento en que realmente se traduce a través de los canales de transmisión a la economía real. Y también porque sigue siendo un fenómeno predominantemente impulsado por la oferta. No puedo reducir el precio de la energía. No puedo convencer a los grandes actores de este mundo de que reduzcan los precios del gas. No puedo reformar el mercado de la electricidad, y me complace ver que la Comisión Europea está estudiando medidas en este sentido, porque la política monetaria no va a reducir el precio de la energía. La política monetaria contribuirá a reducir las expectativas. Dará una fuerte señal a la gente de que somos serios y de que contribuiremos a reducir la inflación, pero si la causa es predominantemente la oferta y se basa en que los precios de la energía siguen subiendo como un cohete, esto es para que otro haga el trabajo. Pero nosotros haremos el nuestro; haremos nuestro trabajo.
Lagarde deja ver sus contradicciones. Dice que la inflación es de materias primas, por ende no peligrosa, por otra enseña el celo que el BCE va a desplegar. Resalta que Europa está en una situación distinta a EEUU. Si la inflación es sólo de materias primas y transitoria, a qué desplegar la artillería pesada? Además, si EEUU es cíclicamente más acelerado, lo que justifica una política monetaria agresiva, ¿por que el BCE debe endurecerla? En realidad se ven estas declaraciones el reflejo de la contradicción interna del BCE. Contradicción entre su mandato de precios estables, que defiende Alemania: pero que insistir en esto, pone en riesgo el diferencial entre deudas y al euro.
El momento es terriblemente delicado. La economía UE está ya en recesión, y quizás debería entrar en el radar del BCE tenerlo en cuenta. La inflación de productos básicos ya se está desacelerando, y la subida de tipos amenaza con crear una contracción grave. La voz del BCE debería ser firme, pero clara. Y si empiezan a despegarse los diferenciales entre países, el euro entrará en riesgo de implosionar, como en 2012. Lagarde tendrá que elegir entre dos objetivos incompatibles: o la inflación, o el euro. Y ¿En qué bando se posiciona Alemania? Esto da una imagen de un BCE explosivo, mientras la neurótica política energética de la Comisión, sólo basada en el ahorro energético y nada en el aumento de la oferta, no ayuda a un BCE muy frágil.  En suma, como decía Greenspan, hay que hacer una valoración de riesgos. En este caso entre la economía real y continuidad del euro, o entre la dureza de la política antiinflacionista. Ambas serán en poco tiempo incompatibles.


lunes, 26 de septiembre de 2022

Por quién doblan las campanas

La victoria electoral  de Giorgia Meloni es un nuevo aviso a los errores de la burocracia europea, a la acartonada Comisión, al falso y no democrático Parlamento, y al no menos desorientado Banco Central Europeo.
Italia está harta. Está harta de esta Europa, está harta del Euro (que, piensa, la impide crecer dignamente y le hace añorar su Lira, su sueño húmedo con el que tan bien había vivido y crecido desde la postguerra, con su magia, la magia de las devaluaciones). Italia lleva más de una década sin crecer, y su renta per capita cayendo. Italia está harta de las inmigraciones decididas en Bruselas. Viendo los datos, ¿a quien puede extrañar?
¿De quién es la culpa? ¿De los italianos, o de Bruselas, como creen ellos? No lo sé, pero lo que está claro es que los italianos, el alma de Italia, no ha encajado bien en esta burocracia en la que, por cierto, otros países siguen el mismo camino. Compárese el resultado de encajar bien (Irlanda) o no en la burocracia europea, comparación que escuece a los ojos. Irlanda fue un país intervenido después de la crisis de 2008 - Como se ve en la figura.


El mal de Europa, que se va hundiendo poco a poco, incluso Alemania, pese a lo que le ha ayudado el euro lo indecible en sus exportaciones. Alemania entró en el euro, entre otros motivos, para sujetar bien las devaluaciones de los países del Sur. Ha acumulado gran riqueza exterior, pero ahora está tocada. Su producción industrial se ha secado. No tardará  en desencantarse del tinglado.
Europa es socialista, aunque tenga gobiernos de derechas. Ha impedido el desarrollo de las fuerzas económicas naturales de los países que la integran, sustituyéndolas por el dictamen burocrático arbitrario. A su vez, no se ha integrando bien en la Globalización, por culpa de una dirección desastrosa y la ley de minimizar el daño común aunque sea frenando la fuerza de cada uno. Si el tinglado europeo tenía una misión clara, era su engarce en la globalización, pero no lo ha logrado, y ésta se nos ha indigestado.
Soy el primero en reconocer que necesitamos a Europa para estos retos, pero distinta. Menos burocrática, en la que cada país persiga sus objetivos, y una moneda más descentralizada, que no genere los desequilibrios entre unos y otros que amenazan con el estallido del euro. 
La devaluación artificial de la China tantos años nos ha arruinado. La que no ha sabido cómo reaccionar.
Ahora le toca al BCE lidiar con las inevitables fuerzas que van a presionar la deuda italiana. ¿Qué va a hacer Lagarde? Si atiende a Italia con su nuevo artefacto anti fragmentación, adiós a la lucha contra la inflación, lo que a Alemania no le gustará. El euro, tarde o temprano, será cuestionado. 
España no está mucho mejor que Italia. No se refleja todavía en el panorama político, pero se reflejará.

sábado, 24 de septiembre de 2022

Inquietante

Este blog suele tratar de economía, pero he leído una noticia inquietante: Pedro Sánchez ha pedido a los Tribunales una prórroga extraordinaria de la Legislatura, atrasar las elecciones, que debían celebrarse este año, unos meses.
Todo con la excusa de que la infanta Leonor, que debe jurar la Constitución ante las Cortes, no se encuentre con que están cerradas porque hay elecciones. 
Con toda la razón, el juez Francisco Marín ha dictaminado que las Cortes, aún suspendidas por proceso electoral, siguen en funciones hasta que éste culmine y abran las nuevas Cámaras. La Infanta Leonor puede jurar perfectamente cuando cumpla los 18, sin esperar las elecciones, que no interrumpen nada. Estaría bueno que el País estuviera sin Legislatura unos meses por unas elecciones...
Siempre he pensado que este impresentable de presidente de que gozamos buscaría la manera que fuera para prologar su mandato y, de ser posible, dar un golpe de estado indoloro para acabar con el Rey y la Constitución, hijos ambos de una Transición modélica que él y sus compadres del Podemos, Bildu, Catalanistas y demás ralea se quieren cepillar y llegar a la Tercera República. Antecedentes y señales no faltan, sobre todo en intentos de manipulación, logrados o no, del poder Judicial. La dimisión del Juez Lesmes, presidente del Supremo y del CGPJ, es un sombrío aviso para el que no quiera ver.
Lo que seguro se va a cepillar es su partido el PSOE, lo va a dejar para la aniquilación total. No le hace falta ningún partido. Él gobierna con quien le viene en gana, sea Podemos sea Bildu, o ERC, con los que se siente más agusto.
Esto de prorrogar las Cortes es nuevo en España, y no me creo el argumento aducido. Este tío es muy peligroso, y cada día estoy más de acuerdo con el retrato que le hizo Arturo Pérez Reverte hace meses, el el Hormiguero de Antena 3, aquí :


jueves, 22 de septiembre de 2022

Nadie apuesta ya por Suiza

Error. Este blog está mal, culpa mía. El primer gráfico están mal interpretado. Vean comentarios de Yosu y mis respuestas.

Hubo un tiempo ya lejano en el que el franco suizo valía 4,5 dólares. Ahora no llega a 1,5 $/f. 



Qué ha pasado? 
Suiza es una imagen de la decadencia europea, quizás un buen ejemplo de la teoría de Larry Summers de la “Secular Stagnation” o estancamiento secular. Suiza en los últimos años ha coqueteado con la deflación y con los tipos de interés negativos, como puede verse:



Pese a que sigue siendo un receptor de flujos de capital exteriores,
y que otros indicadores de decadencia, como la demografía, no flaquean: su población activa no se ha contraído




Habrá que buscarle una explicación a la caída de Suiza que refleja la depreciación de su divisa, lenta, pero de cuantía acumulada no desdeñable. 
Porque a lo mejor no ha sido un acierto de su banco central subir ahora los tipos de interés: Su tasa de inflación actual es sólo de un 3%, y otras variables, como la deuda pública, o el sector exterior, son envidiables. 
Hoy, el Banco Central ha decidido efectivamente subir sus tipos de interés un 0,5 p.p., abandonando la zona negativa. 
La única razón que veo es que su banca haya tenido problemas con el tipo de interés negativo, que haya estrechado su margen a niveles insostenibles.
En todo caso, ¿Tendrá razón Ambrose Evans-Pritchard al maldecir a los bancos centrales por su dura política? Después de censurar a Powell, gira la mirada hacia Europa y dice: 

El plan declarado del Banco Central Europeo para aumentos sin freno de tipos es aún más cuestionable dado, que la inflación de Europa es causada principalmente por un choque energético externo, más allá de la competencia del banco central. Los altos costos de combustible causan deflación para el resto de la economía.

Deutsche Bank espera que la eurozona se contraiga un 3% durante el invierno, peor que el declive de máximo a mínimo en la crisis de Lehman. Espera que el PIB alemán caiga un 3,4% el próximo año.

Un día, la gente mirará hacia atrás y se preguntará qué poseyó al consejo de gobierno del BCE para seguir apretando fuerte contra esta tormenta. La decisión vivirá en la infamia monetaria junto con el aumento de tasas de Jean-Claude Trichet en julio de 2008, cuando el sistema financiero mundial se desplomaba visiblemente.

Gran Bretaña es un pequeño bote sacudido en estos turbulentos mares. Pero no está indefenso. Si puede evitar el machismo monetario y lanzar su estímulo fiscal temprano, podría sobrevivir a esta recesión global en mejor forma de lo que muchos suponen, y quizás cerca de la cima del G7 por otro año.

La inflación amainará paulatinamente por sí sola en todo el mundo atlántico, sin necesidad de un castigo apaleado por los bancos centrales con malos modelos. La política monetaria de auge y caída es francamente un escándalo.

¿Machismo monetario? No lo sé, francamente. Miramos hacia atrás y solo vemos unan deflación originada por la Gran Recesión, que fue una recesión enorme crisis financiera. Cuando se había salido de ella, se ha convertido en una inflación desbocada con la pandemia y la guerra, y unos tipos de interés negativos que han perjudicado a los márgenes bancarios seriamente. Mientras, las deudas públicas se han desbocado (menos en Suiza, por cierto). Pero no sé si eso justifica para los Bancos centrales sacar a pasear a los perros de presa.
Todo esto da una visión de desconcierto, en la que nadie acierta con las claves. Un loco desde su colina amenaza con apretar el botón nuclear, mientras las economías el mundo entero, China incluida, parecen aviones a punto de perder las alas y estrellarse. 
algunos países, como Reino Unido, están optando por políticas fiscales de bajar impuestos, mientras España va en sentido contrario: subir impuestos, aunque a veces los bajan y luego los suben, que si las grandes fortunas, que si los beneficios logrados con la subida del gas...
En mi opinión, el único campo que queda para estimular las economías, con los bancos centrales ahogados con la inflación es, por el contrario, éste: bajar determinados impuestos, y la presión fiscal en general, para ampliar márgenes de beneficio y de renta estimulando con ello la inversión y el consumo
El aumento del déficit fiscal que conlleva bajar los impuestos sería transitorio, si se acierta con los impuestos recortados, que deben ser los que los que ahogan la productividad marginal del capital. Si el efecto de esta política produce una tasa de crecimiento mayor que el tipo de interés, la ratio de Deuda/PIB bajará. 
Los paises europeos, salvo algunos como Irlanda y Portugal, se ahogan en un nivel impositivo demasiado alto que alienta la fuga de capitales. 
los bancos centrales deben refrenar su instinto asesino, y tener en cuenta que bajar la inflación a costa de la contracción de años, como sucedió en EEUU en los años ochenta, tiene un coste social enorme. 







miércoles, 21 de septiembre de 2022

Carta a Carlos Sánchez (El Confidencial) y a José Luis Escrivá

Carlos Sánchez tiene hoy un artículo en el Confidencial en el que intenta torpedear la sabia decisión de Moreno Bonilla de suprimir los impuestos de Patrimonio y Sucesiones. 
Carlos, con todo el respeto, no tienes razón. 
Por otro lado, yo le daría la razón al ministro Escrivá sobre la recentralización de los impuestos, si no fuera por el gran grano supurante que supone el régimen especial del País Vasco y Navarra: paraísos fiscales camuflados, que nunca van a desaparecer, y que supongo Cataluña aspira a tenerlo. Sí, José Luis: España fiscalmente no es racional. Si no fuera por eso, yo también sería jacobino centralista, pero no es así. Tampoco nos va el federalismo, como demostró la Primera República anarcoide.
Los impuestos que ha erradicado Bonilla en Andalucía van a suponer un flujo de capitales que a Andalucía (y a España, ojo) le vendrá muy bien, como se aprecia si te das una vuelta por, valga el ejemplo, la Costa de Cádiz, con una potencialidad turística enorme, sin explotar por falta de capitales, que la podrían convertir en una nueva Marbella, lo que multiplicaría los ingresos y el empleo. (Naturalmente, no estoy pensando sólo en el turismo, sino en cualquier forma empresarial. Ni solo estoy hablando de Cádiz.)
Esos impuestos, Patrimonio y Sucesiones, como dice muy bien Bonilla, tienen escaso valor recaudatorio, y su eliminación multiplica ese escaso valor por mil. Es un trasvase de iniciativa pública sin sentido a una potencial iniciativa privada que beneficia, no sólo a Andalucía, sino a toda España. 
España necesita, en contra de lo que ustedes proponen, señor Carlos, señor Escrivá crecer, y crecer en productividad. No en distribución, sino en productividad. La productividad genera por sí sola un efecto redistributivo. En Andalucía con más razón, pues es la región con mayor tasa de paro en España.
Que curioso es pasear por Cádiz, o sus pueblos, y no ver ni a un mendigo, con la cantidad de paro que hay. Fenómeno curioso que a mí se me ocurre relacionar con la cantidad de subvenciones al consumo que recibe y la cantidad de gente que vive de eso ¡por eso no protestan contra el paro!
En Madrid, suelo ir a tomar el aperitivo a un bar del barrio, y suelen salirme al paso cinco o seis mendigos mínimo. ¿Cómo, me digo si Madrid es la primera o segunda ciudad, y de las primera de Europa, en renta per capita? Por eso; la riqueza de Madrid, que se basa en la imposición baja, atrae a la gente mendicante, inmigrantes y & co. En Andalucía no hace falta pedir limosna: te la proporciona el estado sin mover un dedo.
Sí, soy jacobino racionalista, o me gustaría serlo, pero España no lo es, y yo me adapto a la España que conozco, y cuya alma ya vagaba por los Episodios Nacionales del gran Galdós, o las novelas del no menos grande Pio Baroja. Somos así, señoras, señores; no somos racionalistas, no vaya a ser que nos pongan a pensar, y eso da dolor de cabeza. Hay que aceptar donde uno ha nacido sin intentar enmendarlo bravamente, jacobinisticamemte. No somos Francia, por suerte o desgracia. Francia es un país de naturaleza y constitución genética jacobina, y por eso el citoyen que la habita acepta que la presión fiscal sea superior al 50% de su renta. Aquí ardería Troya. 

Debemos aceptar que aquí hubo una primera República desastrosa, en la que Cartagena le declaró la guerra a Alicante... y una Segunda que no fue menos desastrosa. No nos gustan ni las Repúblicas  “sinalagmaticas” (de Pi y Margall) “ni las jacobinas. 
Que no se repitan, y que se enmiende de una vez, esa afrenta de los conciertos Vasco/Navarro, o cállense para siempre.



martes, 20 de septiembre de 2022

Demos un voto de confianza a Liz Truss

Liz Truss está haciendo campaña pregubernamental valiente, y a mí me gusta a lo que suena. Otra cosa es que pueda desarrollar sus promesas. Desde la retirada de Margaret Thatcher, los conservadores se han puesto de rodillas ante la ideología de moda, buscando más las políticas de distribución e impuestos altos, de dirigismo desde el poder, y desdeñando el crecimiento y la productividad. Por fin una voz que defiende que el crecimiento beneficia a todos, incluidos los sectores de más renta. 
 
En el Telegraph de hoy, podemos leer:

A medida que la "política normal" volvió tras el fin del período de duelo nacional por la Reina, las palabras de la Sra. Truss, pronunciadas después de su llegada a Nueva York antes de la Asamblea General de la ONU, marcaron una ruptura total con décadas de política conservadora y retórica centradas en sobre la redistribución de la riqueza. En cambio, el enfoque ahora está firmemente en "hacer crecer el pastel".

La carrera por el liderazgo tory fue una batalla de ideas. Y a medida que el ajetreo y el bullicio de la diplomacia vuelven a la vida, Truss espera que su conservadurismo de impuestos bajos triunfe en dos luchas más amplias: contra la perspectiva de una recesión y en las próximas elecciones.

“Deberíamos establecer nuestra política fiscal sobre la base de lo que ayudará a nuestro país a tener éxito. 

La Primera Ministra confirmó a la BBC que su gobierno revertirá el aumento de las cuotas de la Seguridad Social y eliminará el aumento previsto del impuesto de sociedades.

Qué va a darnos esa economía que beneficia a todos en nuestro país? Lo que no acepto es la idea de que los recortes de impuestos para las empresas no ayudan a la gente en general”.
“Siempre trabajaré para asegurarme de que estamos ayudando a quienes están luchando”, dijo.
“Lo que sabemos es que las personas con ingresos más altos generalmente pagan más impuestos, por lo que cuando se reducen los impuestos, a menudo hay un beneficio desproporcionado porque, en primer lugar, esas personas pagan más impuestos.”

Reconociendo que habría un "beneficio desproporcionado" para las partes más ricas de la sociedad a raíz de sus recortes de impuestos planificados, que se confirmarán esta semana, Liz Truss insistió en que sus políticas, no obstante, "ayudarían a la gente en general" y enfatizó que su Gobierno buscará el crecimiento.


Lo que el público puede pensar de medidas como el recorte de impuestos de los bancos no le quitará el sueño a la nueva ocupante del número 10, ya que reveló que estaba preparada para ser impopular, con tal de lograr los resultados por los que espera ser juzgada favorablemente.
Con todo, no podemos pensar tan pesimistas como los anti Brexit, que pintan a la economía británica con tintes catastróficos. Como se pierde ver en el gráfico, su trayectoria alcista ha sufrido una crisis coyuntural,



Pero tiene todavía una tasa de paro bajísima. Eso sí, su renta per capita se ha estancado con la pandemia.
Tiene, como nosotros, una deuda pública alta, pero manejable por su independencia monetaria - deuda que ciertamente condiciona las intenciones de bajar los impuestos de Liz Truss. Pero si el resultado es más crecimiento, la deuda/PIB podría bajar. 





Inflación, dinero y déficit fiscal

Desde algunos centros de opiniones se suele achacar la inflación actual a la política monetaria expansiva contra la recesión del Covid 19, pero nadie o pocos han cuestionado la ultra expansiva política fiscal que se puso en marcha.
En la FED de Saint Louis hay un 
documento de trabajo muy interesante que demuestra el efecto inflacionista que tuvo esta política de déficit y deuda, que además ahora hay que pagar. en el se concluye que 

En este shock, la mayoría de los gobiernos de las economías avanzadas inyectaron grandes cantidades de gasto en la economía. Esta política logró impulsar el consumo, lo que, junto con una oferta relativamente inelástica, puede haber provocado cuellos de botella en la cadena de suministro y tensiones en los precios. Este análisis sugiere un papel potencialmente considerable a al papel que la política fiscal puede haber jugado en la contribución a las presiones al alza de los precios.

Sin embargo, también se debe reconocer el papel positivo desempeñado por el generoso apoyo del gobierno durante esta crisis sin precedentes. El gran gasto apoyó un fuerte repunte económico, con una recuperación del PIB y del empleo a un ritmo notable, lo que probablemente evitó peores resultados a pesar de las presiones de precios que pueden haber resultado del gasto.

Este párrafo resume lo que hubiera sido estrictamente una política avalada por Keynes, basado en su opinión escéptica de que la expansión monetaria, por sí sola, fuera suficiente cuando el shock contractivo ha sido demasiado fuerte. 
La política deficitaria de los gobiernos se puede ver en el gráfico, para España y EEUU. (Los datos para la zona euro están muy atrasados. Los de España también, que a finales de este año estarán a la altura de EEUU.)



Hay una diferencia esencial entre EEUU y España: mientras Joe Biden determinó esta política fiscal expansiva con el propósito de impulsar la demanda, en España no ha habido diseño expreso de ello, salvo continuo anuncio de gastos cuyo sentido es muchas veces dudoso, y subida de impuestos directamente inflacionistas. 
Los efectos inflacionistas han sido claros en todo caso. Que no se pueda deslindar el efecto monetario del fiscal no empece que se vea que, probablemente, el impulso fiscal fue excesivo, mientras que ahora se le pide a los bancos centrales respectivos que hagan frente solos a la inflación.
Dichos bancos centrales efectivamente han reaccionado subiendo sus tipos de interés de intervención en el interbancario, como se puede ver aquí,



Ciertamente con mayor contundencia por parte de la FED que del BCE, consiguiendo moderar su tasa anual de IPC, mientras que la de España ha superado el 10%.



Sin embargo, hemos de reconocer que, por su parte, el gobierno ha colaborado bien poco, con su gasto público disparado y su política energética, a moderar la inflación.
En todo caso, hay que partir de la base de que el aumento de deuda monetizada potencia los efectos expansivos sobre la demanda. La política monetaria expansiva fue necesaria. Si se hubieran confiado a la política fiscal, hubiera sido un desastre porque los tipos de interés hubieran subido. 
Una política fiscal menos agresiva, y dirigida a los sectores más afectados por el Covid, hubiera tenido más sentido. 

sábado, 17 de septiembre de 2022

España. Oferta monetaria y precios

En el Banco de España hay un artículo interesante - sobre todo porque recurre a series históricas largas -, que quiere demostrar que la relación entre oferta monetaria y precios es muy estrecha, por lo que la cantidad de dinero sería neutra respecto al PIB real. Es curioso, porque al principio analiza las distintas teorías monetarias que han estado vigentes durante más de un siglo - todas parten de la identidad cuantitativa M*V = P*T -, y el trabajo conduce a la conclusión de que la teoría de los clásicos es la que prevalece empíricamente: la cantidad de dinero no tiene efectos reales, es decir, sobre el PIB real, y sólo tiene efecto sobre el nivel de los precios. Por lo tanto, Keynes estaba equivocado cuando decía que la demanda de saldos monetarios producían desequilibrios y aumento del paro, y aumentar la cantidad de dinero por el Banco Central no ayudaba a combatir la insuficiencia de la demanda real ni el empleo.
A bote pronto, esto choca con lo que vemos en el gráfico, donde se representa la oferta monetaria M2 de EEUU (azul), el PIB nominal (rojo) y el deflactor del PIB nominal (verde), aplicado el cual obtendríamos el PIB real. 


En el gráfico vemos que a simple vista la relación estrecha es entre la cantidad de dinero y el PIB nominal (PIBN), y no entre ésta y el deflactor de precios, por lo cual si que parece que hay efectos reales en la cantidad de dinero, como aventuró Keynes.

Este trabajo puede no ser casual, de hecho, creo que no lo es. Es una conclusión muy Ad Hoc con los tiempos monetaristas en que se construía el euro y el dogma imperante era que el banco central sólo debería ocuparse de la estabilidad de precios. Fueron los tiempos del predominio de la doctrina de Lucas y las Expectativas Racionales, bajo cuyo prisma el dinero no podía tener efectos reales porque la gente aprendería a saber que sólo afectan a los precios, y entonces ante un aumento de M, solo aumentaría P sin efectos en la economía real. Robert Lucas, cuya obsesión era destrozar el keynesianismo, fue perdiendo fulgor (sobre todo a partir de la crisis de 2008),  pero la economía dominante sigue siendo básicamente anti keynesiana (y puede decirse también anti Friedmaniana), y pro equilibrio automático y estable alcanzado solo a través del mercado.
Keynes revolucionó la teoría monetaria al postular esto: la demanda de dinero no es inerte, sino sensible a las expectativas de los sucesos reales. El dinero demandado no es un saldo pasivo que la gente retiene en función de sus necesidades líquidas. El dinero es único activo plenamente líquido (su mayor atractivo), que tiene una utilidad especulativa, y la demanda de dinero no es sólo sensible al tipo de interés (de manera que aumenta cuando baja el tipo), sino también a la incertidumbre y sus expectativas. Una mala cosecha, o una guerra, o una pandemia, por ejemplo, aumentan la demanda de dinero, cae la velocidad de circulación (V) del mismo, y ciertamente cae la demanda real, el nivel de producción, y aumenta el paro. 
En suma, Keynes no creía que pudiera existir el equilibrio general sin paro de manera autónoma. Había factores que inducían expectativas de incertidumbre de los beneficios esperados (productividad marginal del capital) que hacían caer la inversión y el empleo, sin que los movimientos de tipos de interés pudieran restablecer, por mucho que bajaran, la inversión suficiente para el pleno empleo. 
Lástima que no dispongamos de las series estadísticas del gráfico para España, pero seguro que daría un resultado similar. En todo caso, los astutos autores del artículo dicen en sus conclusiones, entre otras cosas,

 Los resultados indican el cumplimiento parcial de la teoría para el muy largo plazo. La producción ejerce la influencia predicha sobre los precios, con un valor unitario negativo, tal y como vaticina la teoría. Respecto a la masa monetaria, los coeficientes de la M2 son cercanos a la unidad, con valores básicamente situados entre 0,8 y 0,9. Esto indicaría el traslado mayoritario del incremento del dinero a los precios, aunque no en su totalidad. En concreto, como mínimo un 80 % de los incrementos de la masa monetaria se trasladó a los precios, y un 20 % como máximo (en el peor de los casos) habría que expli- carlo por otras variables, entre las que incluiríamos el tipo de interés, los cambios tecno- lógicos, la apertura al exterior, etc. Justamente el hecho de que las estimaciones de tales coeficientes queden ligeramente por debajo de la unidad daría un cierto margen de ma- niobra a otros aspectos de la economía, en especial a los tipos de interés, como instru- mento de política monetaria a la hora de incidir sobre los precios. Por su parte, los ajustes en el corto plazo siguieron esta línea, dado que ponen de manifiesto que incrementos de la M2 se traducen en incrementos parciales de los precios. En definitiva, el control de la masa monetaria no se revelaría como una estrategia totalmente efectiva para controlar los precios. Lo que sí es seguro es que, siguiendo a Granger, la relación en el largo plazo opera de la masa monetaria a los precios.

Unas conclusiones, como dije antes, Ad Hoc y casi teledirigidas a consagrar el dogma de BCE y naturalmente, del Banco e España. 
En otras palabras, según el trabajo lindamente presentado, la oferta monetaria no tiene efectos reales, su influencia es principalmente en los precios, gracias a unas técnicas econométricas que sólo sirven para demostrar una total ignorancia, pero que cumplen su función para las que se crearon: engañar al profano o al convencido de antemano. En esto, como en otra serie cosas, estoy de acuerdo con Larry Summers, la econometría nunca ha demostrado nada. Si quieres que diga una cosa, la dice, como la Summa Teológica de santo Tomás. 
El dinero, como decían Keynes, tiene efectos reales, y así se demuestra en la historia de la crisis de 1929, que fue una gran deflación mundial iniciada en EEUU, como expuso Friedman & co en su “Historia monetaria de EEUU”. (No vamos a entrar en detalle en la disquisición entre Keynes y los monetaristas sobre si es insuficiente aumentar la oferta monetaria, o no, para volver al equilibrio y pleno empleo.)

Para Keynes no había tipos de interés de equilibrio con pleno empleo, pues el tipo de interés no iguala el ahorro y la inversión.

Una aclaración: que Keynes estableciera que el dinero tenía efectos reales si se le apoyaba con políticas fiscales deficitarias no es aceptar la estúpida creencia de que el dinero “no sirve para nada”, que es inútil intentar corregir la recesión con un aumento de la liquidez. En realidad, esto es una versión superficial de los keynesianos de la segunda generación, que tergiversaron el mensaje de Keynes diciendo que lo único eficaz es la política fiscal, posición que predominó en las dos primeras décadas de la post guerra. Así, se han visto políticas fiscales expansivas sin coordinar con una política monetaria, lo que hacía subir los tipos de interés mientras el PIB se contraía. keynes nunca dijo que la política monetaria no servía para nada; lo que dijo es que “puedes llevar al caballo al abrevadero, pero si no quiere beber...” es decir, que la política fiscal era un acicate añadido a la demanda cuando el shock que había hundido a la economía la gente no dejaba de atesorar liquidez. 


jueves, 15 de septiembre de 2022

El dólar y la inversión

El dólar ha interrumpido brevemente su ascenso imparable, aunque debemos pensar que continuará. Las variables que afectan al tipo de cambio son demasiado numerosas como para construir una hipótesis predictiva fiable, y además, hay veces que el signo de una de las variables influyentes cambian de positiva a negativo. 
Por su volumen, no debemos centrarnos en el saldo  exterior de la balanza por cuenta corriente (comercio principalmente); sería muy fácil que el tipo de cambio se plegara al signo deficitario o superavitario comecrial, depreciándose cuando conviene corregir un déficit excesivo y al revés.
Es más, muchas veces esta cifra “juega en contra”, y un deficit excesivo hace subir a la moneda en razón del volumen de capitales entrantes que financian ese déficit.
La balanza financiera es mucho más voluminosa y activa que la balanza de operaciones corrientes, y se puede decir que “domina” los movimientos del tipo de cambio a corto y largo plazo.
En el gráfico pueden ver la interesante relación a largo plazo entre el tipo de cambio ponderado del dólar y la inversión fija en capital productivo, una relación que tiene una explicación fácil si no se fijamos en el papel de la inversión en una serie de mercados. 



Primero, la inversión en capital fijo no residencial (es decir, de empresas en capital fijo y tecnológico), exige cuantiosa financiación, que se logra mediante la emisión de acciones, bonos, o crédito bancario, sea banco nacional o extranjero; y dependiendo  de la confianza en la solvencia del país, este capital se logrará fácilmente en el exterior, si hay países en donde el diferencial de interés juega a favor del país inversor.
Hay que tener en cuenta que s involucran muchos mercados, cada uno con su especialidad, mercados spot o a futuros, bancarios o no, donde los tipos de interés y las cotizaciones de derivados se combinan para dar la mayor satisfacción posible a inversores y prestamistas. Todo esto mueve miles de millones, quizás cientos de miles, de dinero diariamente alrededor del mundo. 
En estos momentos, en la economía USA, como se ve en el gráfico, está creciendo la inversión empresarial, lo que efectivamente exige financiación y moviliza la balanza financiera, ya sea por inversión directa en el capital de la empresa (acciones), ya sea por medio de renta fija o crédito (avalado o garantizado), o mediante la compra/venra de producto derivados relativos al resultado empresarial... de lo cual hay mil formas de logralo.
A todo esto, está fuerte entrada de capital inversor puede star asociado a un déficit por cuánta corriente porque la demanda total interna esté fuerte, el paro este bajo por el empleo generado por la inversión, y el consumo acorde con el aumento de las rentas.
Por eso cuando un país tiene un aumento de la demanda interna, que provoca un déficit exterior notable, ve que su moneda se aprecia, lo cual agudiza el déficit exterior. Esto sería preocupante sólo en caso de que la demanda interna provoque un aumento de la inflación que de nuevo empeore el déficit exterior, con todos los efectos a que lleva la inflación. 
En todo caso, nada es eterno. Un país con desequilibrios serios, como una inflación galopante, no mantendrá la confianza de los ahorradores exteriores, que empezarán a exigir más tipo de interés por sus aportaciones: la bolsa bajaría, el efecto-renta de esto enfriaría el consumo, y por ello la inversión. El tipo de cambio se depreciaría.
Sin embargo, estos ciclos son muy largos, como se puede ver en Cotizalia, hay factores no cuantificables que influyen sin duda, en este caso como la confianza extra que hay en la economía EEUU, que sigue creciendo, tiene el paro muy bajo y está subiendo los tipos de interés, es decir, la rentabilidad de la inversión. Mirando a otros paraísos posibles, tal como están Europa t China, no hay comparación.
 

lunes, 12 de septiembre de 2022

Rusia siempre pierde

Rusia, cuando ha intentado jugar a gran potencia y ha salido a la guerra fuera de su territorio, ha perdido irremisiblemente, en gran parte por ineficacia y antigüedad de su ejército.
Ejemplo de ello son la guerra de Crimea (1860), la guerra contra Japón (1905) y la guerra de Afganistán (1990).
Todas estas derrotas tuvieron graves consecuencias internas, sublevaciones de grupos modernizadores que querían menos autocracia zarista. Con la guerra de Crimea se avanzó en el levantamiento del estado esclavista, que atribuía a los terratenientes la propiedad de sus campesinos, entrando como bien de capital en las compra-ventas.
Pero estas reformas se atascaron, provocaron reacciones represivas de la corte y los propietarios, hasta que la de 1905 empezó a despertar una conciencia de izquierdas, como podemos más leer en Wikipedia.

En 1905, los grupos revolucionarios se habían recuperado de la opresiva década de 1880. El Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), de tendencia marxista se creó en 1898 y acabó dividiéndose en 1903, dando lugar a los mencheviques y los bolcheviquesLeninpublicó su obra ¿Qué hacer? en 1902. El Partido Social-Revolucionario (SR) se fundó en Járkov en 1900, y su «Organización de Combate» (Boyeváya Organizátsiya) asesinó muchas figuras políticas importantes hasta 1905 e incluso después; entre éstas se encuentran dos ministros del InteriorDmitri Serguéyevich Sipiaguin en 1902 y su sucesor, el tan odiado Viacheslav von Pleve, en 1904. Estos asesinatos condujeron al gobierno a transferir aún más poderes a la policía.

La guerra contra Japón, en un principio popular, estaba ahora contribuyendo al descontento general por la sucesión de las derrotas y la falta de objetivos claros. La evidente desigualdad de la emancipación estaba siendo revisada, al tiempo que los campesinos protestaban quemando granjas en todo el país.

Finalmente, la derrota de Afganistán fue el preludio del hundimiento moral de la URRS, la fracasada llegada del Gorbachev, quien fue incapaz del “cambiar las cosas para que todo siga igual” en beneficio del Comité Central, y después de años de desorientación, la llegada de Putin al poder. 
Esto a mí me hace sospechar que el ejército ruso que perdió en Afganistán no se ha modernizado tanto como nos quieren vender, y la paliza recibida en Ucrania, con sus soldados huyendo y abandonando armas y uniformes, viene a confirmarlo. Como dice Agapito Maestre,

Dos grandes humillaciones más ha recibido el ejército ruso: Jerson y Jarkov. Son dos pruebas de lo que vengo manteniendo aquí desde el primer día de la guerra: Rusia no es una gran nación militar sino un país en bancarrota dirigido por una banda de desarrapados excomunistas. Rusia es un país con los pies de barro mantenido artificialmente por políticos corruptos occidentales, que fueron comprados por la mafia rusa, y la China totalitaria de Xi Jinping. También la ofensiva de Jarkov se estudiará en las Academias Militares del mundo entero. El número de prisioneros rusos es tan elevado que el ejército ucraniano no sabe qué hacer con ellos. Los datos exactos todavía se desconocen, pero en pocos días el Estado Mayor ucraniano los publicará oficialmente. De momento, levantemos acta de lo obvio: hay un serio problema de mantenimiento de tanto prisionero ruso.

La derrota de Rusia ¿volverá a suponer movimientos de rebelión anti Putin?
Seguramente, aunque no podamos hacer muchas conjeturas sobre el resultado. Rusia es un país que ha fracasado lamentablemente en sus intentos de modernización y occidentalización, la penúltima vez por culpa de Lenin. La última, de Putin. 
No seamos optimistas sobres nuestras relaciones con un país que desde pedro I el grande, no ha conectado bien con Occidente. Rusia tiene muchos valores culturales que admiro, entre ellos Turgenev, el gran escritor que fue el más ardoroso defensor de la modernización de Rusia, como se puede leer en el magistral libro “Los europeos”, de Orlando aCijes. 
Pero algún cambio veremos, ineludiblemente. 

domingo, 11 de septiembre de 2022

Hurra!

No puedo resistir la tentación de traducir y dejarles aquí unos párrafos del artículo del Telegraph, “Putin está acabado”, de Mike Martin,

Lo más probable es que las últimas 72 horas de guerra en Ucrania sean estudiadas por generaciones de futuros oficiales militares e historiadores. En resumen, las Fuerzas Armadas de Ucrania han retomado más de 2.500 kilómetros cuadrados de la Ucrania ocupada por Rusia.

Y lo han hecho abriendo un agujero a través de las líneas del frente rusas apenas protegidas al este de Kharkiv y cortando las líneas logísticas rusas, forzando la retirada de grandes contingentes de soldados rusos de múltiples lugares, pero lo más importante es Izyum y Kupyansk.

Sin estas dos ciudades, Rusia no puede abastecer efectivamente a sus fuerzas en el noreste o el este del país, por lo que se esperan más colapsos, retiradas y rendiciones de las fuerzas rusas.

De hecho, mientras se escribía este artículo, están surgiendo informes de que los ucranianos han retomado el aeropuerto de Donetsk y se dirigen a la costa del Mar Negro, ya sea Mariupol o Melitopol. Es un éxito bastante impresionante.

Precios administrados

En argentina, Cristina Kirchner impuso el control de precios básicos cuando la inflación rondaba el 30%. Ahora, el IPC está casi en el 80%.



Bueno, claro que Argentina no cuenta con el hercúleo brazo de hierro de nuestro BCE, que además ha inventado un artilugio “anti propagación”, para que las subidas no se propaguen a países enfermitos de deuda... no, en Argentina son más recios. Allá los precios los controla el gobierno.
El intento de Yolanda diez de presionar a las grandes cadenas para que una “cesta” de bienes no suba de precios, ya se sabe cómo acaba, sea en Argentina, sea en cuba: en fracaso, en denuncias y protestas por la caída de la calidad, escasez , colas y mercados negros (cuyos precios no entran en el IPC). 
El problema que tenemos no se arregla congelando los preciso finales, sino aumentando la oferta de los productos básicos que escasean, y ahí no hemos visto una gran política internacional de la UE para aumentar el aporte de otros países. La reunión de ayer, que pueden seguir en mi art. anterior, da escalofríos porque vamos rectos a una argentinizacion de Europa.
Porque seguimos en las restricciones ecológicas, y no nos ponemos de acuerdo para, en un período excepcional, hacer excepciones. Debemos importar todo tipo de energía, incluso carbón, y debemos darblicencia para hacer exploraciones propias de fracking, lo que ya a hecho, por cierto, la nueva Premier de GB. 
Pues parece que en Europa y España los tiros van por congelar precios, “cuidarlos” como dicen en Argentina, es decir, burocratizarlos sin relación con los costes, la demanda, y cualquier gestión empresarial de cara al futuro. 
La economía son expectativas, y lo mejor para todos es hacerse una idea precisa de los precios de hoy y del futuro. Si la demanda de bananas se espera que aumente, los precios de las bananas de futuro y de contado deberían subir. Ah! Pero están congelados, por lo que no se moverán y el exceso de demanda se verá frustrado, pero no para él quien tenga dinero para ir al mercado negro. Resultado, escasez. 
Nos adentramos en tierras de guerra, economía administrada, de escasez, frustración, y cosas peores.

sábado, 10 de septiembre de 2022

A Europa le toca un pie

A la UE le toca un pie el problema acuciante de la energía. La reunión de ministros del ramo  ha sido una calamidad en la que no se ha decidido nada salvo una lista de naderías y ocurrencias. Les da igual con tal de que quede en pie la prioridad, cómo no, de las renovables. 
Sobre esto, por cierto, no se entiende bien que quieran fiscalizar los beneficios de estas energías, ¿pues no se trataría, por el contrario, de incentivarlas? 
El conjunto es como una carta a los reyes magos de una panda de beodos, que da la sensación de inconsistencia sistemática entre todas las ocurrencias.
No se sabe si se van a “capar” los precios del gas ruso o de todo el gas, si van a intentar cobrar impuestos a los productores para financiar las ayudas a las familias... Según leo en El Debate,

Los Veintisiete, en cambio, sí encargan también al Ejecutivo comunitario que dirige la alemana Ursula von der Leyen que proponga medidas para «limitar los ingresos de los productores inframarginales de electricidad con bajos costes de producción», como las renovables, la hidráulica y la nuclear, en línea con la idea esbozada por Bruselas hace dos días.
También instan a la Comisión Europea a introducir una «contribución de solidaridad» sobre las compañías petroleras y gasísticas que pueda ser usada para «mitigar el impacto de los precios de la energía en los consumidores».
Por otro lado, piden que Bruselas presente la próxima semana una propuesta legislativa para «incentivar una reducción coordinada de la demanda de electricidad en la UE para aliviar la presión sobre la generación eléctrica» y no descartan un ajuste del sistema de comercio de emisiones de CO2, pero respetando los compromisos climáticos.
Por último, los titulares de Energía de los Estados miembros encargan a Bruselas que diseñe «instrumentos de liquidez de emergencia» para garantizar que las empresas tengan fondos suficientes en el contexto actual de «elevada volatilidad» en los mercados de futuros.
¿Qué son instrumentos de liquidez de emergencia? Si son necesarios, ¿Por qué se quiere gravar a las empresas? 
¿Se quiere controlar la demanda o poner en marcha una oferta alternativa? Se quiere ayudar a las familias a llegar a final de mes, o penalizar el consumo subiendo los preciso vía impuestos? 
Un completo disparate sin precisión ni concreción.

viernes, 9 de septiembre de 2022

Ha muerto un símbolo del mundo de ayer

En un gran tramo de mi vida la reina Isabel II ha estado presente cuando pensaba en Inglaterra, de la que siempre he sido admirador. Era, como dicen Marta Ferreira, la REINA de Europa. Esto es rigurosamente cierto, pues todas las dinastías europeas, que reinan en los paises más prósperos del mundo, descienden o se emparentan con la gran reina Victoria, quien en un momento fue realmente la reina de Europa, madre de esa “Internacional Coronada”, que intentó sin éxito evitar la Primera Guerra Mundial. Descanse en Paz quien ha sido símbolo de Paz y Prosperidad para muchos más que los habitantes de las Islas.
Bajo la Reina, Gran Bretaña ha sido una isla peculiar por sus tradiciones, pero no ha sido un país que se ha adormecido en el sueño del esplendoroso y caído Imperio. 
Ayer hablábamos de Francia y España, para demostrar que Francia no era un país tan decadente. Pues bien, Inglaterra tampoco lo es, como se puede ver en este gráfico de la renta per capita, que desde Thatcher (una gran reformista) empezó a crecer mucho más que en Francia. El liberalismo, le salía bien a Inglaterra.




Por cierto, la tasa de paro es la mitad que la de Francia...
Sin embargo, hoy Inglaterra está en una crisis institucional profunda, Justo cuando muere la reina y hay un cambio de gobierno, hasta ahora inmerso en el caos más profundo. ¿Logrará levantarse en estos momentos de aflicción para todos?
Porque todos estamos inmersos en una crisis del Mundo de Ayer, ese mundo en que le dabas a un interruptor y se encendía una luz, o un ordenador, sin apenas pensar en ello. Ese ordenador hace maravillas que, para los jóvenes de hoy, resultan naturales, pero hace treinta años eran impensables.
Estamos en Estado de Guerra, y Europa todavía no se pone de acuerdo a cómo hacerle frente, que si “capar” los precios de la energía, que si racionamiento...
La nueva Premier de Reino Unido ya puesto un plan sobre la mesa, que muchos han criticado por la injerencia excesiva del Estado. Pero diantres, ¿no estamos en guerra, al menos en economía de guerra? Pues las guerras las organizan, financian y ganan los Estados, y sí, son una gran sangría, pero nosotros no hemos querido esta guerra, está penuria que se nos viene encima por culpa de un paranoico que tiene por objetivo cargarse la vida del Mundo occidental.
Porque el mundo occidental venció la guerra fría, pero está perdiendo la post guerra. Y ahora estamos en son de guerra, y estamos desconcertados. La nuevas Primera Ministra, Lizz Truss, ha demostrado coraje y decisión presentando una estrategia que nos puede servir de orientación al continente desorientado. A mí lo que más me me gusta del plan es que levanta la prohibición de Fracking, obtención del gas que en seis meses podría dar sus frutos, en cualquier caso una decisión valiente en este mundo de ñoñez seudo ecologista que soportamos.  
¿Y quien iba a tomar y financiar esa decisión,  si no es el Estado?
En cuanto a limitar la factura de la luz a las familias, eso tiene lógicamente un coste en deuda, como en toda guerra. Pero ya es hora de que caigamos de guindo.