Las cuatro culturas dominantes en el mundo son la Musulmana, la Protestante, la Católica, y la Cristiano-Ortodoxa. Las tres últimas han evolucionado desde sus orígenes, no así la primera.
Quizás sería más actual y realista llamarlas:
la del desierto, la de la democracia, la de la Ilustración (gracias al doctor Angélico y su Silogismaquia), y la cirilico-griega-rusa.
La primera, la más fiel a sus orígenes, sigue basada en una ligazón muy fuerte con el Corán. Aunque en su seno hay sunitas, chiitas, y otras ramas, el armazón que las une es el Corán como fuente linguista y cultural. Es la religión de una sola lengua, lengua en la que Alá dictó a Mahoma el Corán. esta exigencia es un factor cultural fuerte, que mantiene el núcleo de creencias a través de los años por su exclusivismo identitario, dominante sobre cualquier otro factor, como la nación.
La cuarta, pese al origen común, ha dado lugar a una cultura política muy distinta, influida además por largos años sometida al comunismo.
Algo así como el cristianismo fue, entre los europeos en la edad media, ese vínculo identitario hasta el Renacimiento; lo que pasa es que entre los cristianos occidentales -es decir, excluyendo a los ortodoxos- se fueron imponiendo las lenguas romances sobre el latín, promocionadas incluso entre los miembros más cultos y creativos de la Iglesia, con gran rapidez desde cuando la imprenta permitió la difusión de esas lenguas.
Cuando Lutero lanzó la Biblia alemana para que cada cual pudiera leerla e interpretarla según su conciencia, la diversificación se intensificó en un lado de Europa, el lado perseguido; mientras que en el otro, la reacción defensiva del Vaticano fue poner por encima la tradición institucional dogmática, y cerrar filas en torno a la autoridad indiscutible del Papa, que no quería perder su poder sobre las almas, el cual le había permitido destronar reyes. Los Papas de entonces, muy creyentes (fueran vividores o austeros), eran por encima de todo, a efectos públicos, políticos maquiavélicos con su propia fuerza militar y sus recursos dinerarios, que ponían a disposición de los reyes de España o Francia, intentando objetivos a veces incompatibles: la persecución de los herejes protestantes hasta el exterminio, el dominio hegemónico sobre Italia, y el equilibrio de poder entre las dos grandes potencias europeas, entonces indiscutiblemente España y Francia (y Austria en menor medida por el título honorífico de Emperador de Romanos).
La invasión de Inglaterra, la matanza de la noche de san Bartolomé, el apoyo a los ultra católicos en Francia frente al moderantismo de la corona, La excomunión, la llamada a la desobediencia -la teoría de la legitimidad del regicidio, de los jesuitas, el cierre del bucle dogmático Tomista en Trento- todo fue fomentado por el vaticano para imponer una sola religión, un solo dogma, una sola autoridad en Europa. (Por cierto, que el doctor Angélico y sus silogismos probadores la existencia de Dios fueron la simiente de la Ilustración y su fe el la Razón, su futuro enemigo.)
La penetración de los Jesuitas -que por su preparación y capacidad de amoldarse a los matices culturales de cada país eran los mejores propagandistas- fue especialmente útil en los fines papales, aunque su origen español y la desconfianza hacia el poder de los Austrias les hacía reiteradamente sospechosos de espionaje a favor del Imperio. Con todo, incluso lograron "colarselos" a Enrique IV, de Francia, después de haber estado años excomulgado por haber confesado la fe luterana. La habilidad de los papas era esa: ligarse a y apoyarse en las testas coronadas a reyes que pudieran ser "modulados" por sus devaneos religiosos o de otra índole. Felipe II era el más temible, pues podía a veces acusar al papa de ser poco ortodoxo...
Afortunadamente para la diversidad frente a la unidad asfixiante y paralizante -la uniformidad-, Los protestantes se hicieron fuertes en Inglaterra, la Invasión de la Invencible fracasó, en Holanda cristalizó también la fe de Lutero, y las diferentes lenguas vernáculas fueron imponiéndose con una fe u otra. Afortunadamente, los protestantes fundaron en el Nuevo Mundo una sociedad completamente nueva, en la que se impuso el cristianismo libre, la fe individual, la interpretación libre de las escrituras y, para protegerla, unas instituciones protodemocráticas en la temprana edad de 1620, casi cuando en Europa empezaba la tremenda Guerra de los treinta años. El resultado de esa guerra fue la convicción de que Unos no podían acabar con El Otro, y nacieron las naciones que hoy conocemos, lo cual mantuvo una diversidad por lo menos geográfica, y la independencia de algunas naciones respecto a Roma; incluso entre las católicas como Francia, que pese a su persecución de los protestantes, siempre mantuvo un galicismo independentista entre su clero, más o menos alerta en contra del vaticano y los jesuitas, apoyado intermitentemente por la corona. Seguro que factores de no sumisión ciega como éste fue lo que debilitó la influencia papal y permitió la diversidad, aunque fuera incompleta.
Las naciones monárquicas fueron un avance contra la uniformidad, y como signo identitario diversificaron y matizaron el religioso. No hace falta decir que la Nación Norteamericana aportó un gran factor de diversificación y de identidad cultural novedosa, pues fue la primera en articular la diversidad no como tolerada, sino defendida por las instituciones que desde 1620 fueron naciendo y evolucionando. Su ejemplo fue intentado replicar en Europa, pero mal interpretado por los Ilustrados, el intento fue un desastre.
En realidad Europa no ha acabado de asumir con todas sus consecuencias la diversidad Individual, la única importante. Domina el sentimiento de que la democracia es una cuestión de mayorías dominadas por Ilustrados-déspotas benevolentes-, y sigue habiendo una gran fascinación por la Unidad que se confunde con la uniformidad demasiadas veces. Ese sentimiento ha dado origen o ha reforzado sueños imperiales milenarios, en cabezas como Napoleón, Hitler o Stalin. Hay una buena dosis de Ilustración -ideología básica de Europa-, de confianza ciega en la razón, tras este uniformismo racionalista (basado a su vez en el tomismo silogista), al fin y al cabo (¿si todos somos igualmente racionalistas, porqué no gobernarnos uniformemente?)
El (fracasado) proyecto de Unión Europea, que se limita más que nada a la desconfianza mutua, es una renovación del sueño napoleónico, en el que Francia hegemónica manda sobre la política exterior europea, con el apoyo económico de Alemania. Al menos Napoléon acertaba en una cosa: Alguien tiene que mandar para imponer es uniformidad...
No hay más que ver como se comporta Sarkozy, o como lo hacía Chirac, o Giscard, o el mismo de Gaulle, para ver que Francia tiene una constante aglutinadora: el napoleonismo vendido a los demás como libertador, ser la nación lideradora europea y hacer frente al hegemonismo americano. En la guerra de Irak demostraron el poder de boicot que tienen cuando quieren. Pero al final la UE no ha avanzado nada hacia la libertad individual de los europeos; por el contrario, la han constreñido a una segunda o tercera fila en las naciones de más tradición liberal, como Holanda, Inglaterra, en favor de los burócratas de Bruxelas que imponen su voluntad por encima de las leyes y costumbres seculares.
Ahora corren malos tiempos para la libertad individual. las crisis no suelen ser caldos de cultivos de sutilezas políticas, sino de avance de la mediocridad y la brutalidad. Veremos hasta dónde llegan las aguas anegantes, auto destructivas, de nuestra civilización.
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There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)
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3 comentarios:
Fíjate si corren malos tiempos para la libertad individual:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/espanoles/quieren/educacion/obligatoria/anos/elpepusoc/20090305elpepusoc_3/Tes
No entra en mi cabeza el fin de la libertad individual. Se que es lo que existe en la mayor parte del mundo, pero ante esa situacion quedo ...no se como quedo. Charlete
Lo siento David, no se abre el link, pero me imagino qué es.
charlete, la libertad individual cotiza a la baja, como en los años 30, y más que va a bajar en este puto lado del atlántico.
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