"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 19 de octubre de 2010

El bolso

Una mujer, cuando sale de casa,busca el bolso que le va con lo que lleva puesto. No puede llevar un bolso, digamos, negro, con unos zapatos marrones; o no sé si es con una falda marrón, ¿o será la chaqueta? Eso obliga a trasvasar lo del bolso que usó ayer al que va a llevar hoy. Pero, ojo, no todo. A lo mejor decide dejar en el anterior, yo que sé, el rímel, ya que no va a usarlo. Este trajín exige una gran precisión, concentración, en lo que se hace. Es como un militar que va a tomar una cima, por ejemplo. Llevará el armamento adecuado, pensado, para esa acción. Si se trata de una acción nocturna, llevará linterna, infrarrojos, etc. Si es de día, llevará otro equipamiento. Pues, aunque no se lo crean, eso exige menos concentración que lo del bolso femenino. La prueba es que la mujer siempre lleva algo perdido en su memoria, algo que dejó en el tercer, o cuarto bolso, por eso se la oye decir: "¿has visto mi móvil?"... "no cielo, no lo he visto"... llámame, a ver si suena... no suena... la cosa se pone tensa... "¡ay! dónde lo dejé, lo habré perdido?"... Cuando no es el móvil, es la cartera con las tarjetas de crédito.
¿Se imaginan al militar, tomando la colina, preguntando: ¿habéis visto mi cartuchera? Sobre todo al capitán que va delante, ¿a que no se lo pregunta? claro, antes le pega un tiro al capitán que confesar que "se ha equivocado de bolso".
La guerra es unidireccional, no circular. Si la cagas, te matan. La vida  de la mujer es circular: el móvil, o la cartera, reaparece, o no, se reponen y ya está.
En la guerra, por un lapsus, puede morir un capitán sin saber porqué ha recibido un tiro por la espalda. Lo llaman "fuego amigo". Por eso no suele ir delante.
A mi me gustan más las mujeres que la guerra, pese a todo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay cosas en la vida de las mujeres que por desgracia no se reponen jamás: la virginidad, la juventud, la firmeza de un busto, ciertas seguridades. Por eso se aprecia lo reemplazable. En realidad no reponemos nada, sólo tenemos el optimismo de llenar espacios vacios con nuevos objetos o afectos, que a veces suelen ser mejores que los anteriores.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Pues sí

www.MiguelNavascues.com dijo...

Bueno, mi intención no era criticar lo que más me gusta de las mujeres: que son tan diferentes