"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 24 de marzo de 2011

La verdad del 11-M

Se ha desencadenado una guerra contra Libia, aunque no se sabe todavía el objetivo. El mandato de la ONU invita a defender a la oposición de ser masacrada, pero sin desbancar a Gadafi. Mientras hay países que, como Alemania, han dicho llanamente que no ven claro quienes son los buenos, y que para eso ella no se mete.
Creo que tiene razón.
La política exterior debe ser guiada por los intereses nacionales, y debe ser consencuencialista. Las consecuencias de esta guerra pueden ser desastrosas, y me parece tan prudente Merkel  como Zp alocado. Encima le está mostrando a la alemana lo que la respeta, pues se va a gastar allá en Libia gran parte de lo ahorrado bajo presión de Merkel. Creo que en esta guerra Zp muestra su verdadera facta: un marciano saboteador que ha venido a destruirlo todo.
Zapatero tiene un desajuste vital entre realidad y metas que se le está desmoronando con la crisis y estas trampas que él mismo se fabrica. Su liviandad es tremebunda, y cuando habla de economía parece un frívolo juerguista que le da por hablar de cosas que desconoce. No ha aprendido nada, ni a escuchar. Suelta tontadas que dan vergüenza ajena, y no tiene el mínimo instinto depredador que hacía de Felipe González un Maquiavelo al lado suyo. Por no tener no tiene ni el sentido del ridículo. Pero esto es fallo de diseño:
A veces pienso que bajará un OVNI y se lo llevará, pues el experimento habrá acabado: era un extraterrestre  de prueba, para futuras invasiones. Se lo iban a llevar en marzo de 2008, pero un fallo técnico retrasó la nave, y cuando llegaron ya había ganado otra vez. Decidieron dejarle, a ver cuánto nos tragábamos más el invento. Nunca entendieron cómo ganó esa segunda vez. La primera tuvieron que montar un atentado de la leche  de complicado, y se dieron cuenta, tarde,  que fue un error: había fallos de diseño. Cantaba mogollón, con esa mirada penetrante de paranoico dubitativo; pero la gente respondía.
Le dejaron seguir. Al fin y al cabo le creían, a la vez que creaba la mayor crisis de la historia. Ahora temen no recuperar la carcasa con toda la información almacenada. y, claro, dejarlo aquí descubriría el pastel. 

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