Wolfgang Münchau expone aquí sus convincentes razones para que el sucesor de DSK en el FMI siga siendo europeo. Explica que no está pidiendo que se mantenga el pacto no escrito que dice que el FMI es para un europeo, apoyado por un subdirector americano. No: lo que dice es que el FMI va a tener como principal problema -tiene ya - el problema europeo (creado por el euro, añado yo). Y que un director gerente mexicano, por ejemplo, no tendría la sensibilidad necesaria para entender el "Problema".
Bueno, el mexicano podría decir por qué no se pensó así en las crisis sudamericanas de los ochenta, en que un francés era el director del FMI mientras los países en dificultades era México y sus vecinos (pese a que México tenía excelentes profesionales formados en USA, y desempeñaron un papel de primera fila en aquella crisis) . Pero, bah, dejémoslo pasar ¡el pasado es el pasado!
Sí, Dominique S-K ha jugado un papel esencial en la crisis del euro. Dice Münchau: "comprendió enseguida que no se podía dejar quebrar una deuda soberana".
Pero algunos sospechamos que eso precisamente ha contribuido a atascar el "Problema". El "Problema", cuando estalló, hace un año, se enfocó de una manera, juzgada por todos, incluso Münchau, de venenosa. Ahora estamos mucho peor que hace un año, precisamente por empeñarse en un imposible: que Grecia pagara íntegra su deuda a base de contraer el gasto y, de paso, la economía. Hoy, Grecia tiene una deuda soberana del 160% del PIB, mientras está previsto que éste se contraiga este año y el que viene. No hay duda ninguna que habrá quita, por mucho que se empeñe Merkel (quita que, hace un año, hubiera sido menor).
Por eso, a lo mejor conviene que venga alguien con una visión más objetiva, menos inclinada a favorecer a Merkel y sus bancos, alguien que corte el nudo gordiano del euro de un tajo y libere las fuerzas económicas.
El nudo gordiano es el que sujeta las tres patas del euro, o tres Noes, que impiden salir de la crisis: No devaluación, No quita, No abandono. Cierto, sin esas patas el euro no se parecería a sí mismo; sería otro euro. Sería un euro menos pretencioso, digamos menos Titanic, y más económico. A por él.
Bueno, el mexicano podría decir por qué no se pensó así en las crisis sudamericanas de los ochenta, en que un francés era el director del FMI mientras los países en dificultades era México y sus vecinos (pese a que México tenía excelentes profesionales formados en USA, y desempeñaron un papel de primera fila en aquella crisis) . Pero, bah, dejémoslo pasar ¡el pasado es el pasado!
Sí, Dominique S-K ha jugado un papel esencial en la crisis del euro. Dice Münchau: "comprendió enseguida que no se podía dejar quebrar una deuda soberana".
Pero algunos sospechamos que eso precisamente ha contribuido a atascar el "Problema". El "Problema", cuando estalló, hace un año, se enfocó de una manera, juzgada por todos, incluso Münchau, de venenosa. Ahora estamos mucho peor que hace un año, precisamente por empeñarse en un imposible: que Grecia pagara íntegra su deuda a base de contraer el gasto y, de paso, la economía. Hoy, Grecia tiene una deuda soberana del 160% del PIB, mientras está previsto que éste se contraiga este año y el que viene. No hay duda ninguna que habrá quita, por mucho que se empeñe Merkel (quita que, hace un año, hubiera sido menor).
Por eso, a lo mejor conviene que venga alguien con una visión más objetiva, menos inclinada a favorecer a Merkel y sus bancos, alguien que corte el nudo gordiano del euro de un tajo y libere las fuerzas económicas.
El nudo gordiano es el que sujeta las tres patas del euro, o tres Noes, que impiden salir de la crisis: No devaluación, No quita, No abandono. Cierto, sin esas patas el euro no se parecería a sí mismo; sería otro euro. Sería un euro menos pretencioso, digamos menos Titanic, y más económico. A por él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario