"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 8 de agosto de 2013

Suicidio nacional

A lo mejor me equivoco, pero los dos conflictos diplomáticos que tenemos en este agosto fantasmal son la verja de Gibraltar y el largo caso Carromero.

Carromero ha dejado una bomba a los pies de su gobierno. Sólo se le puede reprochar que no lo hiciera antes, pero es que antes, probablemente, estaba silenciado por el propio gobierno. Es decir, el gobierno ha fingido que se creía la sentencia judicial de Cuba según la que Carromero había sido el causante de la muerte de Oswaldo Payá, y este se adaptó al esa versión moviéndose por España como un reo culpable con una anilla electrónica.

A Carromero le exculpa que quisiera salvar su vida. Vida que, al parecer, el gobierno español sólo era capaz de proteger mintiendo: mentira que implica que Carromero era el homicida de Oswaldo Payá. Bueno, pues Carromero ha hablado y ha dicho la verdad (que fue un asesinato de la policía cubana, y que Payá estaba civo cuando él salió del coche) lo que ha removido las aguas profundas de la política internacional.

¿No es esto una palpable muestra de nuestra debilidad como Estado? Digamos que cuando ocurrieron los hechos, y Carromero estaba en prisión cubana, una buena parte de la oposición de izquierdas española manifestó su desapego y mostró su disposición a creer la versión intragable del régimen cubano.

Los españoles tenemos una droga: la ideología, y por encima de eso no toleramos que se entremeta la vida de un español si éste ha entrado en colisión con un régimen tiránico, simplemente porque es de los escasos regímenes comunistas vivos, que mantiene además la aureola del heroísmo de camisetas estampadas con la imagen del Ché Guevara.

Esa es nuestra debilidad, la división en múltiples fragmentos de la idea de España, con irreparables fracturas que se suman a otras fracturas. No hay nadie que piense en determinados momentos en español. Prometí acude al diccionario ideológico, y luego sentencia que ese español es sospechoso. Ahora que estoy en Berlín, basta estar a aquí cinco minutos para darse cuenta que eso sería imposible. Inimaginable.

El otro caso de división ante un problema exterior grave es el de la verja de Gibraltar. Puedo equivocarme, pero aquí el gobierno y el ministro Gargallo me parecen haber actuado con justa firmeza. Una cosa es que Gibraltar sea, de momento, inglés, y otra que su gobierno está injiriendo gravemente en la vida de los españoles de la zona. Gibraltar se ha convertido en refugio de capitales e intereses espurioa, que ademas van y cienen a España con la impunidad se los corsarios. Hubiera sido una vergüenza que el gobierno no hubiera reaccionado ante el insólito hecho de llenar la bahía con moles de hormigón para impedir la pesca de los pesqueros españoles.

Pero de nuevo aparece la división y, como en la ocasión de de la isla de Perejil, la oposición se muestra en contra del gobierno y se alinea a favor de humillar se ante los caprichos de los gibraltareños, que seguro que al gobierno de su HM no le ha hecho mucha gracia.

En este caso concreto, el PSOE ha hecho el mayor de los ridículos. Se ha olvidado de su ideología de Obrero y Español. El PSOE va por delante, como un heraldo siniestro, en la peste de la fragmentación. El único partido con presencia en toda España ha decidido suicidarse sistemáticamente. Va camino de conseguirlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Habria que quitar tambien la S y dejarlo solo en P hasta que se aclaren..