"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 17 de mayo de 2014

Nostalgia de Simenon

El crímenes de León tiene todos lo ingredientes de una novela de Simenon. Lo decía esta mañana Enric a González, y tiene toda la razón. Uno, que es devoto lector, caso litúrgico, de Simenon, echa de menos aquí su composición maestra del crimen.

Para él el hecho era una justificación para componer la trama psicológica. Simenon no tenía nada de optimista sobre las motivaciones humanas.

"Aventuro que a Simenon, goloso explorador de los entresijos de la sociedad, le habrían llamado la atención un par de detalles circunstanciales. Muy anteriores al crimen, ajenos a él y, sin embargo, reveladores. Creo que se habría entretenido recorriendo los corredores de una Diputación. Las diputaciones provinciales son un residuo decimonónico, un viejo reducto caciquil perfectamente prescindible que sobrevive como abrevadero político y como instrumento de poder, no de servicio al ciudadano. Sus funciones podrían ser asumidas por ayuntamientos y comunidades autónomas, cuyos gobernantes son elegidos directamente por los ciudadanos. Su desaparición supondría un ahorro y ningún inconveniente. Pero ahí siguen.

Y el coche. Simenon se habría fijado en el coche. Cuando Montserrat Triana, la joven ingeniera, se sintió cercana a alguien poderoso como Carrasco y fue incluida en las listas electorales de Astorga, se compró un Mercedes. No fue un rasgo de megalomanía individual; en todo caso, sería un rasgo más de una megalomanía colectiva que nos resulta familiar. ¿Quién no conoce a un concejal con un automóvil de lujo? Eso no significa que la mayoría de los concejales sean corruptos. La realidad es la contraria. Significa que nos hemos acostumbrado a relacionar ciertos cargos municipales con el dinero fácil. Y eso también dice bastante sobre cómo están las cosas."

Todo esto son en efecto datos simenionanos importantes; pero hay más. La relación personal "estrecha" entre la hija de la ejecutora del crimen, y la policía municipal que le ayudó a esconder el arma. Lejos de mí establecer una relación causal entre el crimen y ese tipo de relaciones, complicidades que llevan a poner en riesgo sipu vida social. No creo ni por un segundo que lleven al asesinato. ¡Pero son tan puramente simenionanos!

Nuca se sabe qué es la sustancia y el adobo. Sólo la metafísica se ocupa de tales cosas. Para Simenon no existe la metafísica. Existen los hechos que, encadenados, dan un retrato social irrepetible en un tratado de metafísica. El crimen de León no es lo mismo sin ese Mercedes, o esa carrera truncada, o esa amistad íntima entre dos personas, que llevan a las dos a transgredir la ley con la complicidad de la madre, que se ofrece a ser la ejecutora porque al final es la que más odia, ¿por qué?

La pasión humana ni es pura ni perfectamente discernible. El amor de una madre se transmuta en odio hacia una tercera persona, quién, por otra parte, era perfectamente odiable. Pero generalmente el odio se jefa muerto en nosotros. Estamos rodeados de redes de sentimientos y frustraciones como ésta. La mayoría se disipan sin transcendencia.

Pero precisamente estos hechos tan infrecuentes nos ayudan a entender las penalidades ocultas de la vida, llena de odia contenidos que se suelen agotar en sí mismos.

Un nudo de amores y odios que sólo Simenon, por desgracia muerto, podía relatar y hacer comprender. Porque su especialidad era hacer comprender al asesino. Nadie como él para adentrarnos en las simas del alma humana.

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