"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 13 de julio de 2014

Un liberalismo de innoble cuna

Encuentro en la carta de hoy de Pedro J Ramírez un borrón imperdonable. Se trata de un alegato contra Pablo Iglesias, al que compara con Jean Paul Marat. No es que Iglesias haya llegado a la vileza asesina de Marat (que por cierto, luego sirvió de ejemplo para Lenin), pero que, en fin, sus contactos y padrinos hasta ahora no ha sido tranquilizadores. Pero primero, unos párrafos de PJR:

... pero mucho más preocupante es el fondo del asunto, es decir la similar condescendencia del chavismo y los fundadores de Podemos en relación al terrorismo etarra. Mientras Venezuela sigue siendo un santuario para De Juana y otros carniceros similares, Pablo Iglesias ha puesto hace unos días el énfasis en las «explicaciones políticas» de la «violencia» de ETA. Es cierto que luego ha aclarado que «explicar» algo no significa justificarlo pero dos de sus intervenciones anteriores permiten interpretarle.
Me refiero por un lado a la famosa charla de la herriko taberna en la que tras denunciar que nuestra Constitución supone la continuidad del franquismo e impide «ejercer determinados derechos» añade: «Me gusta contar esto aquí porque quien se dio cuenta desde el principio fue la izquierda vasca y ETA». Y por el otro al vídeo en el que elogia la guillotina con palabras de Robespierre: «Castigar a los opresores es clemencia, perdonarles es barbarie». O sea que si alguien se arroga la capacidad de identificar a esos «opresores» –como los jacobinos durante el Terror o ETA durante su medio siglo de actividad– tiene barra libre. Como dice Monedero «la lucha armada va a ser leída en función de a quien mates».
Por eso Marat predicaba de forma explícita que había que «apuñalar», «empalar», «colgar» «quemar» y «degollar» a los «enemigos del pueblo». Sin embargo en ese vídeo Pablo Iglesias habla del «bueno de Jean Paul Marat» como si se tratara de Juan XXIII, la Madre Teresa de Calcuta o el Peter Sellers de Bienvenido míster Chance. Tengo tres mil libros sobre la Revolución –el que yo he escrito se va a publicar este otoño en Francia– y no ignoro que hasta Marat cuenta con partidarios pero desde luego es la primera vez que oigo a alguien llamarle «bueno».
Al comienzo de la Revolución «el bueno de Jean Paul Marat» sostenía que para evitar que corrieran «los ríos de sangre» era preciso verter «algunas gotas». Pero mientras en 1789 creía que bastarían «quinientas o seiscientas cabezas», en 1790 ya reclamaba «diez mil», en 1791 pedía colgar a todos los diputados, en 1792 se regodeaba en lo «maravilloso» que sería que los «patriotas» cortaran «cien mil cuellos» y en 1793, poco antes de que Carlota Corday irrumpiera en su bañera, estimaba necesario que hubiera «quinientas o seiscientas mil» víctimas.
Es verdad [sic], como alega Pablo Iglesias, que la Revolución Francesa alumbró la modernidad política y la democracia representativa pero también el totalitarismo y el terrorismo del siglo XX. ¿Son disociables los «sueños de la razón» de los «monstruos» que a menudo generan? Mientras los liberales creemos que sí, los fanáticos de uno u otro signo han encontrado siempre su coartada en esa ecuación.
Aunque él preferiría verse equiparado al atildado, virtuoso e incorruptible Robespierre –«¿Dónde va ese cura siempre rodeado de mujeres?», se preguntaba Condorcet– la irrupción del líder de Podemos en la política española recuerda a un célebre grabado de la época en el que se ve a Marat emergiendo del sótano en el que se escondía para recoger el candil providencial que le tiende Diógenes. La catacumba de la que Pablo Iglesias ha surgido para tomar el testigo luminoso que el caudillo bolivariano parece haberle entregado desde el más allá es el piélago de miseria y desesperación engendrado por la incompetencia, corrupción y egoísmo de esa «casta» endogámica que es en efecto, y con pocas excepciones, nuestra clase política. Quienes acuñaron el término fueron los periodistas italianos Antonio Stella y Giuseppe Rizzo y EL MUNDO quien les premió en España cuando apareció su libro."
Nada que objetar a la denuncia de hechos concretos, como esa famosa reunión en la herriko taberna; eso pone en evidencia que el tal Pablo Iglesias ya ha forjado un doble lenguaje, según a quién se dirija. Yo creo que efectivamente es de la línea de Marat y de Lenin, aunque no hemos llegado a esas circunstancias, y por ahora espero que no lleguemos.
Mi objeción principal a PJ, una persona tan ilustrada en historia, que ha escrito dos libros magníficos, es afirmar que de la Revolución Francesa nació el liberalismo. Rotundamente falso. De la revolución francesa nació la revolución comunista, y Lenin no se cansaba de decir que seguía el modelo de los jacobinos, sobre todo en la energía desplegada en ejecutar sentencias de muerte, y con las miasmas expresiones de Marat. Matar, matar, luego ya habrá tiempo de hacer justicia, pero primero matas (Solszenizin en Archipiélago Gulag). De la RF nacieron, en definitiva, los Pablos iglesias.

No hay más que poner la historia en orden para ver que, primero, la Revolución Francesa fue muy posterior a la Revolución Americana, de la que sí nació un régimen parlamentario y constitucional, que se mantiene incólume tras más de 250 años de existencia. Además, la revolución francesa jamás abocó a un régimen estable mínimamente democrático hasta muy recientemente, pues primero vino Napoleón -digno hijo de la revolución- que arrasó Europa, y dejó seis millones de cadáveres inocentes sembrando con su sangre; que hubo que montar una alianza de muchas naciones para derrotarlo, en la que Inglaterra fue la que se dijo la piel en su tenacidad de no cejar hasta ver el monstruo entretejas. Inglaterra, nación, que por cierto, en 1668, ya disfrutaba de un verdadero régimen parlamentario, régimen que los países del continente tardaron mucho en lograr, piess lo que hubo fue una pálida imitación de Inglaterra, pero empezando la casa por arriba, es decir, como una concesión de rey, siempre que hubiera una segunda cámara que defendiera los privilegios del rey. Lo que hubo el Inglaterra fue un pacto de igual a igual tras siglos de luchas entre ambos poderes.

Ya sabemos que la educación en España es muy mala, pero ese error no se ha corregido desde nunca, pese a que nuestro ilustrados, como Jovellanos, eran partidarios de la moderación inglesa, y las Cortes de Cádiz, en las que participaron, buscaron una Constitución a la inglesa, imtegradora de la Iglesia y la Corona. Todo se fue al carajo por el indigno traidor Fernando VII, aunque también por la patosería de los liberales más extremistas, como Riego. Pero el objetivo inicial era ese: un modelo a la inglesa, aunque caído del cielo, no obtenido gracias a un lucha sostenida entre el Parliament y el Rey, de la que los ingleses se sienten tan orgullosos. Y con razón. Al final la "Pepa" fue una constitución tan a espaldas del pueblo que era inaplicable, como se demostró en el trienio liberal (que tan bien conoce PJR).

No dudo que los Pablos iglesias no son partidarios de los regímenes verdaderamente parlamentarios, y que lo que quieren es acabar con lo que el nuestro tiene todavía de Constitucional. Están al acecho de la crisis de los partidos parlamentarios, y ya se ha cobrado una pieza, IU, a la que seguirá enseguida el PSOE, si no ocurre un milagro. Es su única oportunidad, porque se alimenta de la crisis y el profundo malestar que produce, malestar que el PP es incapaz de reconocer, con su liberalismo estúpido de cartón piedra que volará por los aires en cuantos e tuerzan un poco las cosas. Y entonces veremos que las regímenes prendidos con alfileres, que prenden una vela al diablo de la izquierda -desde el rey, que no nos enteramos que había propuesto a Susana Díaz ser candidata en la batalla por el PSOE- ¿qué cojones hace este tipo, al que ha habido que echar y aforar deprisa y corriendo, intrigando en los partidos? ¿No es eso la expresión más triste de la bajeza que hemos alcanzado?

Todo se ha encenagado, los políticos y el pueblo. De ninguno se puede esperar nada bueno si no sale alguien que lo dirija, lo que es muy difícil porque con tanta fragmentación nadie le haría caso.



8 comentarios:

Miguel E. dijo...

Eso es lo que piensa la mayoría de la población; es lo que enseñan en el instituto, en Filosofía del Derecho y Constitucional, en los cursos de Humanidades...

La teoría es; la Democracia nació en Grecia pero de forma censitaria.

Fueron los ideales ilustrados franceses (la Enciclopedia, etc.) los que se expandieron por América y provocaron 1776 y, finalmente, 1789, que fue la creación definitiva de la Democracia (el parlamentarismo le mola más a la progresía que el presifencialismo).

Por cierto; ¡¡¡ha ganado Pedro Sánchez!!!

Creo que, al ser muchísimo menos radical, es bueno para España.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Sí, así, lo creo, aunque no sé si tiene ideas propias.

Pablo Bastida dijo...

¿Para que coño las quiere? Es el más guapo.

Pablo Bastida dijo...

Mira quien me he tropezado, Miguel, tu amigo Caruana:
http://www.telegraph.co.uk/finance/markets/10965052/Bank-for-International-Settlements-fears-fresh-Lehman-crisis-from-worldwide-debt-surge.html

www.MiguelNavascues.com dijo...

Jajajajajajajaja, si la apostura, lo más importante, compañeros and compañeras! jajajajaja

Ronaldinho dijo...

"Mi objeción principal a PJ, una persona tan ilustrada en historia, que ha escrito dos libros magníficos, es afirmar que de la Revolución Francesa nació el liberalismo. Rotundamente falso. De la revolución francesa nació la revolución comunista, y Lenin no se cansaba de decir que seguía el modelo de los jacobinos, sobre todo en la energía desplegada en ejecutar sentencias de muerte, y con las miasmas expresiones de Marat. " Resulta que llevamos 200 años o más de comunismo y Pedro J sin enterarse, que en las calles no sé donde guardaran la hoz y el martillo y que en lugar de haber banderas rojas está una de varias estrellas en un fondo azul, que dicho sea de paso parece que nos lleva a estrellarnos y a estar en medio del océano sin saber a donde dirigir esta casa que llamamos la nación española, Europa u Occidente.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Por cierto, que el liberalismo "bueno" sí estaba reflejado en la Cinstitucion de Cádiz, gracias a los ilustrado españoles que, como Jovellanos, miraban a Occidente.

Ronaldinho dijo...

La muerte, esa terrible compañera de destino para algunos y para otros el comienzo de un nuevo viaje hacia algo trascendental, para otros simplemente algo distinto tanto si es como si no. Pero sin duda el que trajo a los cuatro jinetes del apocalipsis fue la democracia, tanto por su victoria como sistema político sobre el resto, por la guerra que ha dejado de sí en los Imperialismos como el Británico y luego por medio mundo de Estados Unidos, el hambre ya que se produce más alimentos de los que se consumen y aún así es la principal causa de muerte en el apetito feroz del sector financiero y finalmente la muerte, la muerte que deja tras de sí la victoria, la guerra y el hambre.