Requiem por la partitocracia

La partitocracia - concentración del poder en las cúpulas de los partidos- fue considerado en la transición el único sistema razonable de organización en un país en que los nuevos artífices de la concicncia eran desconocidos. Mejor votar siglas que personas, más estable. Eso degeneró en la supremacía de esas cúpulas sobre las instituciones. Ahora esto se va a acabar antes de que lo que se pensaba.

Tiene razón Federico Jimenez Losantos, por mucho que me cueste dársela. España se está desintegrando en las eleciones de las CCAA, o CACAs, se van a llevar por delante los única fuerza centralistas que hay, que son ... La partitocracia. Sí, la denostada partitocracia.
Y eso, ¿es malo? Es una de las lacras del sistema político español, y no debería ser malo. Pero resulta que eso nos lleva al descontrol absoluto de las CCAA, que no obedecerán a sus dirigentes del partido, con el peligro de hacer a su guisa modificaciones institucionales en el sentido de mayor centrífugación, y mayor debilidad aun del gobierno central. Un avance más hacia la anarquía natural de este país, como demostró en la primera República española. (Y no poco en la segunda).

Ya es malo que los nacionalismos hayan crecido, pero peor es que se haya imitado en toda España. España se expande como el universo, pero a mayor velocidad. Las fuerzas del poder legítimo se disuelven en el aquelarre de las autonomías, en las que cualquier pacto contra natura es posible.

La anarquía est haciendo aliados a Susana Díaz, Monago, Podemos, C's, y todo lo que se nos pueda ocurrir. El anarquismo autonómico puede llegar a niveles de pesadilla. Madrid - es decir, el gobierno de España- se puede quedar boicoteada por cualquier futesa. Un momento óptimo para los nacionalistas de verdad, reforzados por esta obra de disolución acelerada de las instituciones.

Ahora mismo no hay partido nacional que controle sus líderes regionales, que están deseando tocar poder. El poder para ellos está en las poltronas de las autonomías, suculentas tentaciones de prebendas de todo tipo. Qué pena que el único partido que tenía en su programa la recuperación de poderes del gobierno central UPyD, esté ya en la funeraria. Los demás apuestan por tener a "los suyos" en los poderes regionales, pero no se dan cuenta que los suyos ya no son los suyos. El PP es una bomba apenas controlada, y mas cuando pierda las eleciones generales y tenga que apoyarse en lo barones; que ya no serán barones, sino virreyes.

La destrucción del bipartidismo tiene esto: que nos va a dejar desnudos e indefensos. El que se quiera hacer la ilusión de que de esto va a salir un sistema menos corrupto, se está engañando a él y a los suyos. Descontrol significa descontrol de todo, no sólo de lo malo. Un Monago descontrolado puede ser igual de peligroso que un mono con una caja de cerillas. Véase sino el descontrol del déficit autonómico.

Este va a ser el mayor problema de España, obviamente, justo cuando Cataluña amenaza con segregarse. Estas elecciones van a hacer mucho más débil al centro frente a las amenazas secesionistas. Lo que es seguro es que Rajoy, que no ha querido hacer frente al problema cuando tenía mayoría absoluta, no va a tener ya la fuerza para mantener la Constitución, como no la tendrá ningún partido. Cadiz niño será prisionero de sus barones, que pasaran a ser el verdadero poder.

Mientras, la ilusa gente se cree que votando a uno u otro se solucionan los problemas. Pues que vaya pensado quién le va a pagar las pensiones, quién va a pagar los impuestos, quien va financiar a los gasto mínimos sociales, cuando no haya un gobierno central digno de tal nombre. Porque aquí ahora mismo solo hay un prestatario con crédito: el gobierno. Cuando este no pinte nada, llegaremos rápidamente a una situación a la griega, y entonces lo menos malo seria un rescate dolorosisimo.

Como me decía Frances Copolla en un comentario en su blog, la situación inicial de deuda y el crédito del gobierno es crucial para poder hacer una política "amable" respecto al presupuesto. Vamos a toda máquina hacia la pérdida de nuestra credibilidad. Con una deuda actual del 134% del PIB, y con su peor dinámica, no habrá margen ninguno para contemplaciones.

En poco tiempo estaremos de rodillas como Grecia: un país sublevado contra sí mismo, en el que nadie gobierna, incapaz de representar a sus ciudadanos, si recursos para pagar sus deudas, un país "experimental", experimentando con el independentismo y la centrífugación.

"Todo esto no tendría que durar, pero durará siempre. El siempre de los hombres, naturalmente, un siglo, dos siglos… Y luego será distinto, pero peor. Nosotros fuimos los Gatopardos, los Leones. Quienes nos sustituyan serán chacales y hienas, y todos, gatopardos, chacales y hienas, continuaremos creyéndonos la sal de la tierra". (Conde de Salina, El Gatopardo).