"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 25 de agosto de 2016

I+D en lo que queda de España

En Juan Carlos Barba, nos pinta un panorama desolador del futuro de España por la caída constante del gasto, publico y privado, destinado a I+D. Estas siglas son Investigación y Desarrollo - a lo que habéis que añadir I de innovación (aplicación práctica de las invenciones al proceso productivo) -; los datos que maneja Barba son de la OCDE.
En todo caso España es de los últimos paises, muy por detrás de otros como Corea, Israel, y otros que sí se preocupan del futuro. 
Juan Carlos ofrece unas razones plausibles para este desastre: 

Aquí nadie se preocupa de la I+D, y la poca que se hace tiene unos rendimientos bastante escasos. En 2014, registramos solo el 2,6% de las patentes de la UE, cuando nuestra población es el 9%. Y eso que Europa no es ni mucho menos la región del mundo que más patenta (solo Corea patenta más que toda la UE). Cierto que en publicaciones científicas estamos mejor, pero si eso no se traduce en una mejora de la estructura económica, es que algo está fallando.

Dentro de unos años vendrán los lamentos, cuando veamos cómo nuestra situación se va deteriorando cada vez más comparados con otros países que lo están haciendo mucho mejor que nosotros.

Está claro por qué los políticos que gobiernan no aplican políticas que preparen nuestra economía para el difícil mundo que nos ha tocado vivir. Por qué la población no valora que se apliquen es más complicado de analizar. Entran muchos factores en juego, desde los propios intereses de la clase dirigente que manipula a conciencia a la población hasta la tradición cultural española de desprecio por la innovación. No sabemos cómo romper este círculo vicioso en el que estamos metidos, pero sabemos que si no sabemos hacerlo, las consecuencias serán nefastas para nosotros y las generaciones futuras.

Hay, en efecto, un lastre cultural que juega un papel importante: nos importa una higa el I+D y las consecuencias de su caída. La desintegración del Estado ha desviado - o fomentado - el interés al folclorismo, pero tampoco le gobierno ha sabido imponer un criterio sensato. España es un reino de taifas cada uno con su peso importante, pero esos pesos no suman, sino que restan, en la acción de interés colectivo. Las CCAA fue el peor invento de la transición, siguiendo de cerca la ley electoral, que ahora C's quiere reformar a peor, es decir, a su interés de partido pequeño y mediocre.
Leyes electorales, reinos de taifas, hacen imposible una política de interés nacional en cualquier ámbito. 
Sin I+ D no hay avance, no crecen los recursos disponibles, por lo que es inútil berrear por una política de una energía no contaminante y barata, o una educación excelsa. Al revés, nos hemos gastado el dinero en una tecnología que no es productiva, y la educación la deciden los fracasasos indenpendentistas y los reyezuelos autonómicos, que imponen por narices una lengua regional que ni siquiera es propia (¿no es así, Pablo Bastida, con el catalán en Valencia y en Baleares?). 
Lo primero que debería hacer España es recentralizarse, para poder distribuir los recursos públicos racionalmemte. El gobierno debería recuperar competencias, empezando por la educación. 
Pero es difícil, porque hay mucha resistencia por parte del mismo "pueblo", ese que dicen que está lleno de sabiduría. El pueblo está enganchado a una serie de adicciones, desde los puentes a las Ferias de su pueblo, la Semana Santa, a ver quién la hace más piadosamente, el Rocío, la Feria, las Fallas, la Semana Grande, san Isidro, todo eso veteado por un acueducto qué hace de pasillo para saltar de puente a puente. 

3 comentarios:

Mente Inquieta dijo...

Muy buen diagnóstico de la situación de la I+D en España. La falta de visión de futuro de las decisiones políticas y el lastre cultural me parecen los dos puntos que mejor resumen la situación.
En cuanto a las soluciones, la cuestión parece bastante más complicada.
Por una parte, un mayor gasto público en I+D, ya sea directamente o mediante subvenciones, no creo que mejore demasiado la capacidad innovadora del país, porque si analizamos la eficiencia de ese gasto y de esas subvenciones, nos echamos a llorar. Buena parte del dinero gastado en subvenciones a I+D se ha venido empleando en cosas que no son investigación, incluso parece que se ha montado una especie de red de fraude alrededor de ese tipo de subvenciones, y es bastante habitual que muchas de las empresas que las reciben dediquen en realidad el dinero a gastos corrientes, que manipulan para contabilizar como I+D.
Sobre la recentralización de España, es evidente que el desmadre autonómico es absolutamente demencial, pero no creo que la Administración Central sea mucho más eficiente administrando el dinero. En algunas partidas sí, porque en la Administración Central hay gente con muchos años de experiencia en algunas cosas, mientras que en las autonomías, casi todos los que están al timón son bastante ineptos, y el criterio político cuenta mucho más que el sentido común o la visión de futuro. Sin embargo, hay comunidades como Navarra o el País Vasco que sí parecen estar logrando efectos positivos en el fomento del I+D, dando adecuado apoyo institucional a proyectos empresariales innovadores que sí repercuten de forma clara en una modernización del tejido productivo (no quiere decir que sean Comunidades perfectamente administradas, y en otros aspectos, por supuesto que toman malas decisiones). Pero no veo nada claro que una recentralización sea una solución adecuada. En las últimas décadas, casi todas las decisiones políticas terminan en chapuza. La descentralización hacia las autonomías fue una chapuza y creo que si ahora se hiciera una recentralización, muy probablemente sería una chapuza aún mayor, y probablemente el remedio sería peor que la enfermedad.
Así, como en muchos otros aspectos, en este tema, España tiene dos problemas, uno muy grave y otro gravísimo. El muy grave es la ineptitud de la clase política, y el gravísimo es la mentalidad del pueblo español. ¿Y si tiramos a los españoles al mar y repoblamos el terreno con alemanes, holandeses y daneses?

www.MiguelNavascues.com dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
www.MiguelNavascues.com dijo...

Ja! Pues ya no sería España