"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 16 de diciembre de 2017

Nacionalismo, como herencia del Carlismo

Se habla poco de la verdadera raíz del nacionalismo catalán y vasco, que no es otro que el carlismo. Las provincias más violentadas por el carlismo, Cataluña y el Pais Vasco, precisamente son las más nacionalistas. El carlismo, a finales del XIX, se extinguió cuando perdió la última guerra carlista, y de ahí surgió un desconcierto entre los ultramontanos que encontró refugio, una estructura ideológica, en el separatismo emergente. Lo digo por esos que siempre quieren explicar las cosas por intereses económicos. Lean la autobiografía histórica de la familia de Sagarra, gran poeta catalán, para ver perfectamente la continuidad, el nexo, entre uno y otro. Mosén Jacinto Verdaguer fue el ideólogo de ese paso de un ultracatolicismo a otro ultracatolicismo, que no otra cosa era el nacionalismo sino la Exaltación de la superioridad católica sobre el resto de España, los “castellans”.
Repesuzco aquí un trozo de la entrevista en el Mundo de García de Cortázar  gran historiador (por cierto,  jesuita) sobre este punto:

Se suele señalar que las zonas de Cataluña donde el independentismo es hegemónico son aquellas de fuerte arraigo carlista, ¿es una coincidencia?
En absoluto, el nacionalismo, como hijo del carlismo, prendió con fuerza en las zonas donde se atrincheraron las fuerzas contrarias a la España constitucional. El catolicismo fundamentalista, la demonización de un liberalismo progresivamente abierto a los sectores populares, el miedo a la modernización social y política que experimentaban los Estados europeos de la época, incluido España, constituyeron las principales señas de identidad de la ideología carlista, que se adueñó de una parte de la Cataluña rural. Donde hubo carlistas, hubo curas y hay independentistas. Alrededor de casi todos los nacionalismos conservadores se apiñan los curas en tal número y con tanta fogosidad que no pocos politólogos vienen destacando la importancia de la contribución cristiana a la propagación de dicha ideología. Se esgrimen distintos argumentos. El clima emocional que envuelve al comportamiento religioso prefiere antes las cálidas y piadosas abstracciones de la nación o pueblo que las frías y materiales reivindicaciones de la clase social.

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