"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 14 de octubre de 2018

¿España, camino de Venezuela?

Ya saben que yo estoy muy preocupado por la suerte de España. Y no solo por las amenazas a la unidad del Estado. En fin, se está empezando a leer cosas en la prensa incluso de desabastecimiento. 
La reforma fiscal que quieren hacer Pedro & Pablo, verdadero superministro de economía, hacienda y otros cosas, espero que sufra un varapalo en Bruselas o supondrá un verdadero infierno para  los españoles y el siguiente gobierno, si es que éste es medio decente. Si Bruselas no basta, espero que en el Senado lo tumben. 
Juan Francisco Jimeno es un buen economista, pero ha caído en la trampa de la econometría. Dice que no hay una valoración econométrica concluyente sobre el efecto de subir el Salario Mínimo Interprofesional. Depende del % de subida. ¡Nos ha jodido! No hace falta ser econometra para llegar a esa conclusión: es de cajón. Lo que pasa es que si subes el SMI un 50%, ¡claro que tendrá efectos contractivos en determinados empleos. Al tiempo. 
Sobre la implantación de un impuesto del 0,2% en cada operación financiera (que no sea a la emisión), en Libertad Digital nos ilustran sobre lo que pasa: las operaciones se desvían a otros mercados, como paso en Suecia en los años ochenta. Este país perdió en 85% de su volumen de operaciones, en beneficio de Londres. ¿Tiene españa ña capacidad de ir a Londres a recaudar su nuevo impuesto?
Lo mismo se puede decir del impuesto adicional a las rentas superiores a determinada cantidad: se fugarán a tierras más acogedoras, a menos que sean rentas del trabajo que tienen retención. 
Lo realmente preocupante es lo que está pasando ya en Andalucía, donde hay desabastecimiento de medicamentos, por un procedimiento delirante de la junta para la adquisición de los medicamentos más necesarios. De nuevo, en Libertad Digital  nos informan de una verdadera escasez de hasta paracetamol, que no es más que un ejemplo. 
La Junta de Susana Díaz (Sí, esa que iba a salvar a España) organiza unas sospechosas subastas bianuales para determinar que farmacéuticas serán las proveedoras. Con ello consigue unos ingresos, y claro, las más competitivas son curiosamente las peores: las realmente potentes no se presentan. ¿Why? El caso es que las que se presentan son Indias & co, que no dan la talla de la calidad ni la cantidad. Aquí un cuadro muestra del desabastecimiento de medicinas en Andalucía. A mí en Madrid me ha pasado ya un par de veces que no había en las farmacias una receta de la Sanidad de Madrid, así que no se crean que es localizable sólo en el Sur. 



El desabastecimiento es la peor señal de malestar económico posible. Claro, no esperen que la gente exija una solución verdadera, sino que irá a mendigar que le den gratis lo que le falta. De nuevo, en Libertad Digital, un artículo sobre el desapego de la mayoría al capitalismo. En España, el 71% de la población piensa que el gobierno debe intervenir en la economía. Tremendo. Esto quiere decir que a mayor desabastecimiento, mayor malestar, y mayores las peticiones de intervención. Claro que debería haber intervención, pero de un gobierno decente en la Junta. Por cierto, han oído ud que los andaluces sa hayan quejado al gobierno de España?
Pero no lo veremos. El gobierno, sea del color que sea, ha perdido las riendas. ¿Y que pinta Ciudadanos apoyando este despropósito? No hay más que ver la cara de memo del líder de este partido que apoya a Susana Díaz para entenderlo. C’s está para otras cosas. 
Anécdotas aparte, esto es serio. Si se empiezan a regionalizar/acotar los mercados más imprescindibles, el desabastecimiento se extenderá, y entonces estaremos muy cerca de Venezuela, donde, a juzgar por la foto de post anterior, les falta hasta los  más elementales bienes y servicios sanitarios. ¿Qué hacer? 

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