"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 13 de mayo de 2019

Cambio climático y las serias dificultades que plantea

Todo el mundo habla cada vez más apasionadamente, y exigentemente, de frenar el cambio climático cambiando la energía basada en el petróleo y gas por otra que no produzca CO2. 
Pero nadie explica realmente si el cambio tecnológico que permitirá eso se va a producir a tiempo. Y ese cambio tecnológico es la clave de bóveda del problema si no queremos hacer un mundo con más pobreza y encima más contaminado. No se esperen que prohibiendo la emisión de CO2 se resuelva el problema. Lo que no podemos es aspirar a resolver el problema volviendo a la Edad Media, sustituyendo las máquinas por tracción animal y renunciando al avance irreversible de de la informática. ¿Deberíamos parar en seco las comunicaciones informáticas a través del mundo cortando en seco su suministro eléctrico, o bien sustituyendo la fuente por una más cara? Es obvio que eso produciría un retraso en todos los aspectos de la economía actual que los primeros en resentirse serían los paises pobres. 
Como ya dije una vez, hoy hay tecnología suficiente para acabar con el hambre mundial, y sin embargo los políticos ni piensan en ello. ¿Por qué iban a pensar con acierto en un problema más complejo?
En The Guardian hay un artículo rindiendo cuenta de un texto del gobernador del Banco de Inglaterra y de su homólogo del Banco de Francia advirtiendo que la banca debe preparase a lo que se avecina con los cambios que predicen sobre el cambio climático. Los activos de la banca podrían caer y provocar pérdidas insalvables al sistema financiero mundial si no se preparan para ese cambio.
Pero nadie explica cómo se va a producir ese cambio; si va a ser un verdadero y revolucionario cambio tecnológico que sustituya el modelo actual de CO2, o simplemente la coerción al capital que lleve a pagar mucho más cara la energía. 
En The Telegraph, hay un artículo de Ambrose Evans-Pritchard lleno de optimismo, aunque no se detiene mucho en fundamentarlo. Sin embargo, da pistas interesantes. 

“No hay un costo macroeconómico para un objetivo climático con cero emisiones. Afirmar que no podemos darnos el lujo de desterrarnos de los combustibles fósiles para 2050 es confiar en las falacias contables primitivas. El cambio a una economía posfósil es más probable que sea un acelerador del crecimiento del PIB, similar a los sucesivos trastornos de la energía de vapor, la electricidad y la tecnología digital, cada uno con una fase de maduración de unos 30 años.

El Banco de Inglaterra sostiene que la inversión verde es un beneficio económico neto. Es una forma de absorber el exceso de ahorros en exceso en el sistema financiero global y poner el capital inactivo a trabajar.”

Demasiadas ambigüedades, en mi opinión. 2050 está muy lejos como para estar seguros que dispondremos de esa nueva tecnología son abruptos choque económicos, por muy rentable sque sean dentro de 30 años. Largo me lo fiáis, diría nuestro don Juan. Ambrose E-P parece confiar demasiado en el impulso mismo que supondría en gasto en esa nueva energía:

“El mercado de bonos es una evidencia de que la economía mundial está mal alineada. Unos $ 10 billones (£ 8 billones) de deuda se negocian con rendimientos negativos. Las tasas de los bancos centrales en Japón y Europa están por debajo de cero una década en la expansión económica mundial. Así es como se ve el "estancamiento secular".

Tal es el desajuste entre el ahorro global y la inversión. Lo que necesitamos es una emergencia que nos saque de nuestra trampa estructural, como un rearme en los años treinta, que puso fin al último estancamiento secular. En ese sentido, la crisis climática es un regalo económico de Marte.”

Efectivamente, los tipos de interés tan bajos en el mundo no muestran un optimismo sobre nuevas inversiones, lo cual no debe llevarnos a pensar que el simple gasto ¿público? traiga por sí solo esa nueva tecnología. La experiencia en España sobre ese gasto público ha sido desoladora, pues se ha sumado y no restado al coste energético, excesivamente alto para las rentas más bajas. Aquí los molinillos se han financiado a costa del contribuyente, pero no han producido energía más barata, sino más cara y no sustitutiva. 
Ambrose dice que Reino Unido ha conseguido logros que son la envidia del mundo, lo cual sería plausible, si no fuera por la falta de evidencias firmes. 

Para Gran Bretaña, un objetivo cero es el catalizador necesario para una reactivación de la inversión. Es la forma en que podemos recuperar la soberanía energética en lugar de depender de las importaciones que en la actualidad desangran un 2pc neto del PIB cada año, que se paga principalmente por despotismos.

Así que, por mi parte, estoy animando al Comité sobre el Cambio Climático (CCC), ya que exhorta al Gobierno esta semana a establecer el primer objetivo legalmente vinculante para cero CO2 entre los estados principales, dando un ejemplo como lo hizo con la Ley del Clima original en 2008.”

En fin, que no sé si se están mezclando realidades y deseos, pues no creo ni en la eficacia ni la prudencia de la inversión pública para capturar ese cambio tecnológico, por otra parte tan deseable. Ahora bien, 2050 es una fecha que parece indicar que la cosa no está próxima...
La prioridad Máxima debería ser informar sin ambigüedades del alcance y las predicciones de la teconologia disponible, y advertir de los riesgos de empezar a dictar leyes y prohibiciones, a la par de hacer inversiones ruinosas. Es un problema demasiado serio, y nuestros políticos actuales son tan mediocres, que sinceramente, no puedo confiar en que acierten con tal tipo de amplias miras, muy alejadas de sus mezquinos preocupaciones partidistas. 

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