"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 6 de agosto de 2021

Marx

Siguiendo con la lectura de Edmund Wilson, poco a poco llegamos a Marx, posiblemente el hombre más influyente del siglo XX, cuando él había muerto largo tiempo ha. Su signo en este siglo fue decisivo, dejando una impronta sin la que no se pueden entender su historia, ni la nuestra de hoy. Marx cristalizó el modelo decisivo de interpretación de la Historia. Él lo llamaba el “método científico”, con lo que quería decir que era el único válido, excluyendo a todo a los demás; hasta el punto que se comportaba como un maleducado, rozando el sadismo, con los pobres pensadores que intentaban acercarse a él, con la ingenuidad de que serían bien recibidos por ser comunistas, a lo que Marx respondía mordazmente, poniéndolos en ridículo, que para ser tal había que adherirse incondicionalmente a su cientifismo. (Poco tiene de científico una teoría que no se abre al contraste con otras.)
Se ha demostrado hasta la saciedad, y la historia lo ha corroborado, que el famoso método del “materialismo dialéctico” es una falacia que fracasó. Además, que Marx creyera que tenía la única interpretación de la Historia que explicaba absolutamente todo, desde el principio de los tiempos hasta la aparición de la burguesía, ya hacía sospechar de su validez, pues nunca ha habido una teoría que lo explicara absolutamente todo, y menos científica. 
El materialismo dialéctico es la aplicación del método histórico de Hegel, pero, como decía Marx, poniendo del revés el falaz idealismo de Hegel. El materialismo recogía las importancia de la tecnología de cada época para explicar su desarrollo material, y la dialéctica expresaba la idea de Hegel de que cada época era resultado de una lucha entre dos polos, la tesis y la antítesis, que en esa lucha daban lugar a la síntesis. La lucha de la burguesía con la aristocracia reinante hizo emerger a aquella, con lo que nació una sociedad con instituciones acordes con los intereses del burgués, que era el propietario del capital, nacido gracias a las modificaciones tecnológicas.
Para Marx la aparición del burgués en la historia permitió desembarazarse de la aristocracia y traer la democracia, pero ésta era falaz por cuanto las instituciones que desarrolló no hacían más que defender los intereses de burgués, figura a abatir por el nuevo protagonista, el proletariado, que traerá el paraíso en la Tierra cuando hubiera liquidado al burgués. 
El determinismo que se trasluce en este esquema teórico - contra el cual Marx no admitía réplica alguna -, se hace palpable si, aceptando la Historia de Marx, nos preguntamos por qué el proletariado es el último eslabón histórico y no, por ejemplo, una evolución de la burguesía - que es a lo que hemos asistido desde hace dos siglos; lo que no deja de ser prueba de la falibilidad del método marxiano (por no hablar del mayúsculo error de la teoría del Valor Trabajo y la Plusvalía , que hizo naufragar la obra señera de Marx, “El Capital”). 
Sin embargo, el fracaso dogmático de Marx no le quitó seguidores, incapaces por su parte de leer tan estrepitoso fracaso intelectual, que ni siquiera su amigo Engels fue capaz de enmendar. 
Así que nos enfrentamos a una enorme obra, basada en el Valor Trabajo, y la plusvalía, a cuya validez dedicó Marx todo el segundo volumen, ilegible incluso para Engels, su máximo amigo y confidente. Pero no impidió que se convirtiera en un Icono, un nuevo movimiento firmemente anclado en los trabajadores manuales, que se extendió por el Mundo con más o menos fortuna, pero eso sí, con una influencia decisiva. 
Donde se implantó - irremediablemente en el formato Nación, pese a la insistencia de Marx en que su movimiento era internacional -, dio lugar a sociedades aplastadas por un poder tiránico incapaz de dar de comer a su pueblo. La inesperada caída del Muro de Berlín, en 1990, abrió las cortinas al horror que había dentro. Inesperada porque Occidente se había creído la propaganda comunista, lo único que hicieron eficazmente. 
De hecho, hemos aprendido del comunismo que para que te crean no hacía falta decir la verdad, razonar rectamente, etc, sino decir mentiras que la gente tiende a creer. La propaganda del comunismo ha sido ejemplar en su eficacia, algo que sólo los nazis han sabido igualar. No tener escrúpulos es, sin duda, una base para llegar al poder. 
Si recurrimos a Popper y su método científico, en el que toda teoría ha de ser susceptible de ser refutada por los hechos, es claro que el marxismo es un fracaso filosófico y práctico. Sin embargo, tiene todavía sus adeptos, sus fanáticos seudo seguidores, que no dudan en declararse comunista como vía a la poder. 
Es curioso que, paralelamente a esta historia de Europa - pues el marxismo fue al principio una historia europea -, EEUU empezaba a emerger como la máxima potencia futura, inmediata, con su capitalismo democrático expansivo. Según Marx, los primeros países que estarían “maduros (con un proletariado concienzado“ para el comunismo) serían los más desarrollados. Otro fracaso, pues el primero en ser comunista fue la atrasada Rusia, a base de violencia y fuego. Esta aberración les llevó a decir cosas como (Engels):

Cuanto más pienso sobre el asunto, tanto más claramente se me aparece que los polacos como nación están completamente foutu, y solo pueden ser empleados como instrumentos hasta que la propia Rusia sea arrastrada a la revolución agraria. A partir de este momento, Polonia no tendrá en absoluto raison d’étre. Los polacos nunca han hecho en la historia otra cosa que jugar a la estupidez fanfarrona y camorrera, y no se puede señalar un solo ejemplo de que Polonia haya representado con éxito el progreso, siquiera con relación a Rusia, y que haya hecho cosa alguna de importancia histórica. En cambio, Rusia es realmente progresista con relación a Oriente, etc. (Engels en carta a Marx).

Esta perla demuestra el nivel de aberración a que habían llegado ambos personajes, permitiéndose juzgar a pueblos y países a base de verdaderos errores de bulto, creyéndose en posesión de la Verdadera con mayúsculas.

4 comentarios:

Calixto dijo...
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Calixto dijo...

En un discurso pronunciado en Sevilla en 1992 (https://www.ersilias.com/discurso-el-colapso-de-la-agresion-marxista-pronunciado-por-karl-popper-en-sevilla-en-marzo-de-1992/) Popper resume breve y, como siempre, claramente su punto de vista. Cito, aunque es un poco largo:

"Su argumentación [la de Marx] era escueta: dado que la clase trabajadora (o «proletariado») es la única clase oprimida, y puesto que es la clase productiva, y aquella a la que pertenece la inmensa mayoría, debe vencer. Su victoria revolucionaria consiste en eliminar todas las demás clases e implantar, por tanto, una sociedad en la que sólo haya una clase. La sociedad compuesta por una sola clase es una sociedad sin clases. Una sociedad en la que no hay ni clase dominante ni clase oprimida. Se trata, por tanto, de una sociedad comunista, como Marx y Engels declararon un año más tarde en su Manifiesto. En él decían que, puesto que toda la historia es la historia de la lucha de clases, aquél sería el fin de la historia. Ya no habría más guerras, ni luchas, ni violencia, ni opresión, y el poder del Estado desaparecería. Para decirlo en términos religiosos: un «paraíso terrenal»."

Más adelante resume la falacia del argumento de Marx con contundencia:

"El cuadro histórico de Marx y su profecía no sólo son falsos, sino imposibles. No se puede producir en masa para un sector decreciente de capitalistas ricos."

(Pd. He elegido la opción "correo electrónico visible" para que podamos entrar en contacto.)

www.MiguelNavascues.com dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
www.MiguelNavascues.com dijo...

No es mi correo principal, de todos modos.