"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 22 de junio de 2013

El aristócrata distante

Desde hace un par de días, vengo poniendo párrafos de escritores que releo ahora. He descubierto al hacerlo que O Y G y Pessoa, coetáneos, supuran por la herida de la crisis de los treinta, una crisis que se parece cada vez más a la nuestra. Creo que ellos están muy desorientados, pues hablan desde al intuición y la introspección, y no acaban de saber cual es la ratio última del "Desasosiego" (magnífico título) que ambos sienten. Sin embargo, no dejan de tener razón: había una crisis de desmoralización y, aunque esta no fuera la causa última de ese malestar general, de esa desorientación de la que no acaban de encontrar la clave, destilan tersas e inmortales páginas sobre la condición humana. Y eso los hace a ambos imperecederos.

(¿No fue la Primera GG y la errónea Paz posterior, y la crisis mundial de 1929, la cadena causal de la profunda crisis Moral de Occidente? Pero esto es una análisis científico, ergo probabilístico, que ellos obvian, pues les interesa más la esencia, la respuesta rotunda y definitiva. No importa; es más, se lo agradecemos.)

Fernando Pessoa, en el "Libro de del Desasosiego" (1930), es un dandi decadente hablando de su visión de la vida. Puro dandismo, o puro decadentismo. Mientras Oy G se afanaba por entender y arreglar ese mundo decadente, Pessoa muestra su olímpica indiferencia; no se cuestiona, sólo intenta estar de paso sin hacer ruido, salvo el leve rascado de la pluma en el papel. Su filosofía es esa: estar de paso en un mundo en el que le han dejado caer y que no entiende muy bien. Sólo pretende dejar sus escritos, por si alguien desea leerlos, pero si nadie lo hace, "también estará bien". Un mundo en el que añora el pasado, con su sentido de la metafísica, muerta por defección de la religión (ver post anterior). ¿No acaba al final teniendo razón? Recordemos sus iniciales palabras en el Libro del Desasosiego:
 “Cuando nació la generación a la que pertenezco, encontró al mundo desprovisto de apoyos para quien tuviera cerebro, y al mismo tiempo corazón. El trabajo destructivo de las generaciones anteriores había hecho que el mundo para el que nacimos no tuviese seguridad en el orden religioso, apoyo que ofrecernos en el orden moral, tranquilidad que darnos en el orden político."
y ahora estos espléndidos párrafos del comienzo:
“Considero a la vida como una posada en la que tengo que quedarme hasta que llegue la diligencia del abismo. No sé a dónde me llevará, porque no sé nada. Podría considerar esta posada una prisión, porque estoy compelido a aguardar en ella; podría considerarla un lugar de sociabilidad, porque aquí me encuentro con otros. No soy, sin embargo, ni impaciente ni vulgar. Dejo a lo que son a los que se encierran “en el cuarto, echados indolentes en la cama donde esperan sin sueño; dejo a lo que hacen a los que conversan en las salas, desde donde las músicas y las voces llegan cómodas hasta mí. Me siento a la puerta y embebo mis ojos en los colores y en los sonidos del paisaje, y canto lento, para mí solo, vagos cantos que compongo mientras espero.
Para todos nosotros caerá la noche y llegará la diligencia. Disfruto la brisa que me conceden y el alma que me han dado para disfrutarla, y no me interrogo más ni busco. Si lo que deje escrito en el libro de los viajeros pudiera, releído un día por otros, entretenerlos también durante el pasaje, estará bien. Si no lo leyeran, ni se entretuvieran, también estará bien.”

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