"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 5 de abril de 2023

¿AI como amenaza?

He estado leyendo cosas sobre la Inteligencia Artificial, IA, que, según dicen algunos, es una amenaza latente para el ser humano y su civilización. Esto no se concreta más allá de una amenaza holística, y no se puede dilucidar si el riesgo es un mal uso de la nueva capacidad, o es más grave y, como sugieren otros, la IA superará al cerebro humano y lo esclavizará.

De esta Segunda amenaza nos tranquiliza lo que dice el neurólogo Yuste en El Mundo: el cerebro humano será el que domine la IA. Lo cual reduce el riesgo a un mal uso de esta nueva tecnología, algo que ya ha pasado con la informática desde que se generalizó su uso y contribuyó no poco a nuestro bienestar, aunque sabemos que se ha usado ilegalmente en múltiples ocasiones. 

No descartemos que la IA sea el fin apocalíptico de la inteligencia humana, pero de momento seamos optimistas y pensemos que la IA va ser un nuevo invento capital que nos va a resolver muchos problemas y va a abrir ventanas insospechadas en todas las áreas, empezando por la alimentación y la medicina y salud; aunque como el Windows, los “malos” lo usarán para fines perversos. Podemos conjeturar que los costes de producción generales caerán, lo que significa un aumento de productividad y una caída general de los precios.

Hay una fricción posible, a corto plazo, entre el empleo y la difusión de la IA, que exigirán una adaptación de los nuevos desempleados a esta nueva tecnología, como hace tres décadas tuvimos que adaptarnos al desarrollo de la informática moderna. No sólo nos adaptamos: Empezamos a usarla en nuestra vida privada, y nos aportó muchas cosas. Eso sí, la IA posiblemente aumentará la brecha salarial, ya considerable, entre los que se adapten y los trabajadores no cualificados. Eso exigirá asistencia pública para subsidiar la adaptación de los capaces y el sostén de los incapaces, exactamente como ahora.

Otro punto de fricción es el que sugiere Yuste: la AI, por lo menos ahora, consume mucha energía, y eso va a casar mal con los programas de eliminar las fuentes de energía contaminantes, sobre todo porque se pretende hacerlo a una velocidad demasiado ambiciosa para la oferta tecnológica alternativa disponible. En todo caso, la IA subirá la demanda energética y subirá el precio de la energía, sea cual sea la fuente. Un nuevo problema en el laberinto en que estamos metidos. pero este laberinto no lo ha causado el avance tecnológico.

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