- Vida: algo desprovisto de significado, pero lo único que cuenta. (ésta la hubiera avalado O y G)
- Varios queda menos lejos de cero de lo que se supone.
Adolfo Bioy Casares. fue un escritor original: su propósito era hacer feliz al lector. Un gran vividor, amante de las mujeres, que disfrutaba con lo que hacía. Escribir para él era una fuente más de placer. Eso no quiere decir que fuera superficial.
Fue afortunado: Era rico, lo que no le hizo infeliz: no le acarreó complejos.
Fue amigo de Borges, y eso le perjudicó en su valía, pues se le consideró por un tiempo un "Borges II". Él mismo se ríe de que sólo a la muerte de Borges le pusieran la cabecera de los banquetes literarios.
Mientras Borges se lamentaba, con tristeza teñida de ironía, de su condición de ciego e ignorado por las mujeres, y escribía páginas melancólicas inolvidables, Bioy, su amigo, se acostaba cada día con una mujer distinta y fraguaba sus tramas en la cama de sus amantes. Él mismo cuenta que su época más creativa fue cuando en verano, en Mar de Plata, se escapaba de su casa en busca de una amiga, a la que al día siguiente daba esquinazo para cambiarla por otra... Por cierto, también escribió páginas inolvidables.
Sus pasatiempos fueron varios: tenis, equitación, vela, ópera... pero siempre tuvo como norte compartir esa vida (de rico estanciero) con mujeres jóvenes y guapas. Testigos que le han conocido me han contado cómo, ya mayor, todas las mañanas, se daba un paseo por Buenos Aires acompañado de lindísimas pivas, o -ejem- Pivones (palabra que él seguramente no conoció), fascinadas por la fama de Bioy.
Estuvo casado, pero sin convicción: cuántas veces pensó, cuando una le hablaba de fidelidad,
"ahora que estábamos tan bien, otra vez a emprender la huída..."
Como él mismo decía: "las mujeres aman el matrimonio, el hombre ama las mujeres".
Cargó con su cruz: un cuerpo que, además de los placeres, le proporcionó serios dolores prostáticos y lumbares que le exigieron dolorosas curas, de los que habla con gran ironía. Lo llevaron a la tumba. Y su esposa Silvina no le hizo feliz (ni él a ella).
¿Por qué lo cuento? porque sigue vivo su espíritu en sus libros, que están ahí, para el que quiera disfrutar de su irredento optimismo vital, su fino humor, y su alta calidad literaria.
Apéndice final: definía la esencia del peronismo, al que odiaba, como un antiamericanismo feroz.
"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James
There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)
1 comentario:
JAJAJA...el antinorteamericanismo argentino que llega hasta lo que todo argentino mas desea, llegar a vivir en USA.
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