"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 23 de abril de 2010

Derivados y la sacrosanta eficiencia del mercado

Soros, el especulador, es partidario de controlar estrechamente los derivados. Los derivados son esos productos financieros que sirven para transferir un riesgo de un agente que no quiere cargar con él, a otro agente que sí quiere, a cambio de una ganancia. Loa derivados son muy antiguos, y cuando han sido transparentes, han desarrollado bien su función de transferir riesgos y defuminarlos en la economía. El problema es cuando se vuelven en oscuros productos, opacos, sofisticados, y que no diguminan el riesgo sino que lo aumentan. Estos últimos han sido una gran parte de la causa de la crisis de 2007.
Por una parte, en vez de transferir riesgos, simplemente lo ocultaban en filiales bancarias; además, eran productos matemáticos-sintéticos difíciles de valorar y generalmente dados por buenos por las casas de valoración de riesgo, cuando de verdad no se sabía -no se podía- lo que había de real en ellos. Finalmente, no se transferían, pues cuando se pusieron en cuestión y empezaron a venderse, no encontraron comprador y se desplomaron:  tuvieron que volver al balance del Banco que los había emitido: toda la operación, desde su creación hasta su contabilidad fuera de balance, era fraudulenta.
Soros debe tener razón: digo debe, porque es un caso contra la eficiencia del mercado, la sacrosanta pieza clave de los convencidos, como yo, de esa eficacia.
La crisis se ha llevado por el desaguadero, me temo, el dogma del la eficiencia del mercado. Los liberales debemos retirarnos y abandonar ciertas trincheras para defender al menos que los mercados de bienes sí son eficaces. Pero hemos de reconocer que ha surgido un cuestionamiento potente contra el libre mercado en el sector financiero. El problema va aa ser distinguir entre productos eficientes y peligrosos. Y que lo admitan los grandes bancos, pues los enjuagues que lograban hacer con esos derivados espúreos les suponían grandes beneficios... que luego, como vimos ayer en el gráfico de Wolf, no se convertían en dividendos seguros para los accionistas. habrá que admitir son los grandes ejecutivos los beneficiados de estas practicas "ocultistas".
Intuyo que Soros está en lo cierto: para mí ha habido desde el principio de la crisis una falsa sensación
de seguridad, no toda derivada de la probabilidad de rescate público. Creo que esa sensación falsa de seguridad deviene de la ocultación de riesgos permitida por esos productos. En todo caso, esto hace necesaria la intervención de la autoridad en el mercado, pues es un caso claro de "deseconomías" externas de máxima intensidad: un riesgo sistémico que la próxima vez podría llevarse por delante nuestra civilización.

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