Como se ve, Septiembre va a ser un mes de prueba a ver como los mercados digieren esas emisiones, qué compran, a qué precio, etc, cuando todos presentan necesidades que doblan las de agosto.
Los últimos días los márgenes de rendimiento se han puesto otra vez en ascenso. Grecia se mantiene con un diferencial del 9,4%, a todas luces insostenible. España ha ganado mucho crédito, y ahora "goza" de un diferencial con Alemania del 1,7% que sumado al 2,2% del bono alemán, supone una financiación a 10 años aparentemente muy llevadera: 3,9%.

¿Es posible crecer a esa tasa? la inflación en España es ahora del 1,8%. Los medios la han presentado como mala porque no ha bajado. Yo estaría muy contento de que fuera el doble. Porque con una inflación del 1,8% y un crecimiento que se prevé nulo, el crecimiento nominal esperado es del 2%, la mitad del tipo de interés de la financiación. Eso nos deja que el déficit primario debería bajar un -2% anual para que la deuda acumulada se estancara. El gobierno tiene previsto reducir el déficit, no anularlo, en 2013. LA deuda acumulada seguiría subiendo. Hay otro problema: la deuda todavía no asumida necesaria para resolver el problema bancario, que hace meses se tasaba en un 20% de PIB; y ahora no sé por dónde está.
El problema es el crecimiento y su ausencia. España no va a crecer en los próximos años. Eso ya supone un deslizamiento de la deuda por bajos ingresos fiscales, por aumento de gastos sociales, y por nuevas y dolorosas restricciones que todo el mundo anuncia. Se cree que la falta de crecimiento es debida a la contracción fiscal. La principal causa de falta crecimiento es la imposibilidad casi física de ajustar pronto los precios y salarios a los mercados mundiales. En España los salarios han crecido por encima de la productividad, lo que ha puesto el paro en 4,5 millones. Reabsorber pronto ese paro es imposible: es un problema de supervivencia de las empresas en un contexto márgenes tan bajos. La única vía de escape es la emigración de excedentes.
La única solución buena sería aplicar una devaluación, que no se va a producir: los alemanes, ahora que tienen el dominio absoluto del tinglado, no van a ceder tan fácil.
Luego el ajuste será interno, y será lento. Como se suele decir, será vía cantidades, no vía precios. El paro aumentará hasta que crezcamos un mínimo del 2%. Las empresas seguirán cerrando si no logran mantener la competitividad exterior. Es posible que, debido a tantas restricciones, se asista a una deflación de precios, cosa que a muchos economistas de Solera y Tronío (sobre todo Tronío) les encanta. Creen que la deflación es saludable. La deflación ralentiza la recuperación de activos que son la única solución a la deuda que cubren como garantía de pago.
Pero sin quieren hacer una evaluación intuitiva de lo que nos espera háganse la siguiente cuenta: es la primera vez que hacemos un ajuste tan brutal sin devaluación.
Los planteamientos racionalistas (que no racionales) creen que España no se ha curado nunca por culpa de las devaluaciones. Es posible, pero creo que es al revés: España es una sociedad que tiene, como otra cualquiera, su grado de Ilusión Monetaria. Y hay que aceptarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario