"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 12 de abril de 2011

El signo político del euro (I)

Estoy leyendo el fascinante libro de Margaret Macmillan "París, 1919". Al final del la "Gran Guerra", las potencias vencedoras se reunieron en París para formar "Un nuevo mundo", en el que jamás volvería a haber una contienda como ésa. Los 4 principales países vencedores eran EEUU (por primera vez como potencia emergente), Gran Bretaña y su gran Imperio, Francia, e Italia. Se obligaron a sí mismos a reordenar las fronteras mundiales, que serían "tuteladas" bajo la Sociedad de Naciones, una idea (que prendió en la ilusión de todos los pueblos) del presidente americano W. Wilson, un puritano que creía en la "autodeterminación de los pueblos" y en un gobierno mundial.
Lo fascinante del libro es cómo, con la mejor voluntad, se cambiaron fronteras, se crearon países nuevos, se ofendieron orgullos heridos, y se pergeñaron en el papel los rencores que, acumulados y zaheridos, iban a traer los conflicto siguientes que abocarían a la segunda Guerra Mundial. Para ser justos con los vencedores, hay que decir que nadie, grande ni pequeño, contribuyó a una solución estable. Todo un tratado sobre la naturaleza humana en su vertiente política.
Los ideales de Wilson (muy americanos), chocaron inmediatamente con la visión más astuta, o sagaz, o cínica, de los demás países; pero sobre todo, con la avaricia de todos los países pequeños, aliados o no de los vencedores, que esperaban rebañar como fuera territorios adyacentes que pudieran justificarse bajo la idea wilsoniana de "autodeterminación" (curiosa idea que daba para una nueva nación, o la absorción por otra de un territorio o una colonia). Cada país alegó una historia inventada para demostrar que él tenía más derecho que nadie a un territorio dominado antes por una potencia vencida, lo que originaba varios problemas de recelos para cada parcela disputada. Cada delegación soberana alegaba la presión insoportable de su opinión pública para no ceder un milímetro, y algunos representantes se jugaban realmente la vida si no obtenían lo que su país se había imaginado poder obtener por derecho propio.
Pronto se convirtió la Conferencia de Paz en un rompecabezas en el que la piezas no casaban, o se hacían saltar del tablero unas a otras: el  esquema idealista en el que todos cederían graciosamente porque, según pensaba Wilson, estarían encantados de estar bajo la protección justa de la Sociedad de Naciones, no se lo creía nadie.
Las grandes esperanzas naufragaron pronto en un océano de conflictos que se dirimieron más o menos suciamente, sin descartar genocidios (armenios y griegos en Turquía) y nuevas guerras parciales (Japón en China, griega y Turquía, Alemania y Francia, otra vez)...
La pesadilla de Francia desde el siglo XIX ha sido la gran Alemania, nación formada tan recientemente como 1871, a raíz de la guerra franco-prusiana. La historia de Francia no es ejemplar: en la guerra de los 30 años del XVII arrasó los principados alemanes. Napoleón fue una pesadilla. El rencor acumulado contra el racionalismo aplastante de Francia (Isaias Berlin dixit) estuvo presente en la gran venganza de 1870, cuando Bismarck desde Prusia, venció a Francia, y en Versalles hizo firmar un armisticio humillante, que le sirvió para unificar definitivamente a Alemania bajo la hegemonía de Prusia.
Desde entonces, Francia ha vivido obsesionada con controlar a la gran Alemania. Y ese es el origen del euro, como  seguiremos contando en el siguiente post.

2 comentarios:

Piriv dijo...

Casualmente la tesis de que el euro es la forma con la que Francia quería dominar Alemania es la misma que expone el profesor Bagus en su libro La Tragedia del Euro: mises.org/books/bagus_tragedy_of_euro.pdf

www.MiguelNavascues.com dijo...

Sí, lo he leído. converge en varias COSAS CON FELDSTEIN