"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 13 de abril de 2011

El signo político del euro (IV, y fin). España


Quizás les parece muy mal pensado Martin Felstein; cuando se trata de políticos, no hace falta  pensar mal, sino simplemente ver los sueños y ambiciones que tienen, Las prioridades y las posibilidades,  y el poco tiempo disponible para realizarlas, que nos son revelados por manifestaciones de todo tipo. Al final, todos son unos profundos patriotas: su primer pensamiento es su patria, y cualquier decisión, negociación, cesión, tiene un límite absoluto en ese sentimiento.
Un político honesto como Kohl, al final no pensaba en el bien de Europa; pensaba en su Alemania, como dijo él mismo cuando la unificación: "es que la historia sólo viene a tocarte en el hombro una vez en la vida"; o como Mitterrand lo hacía en su Francia. Eso un político no lo puede ocultar, nunca en la historia un político ha tenido una baza que haya desdeñado, siquiera como moneda de cambio. 
 (Aquí no tenemos políticos de esos, salvo quizás Aznar, que consiguió un gran acuerdo en Niza, luego desbaratado por El Inombrable). 
Los políticos se van y son sucedidos por otros, de otra generación, y ven las cosas de otra manera, aunque siguen aferrándose a su idea máxima. Merkel se encuentra ahora con que su Alemania es un país potente, el más potente de Europa, que, como pensaba algunos, el euro la ha reforzado a la vez que ha debilitado a los demás, y que, lo más importante,  le ha quitado el liderazgo político a Francia. Se ha roto un pacto no escrito entre ambos, en el que Francia sería la líder política, y Alemania sería la "humilde fregona" la líder económica pero sin voz. Marte y Venus, al fin unidos, aunando voluntades alrededor para formar una gran potencia en la que ambos llevan un (aplastante) liderazgo. 
Pero Alemania-Marte se ha puesto en cabeza. Dicta condiciones a Sarkozy-Venus, quien, irritado, no acaba de salir de la pesadilla que vive, con una hija de Le Pen juntando votos anti euro y moviendo su silla. 
Quiero decir que Francia comienza a estar incómoda, y algunos sectores de Alemania también, pues prefieren dominar Europa desde el Bundedsbank. 
Que Portugal, o España, estén incomodas en el euro no es problema de ambos países: que se las arreglen como puedan. Pero que Francia, o parte de Alemania, estén a disgusto, creciente además, eso es un problema para el euro.
Al principio de esta historia decíamos que la Historia no tiene principio ni fin delimitados. que el euro nació en la oscura recámara de unos patriotas que quería debilitar a Alemania, la Bestia que había dejado Francia como un cráter en la primera guerra mundial. Su final está más sujeto al albur, sobre todo cuando sería tan duro de admitir para tantos reconocer un fracaso tan grande. 
de modo que el círculo se ha cerrado: de nuevo Alemania-Marte, la forjada en la disciplina y el trabajo, domina a Europa-Venus, entregada a la "Dolce Vita". 
Pero ahí nosotros no jugamos nada, somos una esquina en un tablero que además no tiene sentido de la historia. Al menos de la historia que está en juego. 
Lo que si es verdad es lo opuesto: las fuerzas desatadas (o atadas) juegan un papel dentro de nuestras fronteras, y un horizonte sin fin de decadencia y estancamiento es imposible que no tenga consecuencias políticas.

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