"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 3 de abril de 2011

La camiseta de Kun

En una economía de trueque no hay exceso de oferta o demanda. Algunos se quedarán frustrados de sus ventas o compras, pero no habrá un medio de expresarlo colectivamente. Es como el día de reyes magos: cada niño esperaba más, o menos, de lo que los Reyes ha traido, pero será una expresión indvidual: yo quería un balón de reglamento y la camiseta de Ronaldo, pero me han traído un balón cualquiera y la camiseta de Kun!
Hay frustraciones personales no expresables en un numerario común.
Ese papel lo hace el dinero. El dinero dice en cuánto se han frustrado las demandas y ofertas individuales en una unidad común, lo que permite hacer un balance global.
Los modelos de equilibrio general autosuficientes dicen que los excesos y defectos de distintos mercados se compensan, y que al final todo cuadra gracias a los ajustes de precios. Si muchos quería un abrigo de visón, el precio de éste sube, y algunos renuncian a comprarlo. Lo que se ahorran, pueden gastarlo en otro mercado. No hay exceso de ahorro o de inversión tampoco, pues los precios de los bienes de capital se ajustarán a la oferta de ahorro disponible (esta oferta global solo es posible en una economía monetaria).
Los precios se ajustan velozmente; para ello se supone que hay un subastador, con vista de lince, que anuncia inmediatamente los movimientos de precios en todos los mercados, de manera que cada individuo puede reajustar sus planes iniciales según ajusta sus deseos a los precios.
Como todos los demás mercados, el mercado de dinero también se ajusta perfectamente: el dinero es un velo que permite transaccionar pero no es demandado para otra cosa: es neutral.
Es decir, la economía del equilibrio dice que el equilibrio general se logra gracias al equilibrio en todos los mercados, y estos a su vez lo hacen variando el precio a la oferta y demanda. No hay agregados, no hay PIB: hay millones de productos, millones de demandas, presentes e intertemporales (ahorro/ inversión) y el saldo final es cero: nadie se ha quedado con un extra de dinero sin gastar involuntariamente.No hay nada que explique porqué, a veces, el ajuste de un mercado obstruye el de todos los demás...
En cuanto metemos incertidumbre, se emborronó el pueril panorama: la incertidumbre generalizada provoca una serie de discontinuidades: los precios no se mueven con tanta alegría, ni a la misma velocidad, los agentes no saben hacia dónde va la demanda de su producto, el trabajador no sabe si mantendrá el salario o incluso su puesto¿debe pedir un aumento, o?...Y el empresario frena sus planes de inversión y contratación: eso afecta a la demanda de bienes de consumo y a la demanda de bienes de inversión en general: ahora sí que se puede hablar de demanda y oferta agregadas... y si las demandas individuales se retraen, ¿cómo lo hacen? reteniendo dinero: la demanda de dinero sube por lo que Keynes llamaba el motivo de especulación, que quiere decir: miedo. Ante el futuro incierto, hago cábalas (especulo) y decido gastar menos en bienes  consumo y de inversión: retengo dinero: el mercado de dinero ya no está en equilibrio. No es qu aumente el ahorro más de lo que pensaba, es que lo invierto en dinero.
Una economía monetaria es una economía especulativa y con tendencias al desequilibrio que se manifiestan a través del mercado de dinero. Una economía real es una economía monetaria.
Incluso en un mercado individual hay un grado de incertidumbre sobre lo que harán los clientes, los trabajadores, y los demás mercados. Si bajo los salarios, ¿se me irán a trabajar a la competencia? Si aumento la plantilla, ¿Me equivoco? ¿hacia dónde va ir la demanda agregada?
A un productor no sólo le interesa el precio de su producto y el coste de su producción. Le interesa que harán los demás; y más allá, le interesa qué harán todos: es decir, si habrá un estado de opinión favorable al gasto o no: otra vez la maldita demanda agregada... ¿Cuál es el estado de opinión que más influye en el ánimo de los inversores y de los consumidores? Por mucho que cada unidad tendrá su propia opinión sobre su negocio y su trabajo, habrá un estado de opinión general mucho más influyente, pues afectará a la inversión y a la demanda de trabajo, y al gasto de consumo, que cada uno mirando a lo suyo. Incluso el estado de ánimo general influirá en cómo cada uno ve la posibilidad de reajustar su oferta de producción o de trabajo al futuro.

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