Jonathan Foreman -experto que asesoró a Rudolph Giuliani, alcalde de NY- explica por qué la policía británica a sido tan pasiva en los disturbios que han arrasado el país. Una mala filosofía y una muy mala praxis.
La mala filosofía es que los nuevos medios tecnológicos eran sustitutos de los métodos antiguos, especialmente del papel disuasorio que debe tener la presencia policial. Entonces eso generó una retirada gradual de las calles, y la vigilancia pasó a ejercerse desde los despachos, en cámaras de Tv: se iba al lugar del delito cuando éste ya se había cometido. Las comisarías se convirtieron en fortines sin contacto fluido con la gente a la que debía proteger.
Mientras en EEUU se ha ido en sentido opuesto - cada vez más presencia física y delegar el trabajo de oficina a contratados civiles- La policía metropolitana del RU se ha apalancado en sus estancias con sus aparatos y juguetes, y a la vez ha desarrollado la teoría de que usar medios agresivos puede dar la impresión de que la policía está al borde de perder. Pero, como dice el autor, lo que produce malestar es ver ardiendo barrios enteros.
Por razones distintas, pero más graves, aquí pasa otro tanto. Y el sentido de desprotección aumenta. Es como si estuviéramos gobernados por unos Hítleres que protegieran a sus cachorrillos. Es que el Señor de las Moscas es así. No ve más que cachorrillos que él mismo ha amamantado: Bildu, Indignados. Y se enternece.
La mala filosofía es que los nuevos medios tecnológicos eran sustitutos de los métodos antiguos, especialmente del papel disuasorio que debe tener la presencia policial. Entonces eso generó una retirada gradual de las calles, y la vigilancia pasó a ejercerse desde los despachos, en cámaras de Tv: se iba al lugar del delito cuando éste ya se había cometido. Las comisarías se convirtieron en fortines sin contacto fluido con la gente a la que debía proteger.
Mientras en EEUU se ha ido en sentido opuesto - cada vez más presencia física y delegar el trabajo de oficina a contratados civiles- La policía metropolitana del RU se ha apalancado en sus estancias con sus aparatos y juguetes, y a la vez ha desarrollado la teoría de que usar medios agresivos puede dar la impresión de que la policía está al borde de perder. Pero, como dice el autor, lo que produce malestar es ver ardiendo barrios enteros.
Por razones distintas, pero más graves, aquí pasa otro tanto. Y el sentido de desprotección aumenta. Es como si estuviéramos gobernados por unos Hítleres que protegieran a sus cachorrillos. Es que el Señor de las Moscas es así. No ve más que cachorrillos que él mismo ha amamantado: Bildu, Indignados. Y se enternece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario