"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 30 de diciembre de 2012

El juego de los paralelismos históricos y la voluntad de poder

Me he zampado entero el artículo de PJ R en el Mundo, ese ejercicio de benevolencia efolatria de todos los domingos. Lo he hecho para ver si soltaba algo de información, pero no ( a veces lo hace); es simplemente el paralelismo al uso entre la actualidad y la historia, como siempre muy forzado.

Porque ya me exlicará alguien que tiene que ver la Revolución Francesa con la España de hoy, los jacobinos con el PP, Robespierre con Rajoy, y CIU con los Cordeliers. Nada. Una comparación ociosa, especialidad de PJR. Todo porque había una anecdótica coincidencia: un velo negro que tapó la Declaración de los Derechos del Hombre, como la cortina que Más puso para tapar el retrato del Rey. Anécdotas, no categorías.

¿Tan fundamental es el gesto de Mas de ocultar un pintura, deberíamos sentirnos insultados todos los españoles, como pretende P J R? "Yo no me siento concernido", como decía Felipe G. cuando rugía el caso GAL. Me siento concernido por otras cosas más decisivas, como la rendición ex ante de Rajoy, un manso que además es vago, y siempre se está yendo de vacaciones o de puente. Eso sí que me ofende, como su oferta a "dialogar" su mano tendida, su pretensión de que al final nunca pasa nada.

He conocido mucha gente que dice que en España nunca pasa nada. En un país que ha pasado por guerras civiles encadenadas hasta la gran Guerra Civil de 1936, parece difícil asumir eso si no es porque no se tiene ni idea de donde vive uno.

P J R esta fascinado por la Revolución Francesa, a la que ha dedicado un obra de 3 mil páginas. A partir de ahí, sólo ve paralelismos forzados. Yo veo más paralelismo entre la debilidad de Louis XVI y la fuerza de la Revolución, con la debilidad de Rajoy y la fuerza de Mas. Una y otra van parejas. El hecho independentista es más una historia de debilidad nacional que de fuerza de los pocos diputados que le quedan a Mas. Pero este país, que tanto amo y odio a la vez, debe ser el único en que perder una elecciones revitaliza al muriente. Más estaba muerto hace un mes, y antes de darle la puntilla, se ha resucitado a sí mismo. Pretenden frenarle a base de expedientes policiales no oficiales, pero ese le alimenta y fortalece.

Hay un hecho histórico más relevante del momento actual, que son las declaraciones de don Juan de Borbón, padre del Rey, en 1992, antes de morir (ver artículo de L M Anson en el Mundo).

«Veo a España mal, algo desgarrada y con su unidad amenazada». Javier Errea y Santy Mendive publicaron estas palabras de Vuestra Majestad en Diario de Navarra, el 18 de octubre de 1992. Era director yo del ABC verdadero y visité a algunos ministros del Gobierno González para recabar su opinión. Las palabras de V.M. suscitaban sonrisas de suficiencia y gestos desdeñosos. Solo Juan Alberto Belloch las calibraba en toda su dimensión...
...-El País Vasco no es el problema fundamental... Mientras Eta no cese en la violencia y entregue las armas, la escisión allí no parece posible. El problema es Cataluña. La clase política catalana está creando un tejido de secesión que más bien pronto que tarde terminará por desencadenar la tormenta independentista.
Yo recuerdo muy bien esas declaraciones. Que la mayoría de la prensa publicó, cuando lo hizo, como las palabras de un desvariado. Y resulta que eran plenamente acertadas.
Lo que demuestra, indirectamente, que tenemos razón los que pensamos que el problema lo ha creado la debilidad del gobierno de la Nación y sus representantes, sus venalidades, sus objetivos personales a los interés de todos, la corrupción moral de una clase política, en definitiva, empezando por el rey.

No hay grandeza, hay mezquindad y deseos de huir los problemas. Y como la clase política viene de de donde viene, nadie se salva, empezando por los extremadamente pasivos españoles en Cataluña, que han permitido que les arrinconen si protestar. Pero tampoco nos salvamos los demás, que nos hemos escondido detrás de una falacia: que el interés crematístico gobierna el mundo, y que los catalanes no romperían la cuerda porque son unos interesados, unos "peseteros". También tiene fama de eso los escoceses... No he visto falacia más dañina que esa que nos lleva a pensar que la gente quiere el poder para enriquecerse, cuando si acaso es al revés. Como sí ni hubiera en el genoma humano una inscripción que dice: aquí vive para siempre la "voluntad e poder".

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