"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 1 de julio de 2013

Condicionantes financieros

En El Condidencial, un buen artículo y un buen gráfico, sobre el perverso vínculo de la banca española con la calificación de la deuda soberana. Los bancos españoles son los que más deuda española atesoran, por lo que sus riesgos están íntimamente asociados a la valoración que los mercados hace de ésta. En el cuadro puede verse la cotización de los seguros de riesgo (CDS) de los bancos y de la deuda de los países del euro. Lo que se deduce es que los países del euro de sur de Europa (o sea, los PIIGs), imprimen una sobre prima de riesgo a su bancos, aunque algunos de estos no tengan ya mucha inversión en riesgo España, como le sucede al Santander.






















El cuadro presenta una comparación entre 2007 y 2013 del coste de cubrirse contra un default del país y de sus bancos. En la granja eoja del medio, España. En 2007, el CDS de la deuda costaba la irrisoria cantidad de 5,2 pb (5,2 miles de euros para cubrir un riesgo de 10 millones), a día de hoy la cotización es de 286 pb, o 286000 por cada 10 millones.

Ahora, si nos desplazamos a la derecha, vemos lo que ha pasado con los bancos. El Santander, que en 2008 corizaba un CDS en 36 pb, ha pasado ahora a cotizar a 290 pb. Eso, a pesar de que el Santander sólo mantiene un 11% de su activo en riesgo España. (Lástima que el cuadro no tenga un periodo intermedio para ver los máximos alcanzados antes del efecto Draghi, cuando anunció en 2012 que haría lo que fuera... Etc).

Aparte de que haya bancos "injustamente" tratados, el hecho es que no se ha recuperado, y tardará mucho en lograrse, la vuelta a la normalización de la confianza. Esto imprime un coste adicional a cualquier demanda de crédito, y a cualquier mercado, sea bolsa, sea deuda. Ese sobre coste afecta naturalmente a la economía. Sigo pensando que no hay normalización económica sin normalización financiera, y la UE va muy despacio, peor que despacio, en arreglarlo. Más bien parece que esta alcanzando sus límites.

En todo caso, los acuerdos alcanzados esta semana en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno (que poco han hablado de ella) sobre seguros de depósitos y rescates bancarios, han sido como se esperaban, desoladores.

En otro artículo de Carlos Sánchez, nos informan de que la deuda exterior no se ha reducido "pese a la mejora del saldo por cuenta corriente". Una cosa no lleva a la otra. La deuda exterior es la suma de deudas que conllevan pagos de amortización e intereses, lo que no es la suma neta de balance de activos y pasivos. Este total (mejor sicho, au variación, y si no hubiera errores y omisiones), si coincidiría con la Balanza de Pagos.

Y claro que la deuda aumenta. Necesitamos financiación, y si no entra bastante por inversión en capital, pues gracias a que entre en préstamos.

En todo caso, quiero destacar el gráfico del Banco de España que acompaña al texto. Se trata de la piscina de inversión internacional (Activos- Pasivos), total y Banco de España.

Como ven, la posición deudora del Bando de España ha remitido, pero sigue siendo una aportación importante a la financiación interna. Esta deuda empezó con la crisis del euro, y supuso una válvula de escape (más bien irregular) para contrarrestar la fuga de depósitos Iniciada a mitad de 2011. En su momento álgido alcanzó un total de 300 mm de euros, que se dice pronto.

Si se fijan, cuando se quita esa parte de la deuda exterior total, la deuda que queda es de poco más de 700 mm. La diferencia hasta el total que cubre el BdE, si lo interpretamos como lo que es, una medida urgente para que la banca no quebrara por fuga depósitos, entonces podemos decir que las cosas han mejorado, pero un poquito: como un tercio del saldo de emergencia. Eso se logró gracias a la famosa operación Draghi: volvieron a entrar préstamos exteriores, pero a un ritmo premioso.

Por lo tanto, la deuda exterior, como expresión de la confianza demlosmmercados en nosotros, ha mejorado. Que es mejora se consolide y sea expresión de una mayor confianza en nuestra economía, habrá que esperar para verlo. Tanto por el lado de los seguros de crédito como por las entradas de capital financiero, no se ve una firme trayectoria irreversible.



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