"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 7 de julio de 2013

La demanda de seguridad (reflexión abierta)

(En inglés en The Corner)Some theories about crises sparked by speculation bubbles show that there’s a correlation between them and growing inequality of income distribution. One of the reasons for this would be that inequality pushes people with the lowest income rates towards indebtedness to leave poverty behind.

A housing bubble looks indeed like a unique occasion to increase your asset price, often whether the borrower has enough income to meet the financial conditions or not. When a powerful government–the US’s did so from president Clinton days onwards–exerts pressure on banks to offer cheap mortgages, and deregulate the sector so banks can hide the risks that this activity generates, false asset value rises take the place of progressive fiscal policies, the whole of the European Union falls in the same trap and, some time later, the bubble bursts.

This view sits at the origin of anthropology, and it is key to Hyman Minsky and Paul Krugman, too: when wage earners feel their source of income is unsecured, the tendency to take on debt to increase their wealth is stronger, which escalates in a social environment in which the belief that a house is the best investment seems to be the consensus. Add long-term mortgages and too low interests, and you get an explosive combination.

Globalisation and deregulation of financial and goods markets have brought, among other changes, a contraction of salaries and higher uncertainty. On paper, that was meant to be positive because it would cut unemployment and improve productivity. This happened, but real average salaries stalled. While the technological boom created a more sophisticated a better-paid workforce that increased productivity, lower-qualified jobs saw wages drop. Only independent and specialised earners could take advantage of the new situation.

It was only natural, then, to force the credit supply to expand, and it was apparently reasonable for everyone to jump into the riskier wagon.

Again, on paper, the move was a good one and globalisation together with banking deregulation appeared to be a successful formula. But it was not. Banks depended on ever heavier leverage, and used securitisation tricks to impede others see the dangers.

Economists who argue that risk incentives help people become more entrepreneurial and generate jobs and wealth forget that these factors can develop only among cultures that favour them. And cultures–working culture, economic culture, political culture–cannot be changed in ten years, nor in twenty. What all bubbles have in common is an empty promise of riches with little damage, amid the euphoria of the “this time will be different” mentality.

The ulterior motivation, though, is that citizens seek logical security in an advanced society with no need for sudden and outraging wealth. A stable and long-term job, an appropriate retirement pot and hopes for a better future for the new generations belong to an extinguished model. Housing speculation seemed a good enough alternative.

Free markets can never offer a satisfactory substitution of security and stability. Moreover, what many believed to be an equal tool to achieve their ideal has turned to be the source of painful debts, value losses and proof of government’s foolish behaviour. In the eyes of the public opinion, capitalism has failed with a loud, deafening crash.

So-called libertarians sell mostly smoke: their conception of individuals isn’t real, their economic model is ideology. We must revise our inner principles and describe the world as it is, instead of as we’d like it to be.

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Hay una teoría sobre la crisis las burbujas especulativas que relaciona la desigualdad creciente en la distribución de la renta con la aparición de aquellas. Es decir, la desigualdad invita a la gente de más baja renta a endeudarse para salir de la pobreza. Una burbuja inmobiliaria es una ocasión únicas para dar un salto patrimonial si las condiciones financieras entran dentro del nivel de renta del prestatario. Incluso aunque no entren. Si el gobierno (como hizo el gobierno de EEUU desde Clinton) presiona para que los bancos den hipotecas baratas, y fuerzan la desregulación que permite a lo bancos hacer artificios contables y traspasar (aparentemente) los riesgos contraídos, se sustituye una política fiscal fuertemente progresiva por una aparente ganancia patrimonial, hast UE el mercado sucumbe y la burbuja estalla.

Esta teoría es en origen de la antropología, por lo que explica aquí "Naked Keynesianism", pero es uno de los puntos claves de la teoría de Minsky y ha sido recogido por Krugman.

Supongo que se podría describir así: si la gente asalariada no tiene segura su fuente de renta, estará más inclinado a arriesgarse para ganar riqueza por la vía de la especulación endeudándose; sobre todo si el ambiente social le incita con la creencia de no hay mejor inversión que una casa, y el banco le ofrece unas hipotecas a muy largo plazo y a unos intereses ridículos.

Uno de los cambios que trajo la globalización/desregulación de los mercados de bienes y financieros fue la contracción salarial junto con una mayor incertidumbre de esta fuente de renta. La teoría decía que eso era bueno, pues la tasa de paro bajaba u aumentaba la productividad. Y es verdad que la tasa de paro bajó, y aumentó la productividad.También es verdad, cómo demuestran las estadísticas de distribución, que los salarios medios reales se estancaron. El boom tecnológico permitió sustituir mano de obra barata por otra más selectiva y mejor pagada, lo que aumento la productividad, pero dejó los salarios de los no cualificados en el subsuelo. El efecto fue un gran crecimiento, cuya cosecha fue a las rentas no salariales y, de éstas, a las más cualificadas.

Qué cosa más natural que forzar la oferta e crédito para hacerlo disponible a casi todos los niveles salariales. Y qué cosa más natural que una oportunidad que pasa una vez en la vida se aproveche.

Bueno, esto es la teoría. Aparentemente, hay datos que concuerdan cronológicamente. El mundo cambió, la globalización fue buena, la desregulación financiera se consideró un éxito aparente, pero la crisis demostró que detrás de las bambalinas había una fina cuerda que sujetaba todo: el creciente apalancamiento de los bancos, que lo ocultaban mediante la titularización y traspase de riesgos a otros.

Los datos coincidentes no demuestran una teoría. Pero desde luego hace pensar que la concepción del ser humano de las teorías económicas es simplista a más no poder. Se piensa que se va a conformar con la suerte que le ha tocado. Es más, la mayoría de los economistas piensan que ese inconformismo es bueno, pues le incentiva a arriesgarse, hacerse "emprendedor", a crear riqueza y dar empleo... Lo cual es verdad en una pequeña minoría y en unos culturas propicias a ello. Y las culturas no se cambian en décadas. La verdad palpable es que la gente es mimética, y si ve a los demás enriquecerse alrededor, quiere participar al menor riesgo posible. Más, si hay una general euforia que transmite que "esta vez es diferente", latiguillo que se extiende muy bien en todas la burbujas.

Lo que subyace detrás de esta tesis es que el ser humano de una sociedad avanzada quiere cierta seguridad razonable; no necesariamente forrarse. Antes, esa seguridad la tenía, al menos bastantes: estabilidad de por vida, o casi, en el empleo, una jubilación razonable, y un futuro razonable también para sus hijos. Esto se asentaba en una sobriedad protectora y protegida contra la competencia exterior. Ese modelo se ha extinguido. Y la gente no ha encontrado en el mercado otra oferta de seguridad que la especulación inmobiliaria.

Hemos de aceptar que el mercado nunca ofrecerá una oferta satisfactoria de ese tipos de necesidad. Ahora bien, la fuente de seguridad que ha sustituido a la anterior ha fracasado. Los que se sentían seguros por tener una vivienda en propiedad se han encontrado con el doloroso despertar de la pérdida de su valor, cuando no de la confiscación para pagar sólo parte de su deuda. Encima, las autoridades han arrastrado lao pies para paliar esa desastre.

Un fallo de mercado estrepitoso, estruendoso. No me congratulo: yo era de los que creía que el mundo iba sobre ruedas antes de la crisis. No me congratulo porque estoy bastante seguro que no hay un mecanismo sustitutorio privado a este fracaso. ¿Los fondos de pensiones? Han sido los primeros en quebrar. Primero han de estar totalmente garantizados para que sean lejanamente parecidos a un seguro social público.

Quiero decir, si se hubiera evitado la burbuja con una normativa represiva sobre ciertos riesgos bancarios, ¿dónde hubiera buscado la gente esa seguridad?

Los libertarios son unos vende motos. Parten de una idea del hombre totalmente utópica. Los modelos económicos se quedan en un mensaje ideológico, pues no tiene en cuenta ese tipo de necesidades que nunca van encontrarse satisfechas privadamente.

Deberíamos empezar a revisar nuestras más firmes creencias, y dejar de describir el mundo como nos gustaría que fuera. La economía es una investigación de los incentivos que mueven a la gente. Pues si es así, empecemos de nuevo a investigarlos, desarmando el simple modelito de que la gente se mueve por el interés inmediato y si se equivoca acepta su suerte, y que lee el futuro con total seguridad. En cuanto metemos la maldita incertidumbre, ya no hay modelo de comportamiento fiable.

 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Dice el autor: "Los libertarios son unos vende motos"
El concepto que subyace es que toda libertad requiere de responsabilidad. Y toda soberanía individual que permite al hombre ser libre requiere de esa misma responsabilidad en afrontar los actos y acarrear con las consecuencias. Sin responsabilidad individual, sin conciencia, si se quiere llamar en un sentido más "religioso", no puede vertebrarse una sociedad de hombres libres y soberanos. Esto lo tenían ya en mente los primeros republicanos estadounidenses. Es más, cualquier sociedad "exitosa" es una sociedad de hombres libres, respetuosos y responsables, solidarios y honrados, trabajadores y conscientes. Es el concepto de "virtud cívica" el que se necesita para crear sociedades justas, más libres, más democráticas, más pro-mercado. Los "libertarios" americanos de antaño, demostraron que no vendían motos porque aplicaron exitosamente sus fórmulas. Pero, y en eso estoy de acuerdo, en una época y en una sociedad muy característica donde los valores republicanos de soberanía popular pudieran triunfar.
Vuelvo a citar un fragmento y un artículo que me parecen increíblemente reveladores para entender que: 1) los libertarios no venden motos, 2) el libertarianismo no puede triunfar en sociedades donde la "virtud cívica" no impera:
"In his great biography of Benjamin Franklin, Walter Isaacson noted that Franklin donated money to “the building funds of each and every sect in Philadelphia.” For Franklin and his founding brothers, religion promoted the civic virtue essential to sustaining the republican model of government. Franklin was a deist throughout his life. But he understood, nonetheless, that religious belief had concrete, powerful and very positive implications for shaping public life.
There are many Benjamin Franklins today, who, whether believers or not, welcome the contributions of religious faith to the public square. Many others, however, including some who hold public office, view religion as a problem and a threat to democratic values. They see its moral norms not as benefiting the public but as limiting individual rights.
Yet, without the vigorous religious freedom that was supported by Franklin and enshrined by Madison and others—as opposed to the far more restricted “freedom of worship” preferred by some of today’s public officials—the United States faces the prospect of undermining the very civic virtues that were meant to sustain it."
Y también el siguiente artículo: http://www.themoneyillusion.com/?p=21601

www.MiguelNavascues.com dijo...

No deja de ser un desideratum muy bonito pero de dudosa realidad. En todo caso de esta que hubo una epoca en que gente influyente creyó en eso. Pero no demuestra que es verdad en todas las épocas y todas las latitudes. Y creer no basta para que sea verdad. No es más que un intento de que la gente trague determinada ideología que favorece a los que les va bien. Pero es imposible que les vaya bien a todos, ¿no?
O esta firmemente convencido que la naturaleza humana es así. Virtuosa, comedida, acepta si destino u no intenta cambiarlo?

Anónimo dijo...

No creo que la naturaleza humana sea así. De hecho, el hombre es débil, pecador. Pero por eso citaba a Franklin, quien cedió sus bienes "para financiar cualquier secta religiosa de Pensilvania". La manera de llegar a sociedades más justas, más virtuosas, más cívicas y, por tanto, más libres, más democráticas, más pro-mercado -más "republicanas"- es, principal y mayormente, a través del papel que puede ejercer la religión -mayormente cristiana de cualquier tipo- sobre la vida pública de las personas. No solo a través del matrimonio -pieza fundamental de estabilidad y prosperidad social-, sino a través de la educación en valores cívicos, en respeto mutuo, en conciencia ciudadana. Así lo pensaban los Padres Fundadores. Y así lo demuestra el artículo de Scott Sumner al analizar la Dinamarca americana, Utah, un estado fuertemente tradicional pero con los índices más altos de donaciones, actividades de voluntariado y solidaridad conciudadana.
Está extendida la idea de que es el Estado el que nos salvará de nuestros males... No, seremos nosotros mismos, gentes soberanas y libres que nos salvaremos. Sé que puede rezarse incansablemente a ver si se obra el milagro, pero es más efectivo estar mientras dando con el mazo. El católico dice: "shit happens because you deserve it" y el protestante dice "shit will happen if you don't work very hard". No hay destino, sino providencia.

www.MiguelNavascues.com dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
www.MiguelNavascues.com dijo...

Me parece muy bien, pero wnrones me está diciendo que hay que convertir a los españoles en clones de lao mormones. No me parece viable. Además, no tiene ud en cuenta la hipocresía, y otras "virtudes" que se ocultan detrás de tanta virtud.