"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 29 de enero de 2014

Mises y su "pecados" fascistas

Von Mises fue un tenaz defensor de la economía libre de mercado y del patrón oro. Luego se convirtió en uno de los iconos más reverenciados de la escuela austriaca que, como no ha evolucionado mucho, sigue intentando aplicar al pie de la letra sus fracasadas teorías.

Con respecto a la Gran Depresión, decía lo siguiente:

The unions now have the power to raise wage rates above what they would be on the unhampered market. However, interventions of this type evoke a reaction. At market wage rates, everyone looking for work can find work. Precisely this is the essence of market wages—they are established at the point at which demand and supply tend to coincide. If the wage rates are higher than this, the number of employed workers goes down. Unemployment then develops as a lasting phenomenon. At the wage rates established by the unions, a substantial portion of the workers cannot find any work at all. Wage increases for a portion of the workers are at the expense of an ever more sharply rising number of unemployed.
Es decir, la hondura y largura de la Gran Depresión era culpa de la rigidez salarial, que había que reprochar a los sindicatos. Les suena, ¿a que sí? Es el mantra que se repite desde todos las esquinas de la economía española, desde el austerismo Rallista hasta el neoausterismo del gobierno, Guindos-a-tomar-por-culo el primero.
Krugman le responde convenientemente:

... Again as Keynes pointed out, workers don’t negotiate real wages, they negotiate nominal wages. Why should the overall level of these wages matter? Rudi Dornbusch used to say that “it takes two nominals to make a real.” The usual argument for how wage-price flexibility leads to full employment is that wages “push” against a fixed nominal money supply, so that a fall in the overall wage level leads to a rise in the real money supply, a fall in interest rates, and so on. But under liquidity trap conditions this channel doesn’t work, and other channels — notably Fisherian debt deflation — almost surely mean that lower wages reduce, not increase, employment.
So it’s a nonsense story. But it turns out that it’s always the story the right turns to when market economies go bad — because the alternative would be to admit that market economies can in fact go bad, and that sometimes government is the solution, not the problem.
Ahora bien, lo más interesante -en lo que Krugman no profundiza- es la posición favorable (muy favorable) al fascismo de Mises, tanto en su vertiente izquierdosa de Austria como en el mismo Mussolini. Si apoyó al golpe del social fascista Dolfus, y luego dio su encomio al de Mussolini, no deja lugar a dudas.

En Lord Keynes, podemos leer, en boca de Mises,
It cannot be denied that Fascism and similar movements aiming at the establishment of dictatorships are full of the best intentions and that their intervention has, for the moment, saved European civilization. The merit that Fascism has thereby won for itself will live on eternally in history. But though its policy has brought salvation for the moment, it is not of the kind which could promise continued success. Fascism was an emergency makeshift. To view it as something more would be a fatal error” (Mises 1978: 51).
Y es que Mises acertó en ver en el fascismo un movimiento de defensa contra el soviétismo expansivo de la URRS. El miedo de las clases medias, que perdieron gran parte de su posición y seguridad en la pos guerra, fue el motor del ascendente fascismo (como ahora no podemos negar que el miedo a la crisis es el detonante de unos partidos que recogen la debilitación y la falta de soluciones de la clase política en el poder).
But in 1927 Mises published a book in German called Liberalismus (Gustav Fischer Verlag, Jena). I quote from the 1978 edition called Liberalism: A Socio-Economic Exposition (Mission, Kansas, 1978). In this book, Mises gives a negative and critical summary of the characteristics of 1920s European fascism (and, to be fair, this was before the horrors of 1930s Nazism). Mises principally has in mind the Italian fascism of Benito Mussolini, who had become Prime Minister of Italy in 1922.
Yo no tengo ninguna crítica a Mises por su inclinación al fascismo en aquellos años, que en una situación determinante y extrema era una elección entre lo malo y lo peor. Muchos otros intelectuales y economistas, como Pareto, fueron absorbidos por los agujeros negros de la historia de aquellos años. Años que, repito una vez más, se formaron en el crisol de la crisis de entre guerras, que tantos puntos en común tiene con ésta nuestra en lo económico.
Mises dijo de Musolini lo mismo que Unamuno de Franco: que venía a salvar la civilización occidental de la barbarie comunista; algo que le plagió Franco, y encantado, de tal consigna. Unamuno se arrepintió con creces en aquella sesión histórica del paraninfo de la universidad de Salamanca (es decir, tuvo cojones para efrentarse al gobierno del frente popular, que le inhabilitó, y cojones para enfrentarse en su cara a Millán Astary rodeados de falangistas). Mucha gente pensaron lo mismo ¿Qué se equivocaron? Bien, pero no tenían prismáticos especiales para ver lo que vendría después. Lo que no dejaban era de tener conciencia.

Lo que critico es que los mediocres seguidores de estos grandes pioneros (ciertamente más grandes que sus epigonos actuales, como Rallo, & co) oculten estos datos fundamentales para comprender la dimensión humana e histórica de Mises, y en cambio recriminen a Keynes sus inclinaciones, más o menos firmes, que alguna vez manifestó en favor de los gobiernos fuertes intervencionistas. Hay que hacer una cata en aquellos años muy superficial para no encontrar desviaciones del "buenismo" con el que juzgamos todo ahora. Quizás es que entonces había más libertad para expresar su opinión sin que te llamarán pusieran una etiqueta, como ahora sucede. Unos años difíciles que desembocaron en la II GG. Des luego Hitler fue el desencadenante protagonista, pero no se debe olvidar la gran aportación de Lenin y Stalin y su expansiónde en Europa (España especialmente) . Tampoco olvidemos las fuerzas económicas y sociales emergentes que empujaron al conflicto.

Hay mucha gente hoy, de buen fe, pero no muy ilustrada,que cree que el liberalismo es la garantía de la democracia. Tan erróneo es eso como pensar que la democracia es sinónimo de libertad. Tan incultos son los unos como los otros. La fuerzas de acción y de reacción de la sociedad no son modulables por la fría razon humana, y hay épocas en que debes elegir entre dos opciones que son horribles. Decir " yo no, yo no," es estético pero inútil. Las dos te pasarán por encima.

No hay ideas sin su contexto histórico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

https://mises.org/blog/mises-fascism-again