"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 23 de marzo de 2014

El valor de Suárez

Ha muerto Suárez, el funcionario franquista de camisa azul que trajo la democracia a España. Si no hubiera sido él, ¿qué final hubiera tenido la transición? 
Es una paradoja que un franquista, ministro del Movimiento -esa fumada franquista que no se creía ni Franco- , trajera una democracia intachable y homologable frente al exterior. Pero él lo hizo, mediante un proyecto que desde el principio fue acosado por la derecha franquista y por el PSOE. No por el PCE de Sanriago Carrillo, que estuvo a la altura de la historia. El PSOE no lo estuvo.  Quiso llevar adelante su propio programa radical rupturista, y al final tuvo que someterse a la evidencia para no quedarse marginado: Suárez ganó el referéndum por la reforma Política, y la abstención promulgada por el PSOE fue un fracaso. Pero la gente ni se enteró. 
De la ley a la ley, Suárez construyó un régimen democrático occidental. Sus aliados más leales fueron también antiguos falangistas, como Torcuato Fernández Miranda, y su fiel escudero Rodolfo Martín Villa. Conocían a España mucho mejor que los alucinetas que vinieron luego. 
No lo tuvieron fácil, y por eso dudo que otros, con su demostrada cobardía, hubieran podido salir adelante. A Suárez lo quisieron derribar tanto los franquista nostálgicos e inmóvilistas como el PSOE, que le veía como un obstáculo para llegar al poder. No tuvieron empacho en conspirar con militares para acelerar la caída de Suárez, que había cometido el enorme pecado de traer la democracia intachable sin ser del PSOE. Intolerable: el PSOE quería monopolizar la marca democrática, cuando precisamente los franquistas y el PCE se la estaban arrebatando. 
Al final le montaron un golpe de estado. Para intentar evitarlo, presentó su dimisión, pero el golpe siguió adelante hasta que se dieron cuenta de que algunos compañeros de viaje eran impresentables ante Europa. 
Suárez aguantó todas las amenazas, que no eran pocas. En los funerales por los militares víctimas de ETA los franquistas no se mordieron la lengua para insultarle y amenazarle. Su valentía para mantener su hoja de ruta está fuera de toda duda. Era tan valiente como cabe esperar de su mandato, lo cual no se espera de sus sucesores, que son de una acrisolada y repugnante cobardía. 
La democracia no la debemos al PSOE, ni a la oposición a Franco, sino precisamente a la joven guardia franquista, que asumieron como un deber en el que debían inmolrase homogeneizar España con Occidente y Europa. Sin embargo, por eso mismo, a Suárez le costó mucho convencer a los masones como Giscard D'Estaing y al socialdemócrata Smitd que él era el reformador. En parte, por ell aleccionamiento del PSOE a sus padrinos europeos. El PSOE se las arregló para que España no entrara en la Unión Europea hasta 1986.
La historia e así: el PSOE fue tan cobarde como lo fue durante la época de Franco, en la que sólo los comunistas se jugaron el bigote. 

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