"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 23 de marzo de 2014

La vieja y la nueva política

Discurso de Ortega y Gasset en 1914... Sobre la España de hoy

En 1914 Ortega y Gasset hizo un famoso discurso que aún resuena en la España moribunda de hoy:

"La España oficial consiste, pues, en una especie de partidos fantasmas que defienden los fantasmas de unas ideas y que, apoyados por las sombras de unos periódicos, hacen marchar unos Ministerios de alucinación.

Conste, pues, que no he hecho aquí la crítica, cien veces repetida, de los abusos y errores que unos partidos, unos periódicos, unos Ministerios vengan cometiendo. Sus abusos me traen sin cuidado para los efectos de la nueva orientación política que busco y de que hoy os ofrezco, como la previa cuadrícula, la pauta de conceptos generales donde habrá de irse encontrando en sus detalles. Los abusos no constituyen nunca, nunca, sino enfermedades localizadas a quienes se puede hacer frente con el resto sano del organismo. Por eso no pienso como Costa, que atribuía la mengua de España a los pecados de las clases gobernantes, por tanto, a errores puramente políticos. No; las clases gobernantes durante siglos — salvas breves épocas — han gobernado mal no por casualidad, sino porque la España gobernada estaba tan enferma como ellas. Y o sostengo un punto de vista más duro, como juicio del pasado, pero más optimista en lo que afecta al porvenir. Toda una España — con sus gobernantes y sus gobernados —, con sus abusos y con sus usos, está acabando de morir.

Y como son sus usos, y no sólo sus abusos, a quienes ha llegado la hora de fenecer, no necesita de crítica ni de grandes enemigos y terribles luchas para sucumbir.

Mis palabras, pues, no son otra cosa sino la declaración de que la nueva política ha de partir de este hecho: cuanto ocupa la superficie y es la apariencia y caparazón de la España de hoy, la España oficial, está muerto. La nueva política no necesita, en consecuencia, criticar la vieja ni darle grandes batallas; necesita sólo tomar la filiación de sus cadavéricos rasgos, obligarla a ocupar su sepulcro en todos los lugares y formas donde la encuentre y pensar en nuevos principios afirmativos y constructores."

No deja de sorprenderme la justeza del diagnóstico, la adecuación de las metáforas, de la España de hace cien años a la de hoy. Si existe una cosa llamada España -cosa que niegan muchos- se ve en estos paralelismo históricos, en los que es innegable que hay una continuidad en la manera de ser una nación. Somos españoles, no somos alemanes ni franceses ni americanos. 

Como entonces, ahora los ocupantes de las instituciones parecen fantasmas que sólo hablan con el espejo. Mouriño decía que los jugado era del Madrid tardaban en salir al campo porque necesitaban antes mirarse al espejo. Como si no confiáramos en nuestra conciencia, necesitamos confirmarnos permanentemente en el espejo. No importa lo ue piensen los demás de nosotros. Importa lo que pensamos que piensan los demás. 

El gobierno no quiere tomar decisiones que le perturben su existencia plasmatica y fantasmal. Se ha recostado en Europa para no tomar decisiones. La prensa fantasmal, en manos de Corifeos fantasmales, repiten que lo que se no hace es lo único que se puede no hacer. No se puede hacer nada más, estamos en Europa. 

Suárez fue el único valiente que tomó decisiones con riesgo de su vida. Ayer lo dije: "llevó a España de la legislación franquista a la constitución de 1978" en tres años convulsos, en los que todos los demás querían matarlo, anularlo, desprestigiarlo, pisotearlo. 

No disponemos de las claves de su cese (disfrazado de dimisión), pero en su discurso de despedida se veían claras alusiones a presiones muy dolorosas: como dice Miguel Ángel Mellado en El Mundo, hoy:

'Hay silencios elocuentes, al no citar en los agradecimientos ningún nombre propio. Y frases enigmáticas que anticipaban, sin mencionarlo, el golpe en ciernes. «Me voy sin que nadie me lo haya pedido» (sólo podía pedírselo el Rey; ergo, excusatio non petita, accusatio manifesta). «Con el convencimiento de que este comportamiento, por poco comprensible que pueda parecer a primera vista, es el que mi patria me exige en este momento» (¿incomprensible, en ese momento, al no querer decir que se iba para evitar la asonada militar?). «Es necesario que el pueblo español se agrupe en torno a las ideas básicas, a las instituciones y a las personas promovidas democráticamente en la dirección de los asuntos públicos» (¿no, por tanto, a las personas que llegaron o pudieran llegar por maniobras ajenas a las urnas, por más que se presentaran bajo supuestos parámetros de la Ley?). Lo que no contó Suárez y martilleó su mente hasta olvidarlo todo es que en el golpe de Armada estuvo involucrado el aparato del Estado y hubo una trama civil de primer nivel, dentro y fuera de la política. Se tragó como un sapo el otro papel del Rey, de Felipe González, de Fraga, de banqueros como Escámez... Hoy, los aún vivos, derramarán lágrimas en el adiós."

Hay empezó una cosa que ahora, como sino Ortega, 

Toda una España — con sus gobernantes y sus gobernados —, con sus abusos y con sus usos, está acabando de morir.

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