"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 26 de marzo de 2014

Principios y líneas rojas. De Suarez a Zapatero

En estos grandes días españoles, en que disfrutamos de grandes y luctuosos funerales en los que podemos sentirnos, por fin, "muerto en en el entierro" (asignando al verdadero protagonista dichos y hechos apócrifos), nadie recuerda ya la anécdota que contaba, quiero creer,  Martín Prieto sobre Adolfo Suárez.
La voy a contar para quitarme el asco del vomitivo artículo de Zapatero de hoy en El Mundo (y ya de paso de las nauseabundas declaraciones de Mas ante el cuerpo presente de Suárez), donde hace una agiografía  de Adolfo Suárez que en realidad es utilizarle aviesamente para elevar su es adapta talla a la del muerto. Es a eso que se llama ser el muerto en el entierro, porque los hay, y muchos, que les gustaría a veces estar en una caja de pino, muerto y alabado por todos. Leerlo es un verdadero insulto a la inteligencia. Para este felón Suarez era, sobre todo y nada más, talante. Como él mismamente.
Y ahora cuento la anécdota de Martín Prieto (que me perdone si no fue él pero no creo deshonrar a nadie).
En una visita a España de Hasan, rey de Marruecos, padre del actual rey, hubo una cena en la Zarzuela a la que asistía nuestro rey Juan Carlos I, Hasan y Suárez, entonces presidente del gobierno. Bromeando como suele ocurrir en esas ocasiones, "entre risas y veras", el rey Hassan  amenazó a Juan Carlos que un día tomaría Ceuta y Melilla por sorpresa, y no pasaría nada.
Suárez se levantó de la mesa y dijo que esas cosas ni en broma, pero que por seguir la lógica de los acontecimientos, si él era presidente, inmediatamente mandaría bombardear Rabbat, como muy bien sabía Juan Carlos I, allí presente. Parece ser que la sonrisa se le borró de la cara al rey marroquí, y al rey Juan Carlos, que hasta entonces estaba siguiendo la broma.
La anécdota es esa. Suárez sabía cuales eran sus obligaciones, y no bromeaba con ellas. No era todo talento de negociación, por mucho que logró llevar la transición a buen término convenciendo a unos y otros. Tenía principios y líneas rojas.
Si no se tienen principios, y líneas rojas -como no los tenía Zapatero, que fue el que puso el país patas arriba escribiendo con Artur Mas el borrador del Estatuto que rige hoy en Cataluña- ni el talante de los cojones ni nada, sirve para mantener un país en pie.
Es nauseabundo que a este sujeto malévolo le den un a página para que exprese su vaciedad a costa de la figura, la única que tenemos, de esta malhadada historia de España. El Mundo debería tener un cierto sentido del pudor, y no dejar mancillar el buen nombre de el único presidente que hemos tenido con sentido del deber u una cierta idea de España. Ya está bien el "todo vale" de hoy. No todo vale.
Por cierto, no unieron decir con esto que Suárez debió ser eterno presidente de España. Lo único que digo es que sus sucesores no estuvieron a la altura de la historia. Él sí, porque el destino le tocó con su varita. Pero los demás nos han traído a esto de hoy. Que Dios les perdone, yo no. 

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