"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 12 de abril de 2014

El rey quería borbonear. Todos fueron cómplices

Cuando se jodió todo? 
Leyendo el libro de Pilar Urbano, uno se queda perplejo ante lo que podría haber sido y no fue. Como ya he explicado antes, el libro trata del golpe de estado del 23-F. Especialmente, de la implicación de Rey. 
El Rey, ¿se embarcó o lo embarcaron? Nunca se podrá delimitar la línea de separación entre llevar la iniciativa o aceptar los hechos consumados para intentar moldearlos. En todo caso: si el Rey puede ser sospechoso de eso, más lo son los políticos de entonces; todos menos Suárez. Especialmente sospechosos: el PSOE con Felipe González a la cabeza. 
Todos, empezando por el CESID, que llevaba la inteligencia, los planes, las excusas jurídicas, hasta todo el arco parlamentario. Incluido el partido comunista. Nadie se libra. Todos entraron tarde o temprano, por activa y por pasiva, en la conspiración del golpe para sustituir a Suárez por un gobierno presidido por el general Armada, amigo del Rey. Todos salieron retratados. Uno de los más conspicuos políticos activamente conspirador fue Miguel Herreeo de Miñón, que fue encargado por Fraga de defuisor el plan y afiliar nuevos prosélitos. 
Por lo tanto, salir en defensa del Rey a estas alturas es un poco grotesco si a la vez no se sale en defensa del PSOE, de Felipe González, de Carrillo, etc. Ahora entenderán por qué se ha extendido un manto de silencio "atronador" sobre el libro. 
Repito: todos eran cómplices del desfenestramiento de Suárez. 
¿Pero, estaban ya mal las cosas como para justificar un golpe a la flamante Constitución recién aprobada? ¿Qué se le reprochaba a Suárez? 
A Suárez se le reprochaba todo: la economía, el paro, el terrorismo, el separatismo emergente: todo. 
Es verdad que Suárez se había ensimismado en su poder legítimo y no oía las voces de descontento. Pero cabe preguntarse si él era el culpable, y si la la solución era saltarse la legalidad par imponer un gobierno de concentración mandado por un militar. ¿Hubiera garantizado mejor un gobierno así la defensa de la Constitución, o al menos del espíritu de la Transición? 
Eso, juguemos al la historia contrafactual. Mi opinión se remite a lo que pasó desde que el PSOE formó su primer gobierno en 1982 hasta hoy. No, no creo que hubiera servido para liquidar esos problemas en su nacimiento. Creo que hubiera sido un gobierno no de concentración, si no todo lo contrario. El general Armada no hubiera propiciado la confianza de los militares, al revés: una vez abierto el Caballo de Troya de la influencia paralela a la ley, habrían usado a su colega militar como correa de transmisión de su descontento, que no era, por supuesto, de inquietud democrática. Por su parte, los demás componentes, Fraga, Felipe, Carrillo, etc, no hubieran jugado a la concentración, sino a la centrifugación. El separatismo hubiera avanzado mucho más. O al menos igual pero más deprisa. 
Me parece que la trayectoria del PSOE no es una garantía de nada estabilizador. Si han jugado a dinamitar la Constitución com Zapatero, no es porque Zapatero sea imbécil, que lo es, sino porque representa una corriente de opinión fue amplia, mayoritaria en el PSOE. 
Yo creo que las cosas se empezaron a joder desde el principio, cuando el PSOE empezó a ser el único partido fuerte del arco parlamentario. Con su máscara de socialdemócratas moderados, fue en realidad el ariete que destrozó las murallas constitucionales. Nunca ha sido un partido español, como es obvio hoy en día. Le importa un güito España, en la mejor tradición laicista-republicana que tan bien encarnó Azaña, uno de los personajes más siniestros de nuestra historia, el que soñaba despierto que le daba lecciones de gobierno a Alfonso XIII (Sic. Ver diarios de Azaña).  
Así que es posible que el rey se embarcara, o le embarcaran, en esa malhadada aventura por amor a España, pero confió en unos sujetos que eran menos patriotas que Suárez. Yo creo más bien que el Rey no se acostumbró a su papel de rey Constitucional, quería mantener su "gobierno paralelo", su gran red de influencias internas y externas, eso, sí, sancionado por la legalidad. Suárez no se lo permitió (no tenía manga ancha para lo ilegal), y sólo cuando llegaron los socialistas, que le montaron un tren de alta velocidad pare él sólo,  pudo reanudar su vida de gran preboste en la sombra. Por eso se llevó tan mal con Suárez y con Aznar. Y tan bien con Zapatero, el golpista soñador. 
A la larga él mismo se cargó la monarquía constitucional que tanto había hecho por traer. Cuando la conoció de cerca, sus límites que le suponían para su libertad, se hartó. No creía que iba a ser tan duro. 
De aquella aventura no salió nada bueno; salió al final lo que el rey quería, su ancho margen privado para influir y "borbonear", como su abuelo. Su abuelo salió por patas, entregando las llaves de la muralla a los enemigos de España, como un cobarde, y no sé como acabará esta historia. No creo que bien, porque no se vislumbra un patriota en el horizonte. 

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