"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 29 de mayo de 2014

Como se salvó el euro de sí mismo

El último capítulo de la narración de la salvación del euro de Peter Spiegel es de necesaria lectura para comprender las debilidades del euro. (Ver primer referencia al capítulo aquí)
Como demuestra el gráfico, el euro se salvó cuando Draghi anunció su programa de adquisición de  deuda pública de los países en dificultades:


Fue la fecha en que los especuladores abandonaron sus posiciones vendedoras de los bonos de los países cuestionados. Las primas de riesgo empezaron a bajar desde los niveles técnicamente insostenibles. No hay la menor duda de que ese simple anuncio (que no olvidemos, nunca se puso en acción) fue lo que salvó el euro que estaba al borde del abismo. Muchos empresas europeas estaban haciendo planes de contigencia para paliar las pérdidas que supondría la desaparición del euro. 
Sin embargo, no fue una medida espontánea que no fuera largamente negociada y discutida por los países miembros y no miembros, pues no hay que olvidar el papel que a través del G-20 jugó EEUU. Obama fue el que más largo tiempo había estado luchando para convencer a Merkel de la necesidad de establecer un corta-fuegos convincente para los mercados. Los intentos anteriores del Trichet, de compras de deuda italiana y española, habían sido un fracaso por sus limitaciones anunciadas: los mercados sabían que no iban a superar determinada cantidad. Sobre todo porque habían originado la dimisión de dos presidentes del Bundesbank, algo que ponía blanco sobre negro hasta donde estaban dispuestos a llegar los alemanes.
Recuérdese que antes, como se contaba en el primer capítulo de la serie, Merkel había llegado a llorar cuando los demás habían intentado (con Obama apoyando a Sarkozy) que firmara un compromiso que ella no podría aceptar porque, decía, no podía traspasar la líneas que le había impuesto el Bundesbank. 
Por lo tanto, hubo que recorrer un largo y duro camino de persuasión para que Merkel diera su brazo a torcer; y hasta que no lo hizo, en julio de 2012, los mercados no se convencieron de la contundencia del BCE. Por lo tanto, sin  la luz verde no fue abierta por el poder político, Merkel, que por primera vez dejó de lado al actual presidente del Bundesbank, Weindsmann, el euro hubiera seguido su camino hacía su destrucción, para el que le quedaba poco tiempo. En ese proceso de persuasión el que más contribuyó fue Obama, que siguió manteniendo encendida la antorcha mientras su aliados anteriores caían, como Sarkozy y Monti. Por lo tanto, no fue en los foros europeos, sino más bien en las reuniones inflamen es previas a las G-20, donde se cocinó el giro transcendental. Este detalle me parece muy importante, porque resalta la incapacidad manifiesta de Europa para gobernarse ella misma. 
De la narración de Peter Speigel se desprende que sin la tenacidad de los americanos, el euro hubiera estallado con gravisísicas consecuencias para el mundo entero. Una tenacidad interesada, sí, pero impagable cuando Europa no es capaz de gobernar sus propios intereses. 
Ahora bien, si el euro se ha salvado, Europa no, como dice el autor de los tres artículos, aunque pasó su "Cabo de Hornos" más didicl... Hasta el momento :

Yet the eurozone is far from full health. Debt levels in Europe’s south are extreme. Unemployment remains near historic highs, a side effect of the bitter medicine imposed by the crisis-fighters. 
Anti-EU parties may be the beneficiary of the fallout in next week’s European elections. But the 15-year-old currency union passed its most important test: in its darkest hour, its leaders did whatever it took to hold it together. And no one mattered more than Angela Merkel, raised in east Germany, chancellor of a united Germany and, thanks in part to the crisis, Europe’s most powerful leader.




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