Carlos Sánchez: un bonito artículo sobre el tema de moda cada vez más ruidoso hoy y en el futuro: la desigualdad. Sobre Piketty y esas cosas. Como no le he cogido el aire a Piketty todavía, le rodeo a base de comentarios sobre su "Capital", cuyo título es sin duda provocativo, o bien leo artículos suyos, como éste. Los que no le han leído pero le temen ya le han tildado de comunista. En las primeras páginas de su libro lo desmiente categóricamente. Es un socialdemócrata, un poco franchute, eso es todo. Lo que ya no puede desmentir es algunas críticas a sus métodos. Aquí la última. En Real-World Economic le han dedicado varios artículos al libro.
La desigualdad es una crítica demoledora contra la teoría clásica, neoclásica, austriaca y la síntesis neoclásica-Keynesiana. Es una crítica, además, no contra las políticas de corto plazo, sino de los efectos a largo plazo de la desregulación. Se suponía que los mercados eran neutrales y los agentes súper inteligentes, pero eso se ve desmentido cuando durante décadas se ha producido una redistribución acelerada a favor de los más ricos y en contra de los demás, dale media incluida.
Los clásicos dicen que a largo plazo todo "vuelve a su ser" por la acción individual a través de los mercados. Cada uno recibe una renta igual a su productividad marginal. Si todos parten de la misma dotación de recursos, todos pueden hacerse ricos, a través del ahorro y la iniciativa propia. Si no se parte de la misma dotación, los más capaces serán los que se encumbren en los primeros puestos, y una vez conseguido hará inversiones que darán trabajo y renta a los demás mediante la libre contratación.
Olvidemos por un momento las obvias suspicacias que suscita este maravilloso cuento. Aunque funcionara así -que no funciona así- lo que han demostrado tres décadas de desregulación, sobre todo financiera, es que la brecha entre los de arriba y los demás se ha ampliado, y que la estabilidad es cada vez más rara. A más libertad, menos cumplimiento de la teoría de que cada uno recibe lo que merece. Los salarios reales se han estancado y se han prevaricado. Ambas cosas están íntimamente unidas.
Según dice Carlos Sánchez, Piketty propone volver a una imposición progresiva sobre la renta, con tasas de hasta el 80% de los más ricos. Pero Sánchez tiene razón en una cosa: la desigualdad no sólo se ha desbordado por la desregulación y sus consecuencias, como la bajada de impuestos para poder competir con los nuevos países desarrollados (China, Corea et al), sino por el abandono de servicios públicos con enormes y prolongadas economias externos,como la educación. La educación, esa cosa que hemos tirado a la alcantarilla en España desde la Transición, no sólo está ayuna de recursos, sino mucho peor: esta rota en pedazos por los empeños de unos y otros en ideologizarla. La banderías ideologízantes son varias, si incluimos a los más rabiosos, los,nacionalistas.
Estamos a años luz de retraso sobre el resto del mundo, de países como Finlandia, modélico en esto como en otras cosas. Lo que da miedo es que los recursos públicos puestos a disposición de ONG para la,educación o reinserción social han sido robados por los administradores. Y es que lo malo de España es que el estado se ha corrompido en todos los sentidos, ha sido invadido por incompetentes que tapan su ignorancia con una ideología seudo científica, es un erial de profesionalidad menguante...
Para que se recuperara una mínima eficiencia en España habría que recentralizarlo todo. Sin miramientos. Tiene que haber un sólo criterio que de verdad represente al parlamento. Si este criterio luego se ningunea y se divide en 17 taifas y 8000 municipios, la corrupción moral y material será inevitable. La democracia española está pereciendo por estar muy mal interpretada. Y lo malo es que esa mala interpretación degrada todos los años la eficacia de la función pública. Además, no creo que haga que esperar a salir de la crisis para empezar.
Fuimos demasiado optimistas hace treinta años sobre la capacidad del sector privado para dar servicios con gran se economías externas. El estado no tiene por qué estar presente en la última línea de oferta, pero no puede renunciar a regular y supervisar la calidad de lo que son servicios clave para el futuro.
Los liberales se han quedado en el XIX: los servicios esenciales del estado son la Seguridad interna, la Seguridad externa, los derechos de propiedad... La educación debe ser privada, tanto la oferta como la demanda, como si los padres fueran hechos de la materia de que se compone ese agente racional y clarividente. A medida que el capitalismo ha crecido, se ha hecho más complejo, y él mismo no habría subsistido sin el crecimiento del estado. No lo ha hecho precisamente de manera armoniosa, cierto. Pero su desconstrucción tampoco lo ha sido: al intentar vaciar las aguas sucias, la criatura se ha ido por el desagüe.
La aventura liberalizadora ha salido mal. Es gran parte de la culpa de la crisis financiera, y de la caída de los salarios en los países ricos por la nueva competencia de los países emergentes. Los salarios reales de EEUU se han estancado la deslocalización de líneas de producción que antes se hacían en casa. Lo mismo ha ocaso en todo el mundo. Se suponía que eso abarataría el consumo, al importarse bienes consumo más baratos y de mayor calidad, materias primas más baratas, etc. El sector financiero se ha convertido en un gran aspirador de rentas, en nombre de una dudosa eficacia del mercado financiero. Por ese desvío es por donde han llegado a los que ya estaban arriba una rentabilidad excepcional en pago de una repartición de riesgos que al final se vio totalmente errónea.
Deseegulación + liberalización # mayor eficacia en la asignación del ahorro y de la producción. Desviaciones sistemáticas de renta hacia la improductividad especulativa ocultada bajo productos financieros falsos.
¿Estamos en España preparados para asumir ese profundo giro?
"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James
There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)
domingo, 4 de mayo de 2014
El tema del presente: la desigualdad
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2 comentarios:
La lucha contra la deslocalización y el estancamiento de salarios mediante aranceles, etc. es inútil. Ésa es la finalidad de la globalización; que el exceso del factor trabajo confluya con la abundancia del factor capital (había un modelo en Historia Económica pero no recuerdo de quién).
Si en China hay 700 millones de trabajadores (por ejemplo) el salario mundial tendrá que ajustarse para absorber ese exceso de oferta de trabajo (por eso ser mileurista hoy en día es tener suerte).
Salvo que diferenciemos a nuestra mano de obra como comentas vía capital adquirido en la educación (Japón y Corea del Sur, por ejemplo, es por lo que optaron) el estancamiento/descenso de salarios será imparable.
Y eso sin hablar de que seguimos atados al euro...
España, erial con una profesionalidad menguante (me ha gustado tu descripción). Ergo, con salarios que se van evaporando...
Pues eso. Me parece que no se puede atacar directamente. Tienes que recortar la desregulación financiera; retomar públicamente servicios esenciales como la educación. No puedes pretender recomponer una fiscalidad progresiva, si el capital huye. Estas bastante maniatado por la globalización, que no existía cuando en EEUU el impuesto marginal llegaba al 90%...
Y en España son incapaces de cazar las rentas más altas... Aumentar la progresividad es aumentar la injusticia.
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