Me refiero, claro, a esta foto de reconciliación entre palestinos e israelíes.
¿Cuantas fotos de estas se habrán hecho, con cuantos personajes que de repentes se aman y estarían dispuestos a darse de besos?
Yo recuerdo ésta, que entonces me indignó, quizás porque fuera más joven:
Esta foto demuestra que Aznar tenía un deseo: salir en la portadas de los principales países. Por eso se metió en la guerra de Irak. Por eso convirtió Latino América en una cementerio de multinacionales españolas.
Y por eso montó este estrafalario encuentro en Mallorca, para salir en la foto, como poco después saldría en otra que le dio mal varió: la foto de las Azores, com Durao Barroso de anfitrión.
De los cuatro personajes, dos han desaparecido por la escotillón definitivo, Aznar está en su limbo particular rumiando que no pinta nada, mientras mira obsesivamente el celular, que no se quita de encima ni para hacer abdominales. Sólo Simón Perez esta ahí, como si hubiera alcanzado una profesión digna y lucrativa: llorar y besarse con el palestino de turno.
Estos no se reconcilian ni después de la muerte. Me los imagino en los campos elíseos pegando a tiros y bombazos en la eternidad. Recuerdo en la Gran Conferencia de paz de 199o en Madrid, donde israelíes u palestinos empezaron a agredirse dossiers de su pasado y de los muertos que se debían unos a otros. Un año después, la guerra de Irak.
Pero a veces una foto bien vale una misa. Todas estas fotos, puestas en cadena, son fantasmales, de seres sin entidad, holografías vacías. Todas son distintas y la misma. Una y múltiple.
2 comentarios:
Mike, esa foto me recuerda a un tipejo, Julio Garcia Duran, que se niega a invitar a sus amigos por su ascenso...deleznable!
Sí, xatcmente igual
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