"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 16 de julio de 2014

La vírgenes

Resulta que hoy es fiesta: la fiesta del Carmen, la virgen protectora de los peligros del mar. Mando una felicitación a todas las Carmenes que se me ocurre recordar, que son bastantes. Carmen es un bonito nombre, como otros nombres de vírgenes tan españolas, que han hecho el milagro de la la multiplicidad en una sólo Virgen la verdadera. Ojalá no se pierda ese santuario tan español y de todos.

Decía Miguel Torga, ascético escritor portugués, amante de España, que admiraba a los andaluces porque habían hecho de la religión un paganismo alegre que impregnaba la vida cotidiana. Un politeísmo mirado con el ceño fruncido de Roma, pero que ni roza siquiera la sostiene ortodoxa.

En cambio, a Unamuno -por cierto, fuente de inspiración para Miguel Torga-, no le gustaba esa falta de profundidad, esa ligereza de los andaluces, que estaban en otro planeta muy distinto de sus inquietudes metafísicas, algo que a un andaluz ni se le pasa por el magín. El andaluz llora con alegría ante la Virgen del Rocío, pero no sólo sino rodeado de su familia toda. Unamuno prefiere la soledad de dentro. Si acaso le gustan esos Cristo Castellanos sanguinolentos de Gregorio Hernández. Un uno era un in creyente que ansiaba creer. Es no es un problema típicamente andaluz.

Por eso los grandes místicos fueron de Castilla, no podía ser de otra forma. Sólo el cielo alejado de Castilla, cortado en el ínfimo oro por la tierra yerma, podía dar es extraña gema. Se apropiaron de Dios, le recibieron dentro, y al expresar lo inefable construyeron una lengua inmortal. Santa Teresa, San Juan de la Cruz, san Juan de Ávila, Fray Luis de León, San Juan de Ávila, fray Luis de Granada, todos, fueron sospechosos por la Iglesia de heterodoxia, de judaizantes. Miguel de Molinos, quizás la prosa más exquisita y transparente entre los grandes, murió en Roma después de ser procesado por su iglesia.

Andalucía convierte todas sus inquietudes religiosas en fiesta. Las procesiones de Semana Santa, por muy sólidas que sean. Córdoba, la fiesta de las flores, de los patios. Al final, un paganismo gratificante, dulcificador, que acompaña todo el año y atenúa la dureza de vivir. ¿Atenúa, o esconde, tras esa ininterrumpida cadena de fastos que ocupan la mayor parte del año?

No sé si han caído en la cuenta del gran peso que tienen las mujeres andaluzas a través de la deificación de su centón de vírgenes. Ahí sí que se han sobrepasado todas las cuotas de igualdad de sexos.

Con cierta frecuencia el sesudo socialismo español ha intentado moderar tanto fervor religioso. Ha intentado cambiar fechas, fiestas religiosas por laicas... Claro, eso no se le ocurre a un socialista andaluz. La última, o penúltima, fue el intento de Carme Chacón de quitar una ceremonia militar al Cristo legionario, y una nota o versos, no me acuerdo ya, a una procesión e Toledo, creo que del Corpus. Esfuerzo inútil, que tuvo que envainarse, porque, claro no conoce al pueblo español, que, como todo pueblo, no es maleable a ideologías bárbaras soñada en gélidos países del norte, donde el sol es pálido y la lluvia y el frío abundantes. No hay cosa más ridícula que un español que pretende ser marxista y además nacionalista, y desprenderse de esa incómoda túnica de español.

Soy unamuniano, casi genéticamente, pero en Andalucía me encuentro como pez en el agua. 

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