"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 7 de agosto de 2014

La insoportable levedad del ser

En el Confidencial Digital, me encuentro con esta noticia, que Rajoy ha abroncado a su ejecutiva (ver foto) por que no hacen palmas suficientes al gobierno. Y desde luego que tienen tazón, porque ¿qué es un partido, sino una caja de resonancia del gobierno?

Cuidadín, Rajoy, cualquier día te traiciona la vaciedad del entorno y te quedas sin ver una pelea entre féminas de las que te gustan 
Y en España, ¿qué es el parlamento, sino una caja de resonancia del gobierno de turno? En España todo es resonancia, todo, desde el parlamento, la corona, hasta el Banco de España.

Ahora bien, el partido con más razón, si no, ¿por qué estarían esos seres huecos en la ejecutiva si no es para hacer eso: eco, eco?

Empezando por la izquierda, vean a ese ser insustancial cuál es Carlos Florencio, un paraguas en tiempo de sol. Por qué demonios había de estar ahí chupando de la sopa boba si no es por su torpeza evidente para ganarse la vida? Gracias a eso hemos tenido unas risas de partirse el culo cuando salió don Carlos a explicar el despido de Bárcenas, que está en la cárcel para cubrirles a ellos.

Otro tanto se puede decir, siguiendo hacia la derecha en la foto, de su jefa en el partido MD de Cospedal, nada menos que Secretaria General, o vicepresidenta incluso (no lo sė y me da pereza mirarlo), y presidenta de Castilla la Mancha, comunidad que debe de gobernarse con el mando a distancia, porque a ella, tan ocupada en decir espesuras sonrojantes (véase su espesa intervención en el último congreso del PP), le da tiempo y le sobra. Parece ser que no se lleva bien con la vice del gobierno, Soraya Santamaría, con quién mantiene un duelo a muerte de esos que hacen restallar la inteligencia de las contendientes - o eso se supone, porque es tan elevado de espíritu que apenas nos enteramos los demás.

Lo que esta claro es que a Rajoy (y a mí) le gustaría ver una buena pelea entre hembras de esas que se ven en la pelis guarras americanas, todas rebozándose en el barro hasta las tetas -qué digo, y las pestañas-, con el público tirándoles dólares para que se enconen. Pero se tiene que conformar con dos brillantes mentes femeninas sin piedad; duelo no tan colorido, pero mucho más disimulado para un país maricomplejines, además de no mancharte de salpicaduras de barro y sangre. Si no me creen, piesen que a Rajoy le gusta el ciclismo, que viene a ser lo mismo (se suda igual, y se mancha uno de barro), pero más aburrido.

Ahora paso por encima del siguiente ser insustancial, que me aburre porque yo creo que ya estaba ahí cuando yo nacía a este mundo, y voy raudo y directo a Glez Pons, que me fascina porque es la mejor alusión al título de la novela de Kundera "la insoportable levedad del ser"; título que nunca entendí del todo hasta que conocí al inefable Pons, señorito de pedigree con Sebagos en los pies, un zapato que sólo se vende, y se usa, en la calle Serrano de Madrid. Va atildado hasta sin corbata y con la camisa arrugada: le dejarían entrar así en el Savoy de London. Es tan listo que acuñó es frase que jamás olvidaré, porque resuena en mi cabeza incesantemente y no me deja dormir en estas pesadas noches de ferragosto: "si no existiera el cambio climático, habría que inventarlo (Sic)". Y bien decía Pons, porque eco-logismo viene de eco, que es su auténtica profesión, además, que el tal cambio "permite hacer cosas por la humanidad que de otra forma no se harían" (resic).

el vicesecretario general de Comunicación del PP, Esteban González Pons, ha subrayado hoy que "el cambio climático, si no es verdad, es una buena idea porque nos está permitiendo hacer cosas que deberíamos habernos propuesto hacer en todo caso".
Si no es la sentencia más atinada y certera que he oído en la vida, que venga mi viejo amigo Satanás y me deje sordo.


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