Sostres, cum laudem

Tengo ante mí un soberbio artículo de Salvador Sostres, ese niño travieso de la burguesía catalana. Me tienta a ponerlo aquí. Lo pongo sin más preámbulos. Es una joya:
 

Artur Mas empieza a asumir su fracaso, pero lejos de disculparse, lo que dice a sus personas de confianza es que «había que intentarlo». El president que hace unos meses a todos desafiaba cree hoy que son excesivas las dificultades.

Su desánimo me ha hecho pensar en mi amiga Gloria, que un día quiso probar negro y acudió al Jamboree a ver qué encontraba. Y así que encontró a uno que le gustaba, se lo llevó a casa. Él estaba de pie y ella se sentó en la cama.

–¿Y qué pasó?

–Le dije que se marchara.

–¿Por qué?

–Porque cuando le bajé los pantalones y vi todo aquello, «no m’hi vaig veure amb cor».

Y así Mas tampoco se ha visto con ánimo, ni con corazón, para finalmente hacer lo que tan fácil decía que era cuando se hacía el líder de una nueva democracia. La primera lección es que el president se está rindiendo sin que España haya tenido que moverse. Se rindió el 9 de noviembre, cuando lo tenía todo para desafiar al Estado e iniciar la desobediencia que precede a la independencia; y se está rindiendo ahora con la excusa de que no confía en Esquerra Republicana cuando la verdad es que se ha asustado cuando España le ha mostrado sus atributos, y lo que pesan en Europa.

Yo siempre comprendí a Gloria. Tan convergente como yo en aquellos tiempos, tenía sueños de arrabalera y un alma pequeño burguesa. Y aunque vayamos de calvinistas nórdicos, el resumen de Cataluña está en esta mezcla. En los niños de casa buena, por mala conciencia escritores de poesía social. En Pujol, que se hacía el católico y el biempensante, mientras todos sabían que se zumbaba a su secretaria. Algunos opinan que tanta hipocresía es el colmo, pero ¿qué sería de un país sin biombos?

También comprendo a Mas, pero podía haberlo pensado antes y no confundir un país con una manifestación, ni tener de asesores a nulidades como el asilvestrado Quico Homs, que si un día te lo encontraras en el bosque con un jabalí tendrías dificultades para distinguir a cuál de los dos tienes que esquivar.

Una fantasía sexual cuesta un taxi, pero en Cataluña algunas fibras se han roto para siempre, y algunas amistades. No es la idea de la independencia lo que hay que reprocharle a Mas, sino tan poco ánimo para un afán tan extraordinario, tanta mezquindad para la mucha generosidad que reclama, y esa terrible mediocridad después de las lecciones que en la oposición se atrevió a darnos.

Para soñar bien resulta indispensable saber que hay un precio que satisfacer, y alguien que va a enseñarte su poder. Tras aquella noche, Gloria volvió con su marido.

Lo más probable es que cuando Mas se vaya a su casa, después del 27-S. CiU regrese a su nacionalismo victimista y calculado, con el que siempre pudo mandar en solitario y sin que nunca les faltara de nada.

Y no esta penuria de ahora, con Esquerra a punto de tomar el palacio y un Govern al que no le da ni para tener comprada a La Vanguardia.