Europa atrapada

Con su claridad habitual, Wolfgang Münchau nos explica por qué Europa no puede avanzar ni retroceder. Ni puede devolvernos la soberanía que nos ha robado estérilmente, no puede avanzar hacia un marco económico único con potencia para afrontar los problemas.


Su artículo se centra en la razón por la que Gran Bretaña no va a conseguir reformas importantes de la UE en su dilema con el referéndum. Pero el problema no es solo de Gran Bretaña. El problema es que con cualquier asunto, sea el económico, el financiero, o el de la inmigración, Europa es una asociación de países atrapada en la impotencia.

Münchau cuenta que en junio habrá una cumbre con vistas a mejorar la gobernanza de la UE. Es desolador que la principal medida pospuesta que se ha filtrado sea quitarle poder a la Comisión, pues se juzga que la centralización de las decisiones ha sido mala para la UE. Todo un síntoma del enorme freno a cualquier reforma, porque el poder que le quiten a la comisión es anecdótico, y no va a ser devuelto, por supuesto, a los gobiernos nacionales. La Comisión, otrora omnipotente, ha quedado relegada, gracias al euro, en un servicio de estudios al que no hacen ni caso. El euro es demasiado importante para dejarlo en manos de un organismo multilateral, incontrolado, sin clara dirección, que además debe rendir pleitesía al Parlamento, una "panda de hippies".

El resultado es cada vez más poder para las Cumbres y en los Consejos, en los que Alemania y Francia tienen mayorías imbatibles. Estos dos países, a su vez, se vigilan muy de cerca, y temen que una UE más unida económicamente (con unión fiscal, por ejemplo) desviase poder al otro país. Vuelvo a decir: la UE ha encallado en los arrecifeA de los nacionalismos, que no se peinen vencer así como así.

En suma, Alemania y Francia mandan, pero más para estorbarse que para hacer algo constructivo, y no permitirán, en un futuro visible, reformas que arreglen disfunciones evidentes. La principal disfunción es, por supuesto, la debilidad del euro, ayuno de un apoyo explícito de una unión fiscal que complemente a la monetaria. Los episodios de debilidad en los mercados son perfectamente posibles, porque el BCE está solo ante cualquier brote de desconfianza. Por ejemplo, en cuanto se celebren elecciones en España y sea Podemos el más votado. Algo perfectamente imaginable.

Cameron no conseguirá grandes cesiones, por lo que el referéndum se celebrará y será problemático, no sé si para Gren Bretaña, pero seguro que para Euroa. Ay, perdón, para la UE. Porque legalmente no podrá hacer nada si sale el sí a la salida.

A los demás nos dejara más atrapados aun en la incapacidad de decisión,