"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 15 de junio de 2015

Europa enmarañada (Re)

A riesgo de alargarlo demasiado, he incorporado nuevas voces a este post, matizando algo los argumentos, y reforzándolos con otras opiniones de expertos. Mi resumen es que la negociación ha mermado los argumentos económicos de ambas partes, Grecia y la UE. Las posiciones políticas son ahora mucho más importantes. Grecia se ha equivocado, a menos que tenga un plan pergeñado para dejar el euro y salir airoso. Europa empieza a estar acorralada por les efectos derivados de que Grecia saliera como virtualmente vencedora, pese a la suspensión de pagos.
 
Tony Barber dice en el FT que la posición de Tsypras en la negociación de Grecia con los acreedores le recuerda cada vez más la de Lenin y Trosky en el Tratado de Brest-Licovst en 1918. Entonces, Lenin ordenó aceptar incondicionalmente las exigencias alemanas (que suponían la entrega de la mitad de territorio ruso) para abandonar la guerra y hacer la Revolución. Le salió muy bien, desgraciadamente.
"Striking similarities connect Trotsky’s behaviour in the Bolshevik-German negotiations that preceded the treaty and Syriza’s behaviour in its talks with Greece’s creditors since the party took power in January.
"Trotsky used the peace talks at Brest-Litovsk as a forum to propagandise his message of revolution to the workers and soldiers of Europe, worn out by the first world war. Likewise, Yanis Varoufakis, Greece’s finance minister, and other Syriza policy makers have used the past five months to preach, over the creditors’ heads, to the European public about the need to end "austerity".
Esto invita a ver el fracaso de las eternas negociaciones (ya seis meses) en clave política. El gobierno griego ha demostrado, una y otra vez, con sus portazos, sus propuestas siempre igual de inaaumibles, su desdén por los detalles, ser sospechoso de no querer en realidad ningún acuerdo con los acreedores. Para empezar, supondría probablemente nuevas elecciones y la pérdida del poder. No cree que vaya a conseguir nada que le permita salvar la cara en la negociaciones. Lo que está deseando es el fracaso: suspender pagos, pero culpar de la intransigencia a la parte acreedora, lo que le valdría la posibilidad de usar el victimismo para reforzar su poder y empezar una nueva era fuera del euro y, posiblemente, de la UE (no se puede pensar en una sin la otra).
 
Para Gideon Rachman es una de las interpretaciones plausibles:
 
"The erratic negotiating style of the Greek government betrays the chaos in Athens. In part, this is a reflection of the inexperience and lack of resources of the Syriza team. But the party may also be trapped by the internal politics of Greece. Syriza is a coalition and the hard left of the party is likely to split off if Mr Tsipras is seen to accept austerity in return for a new agreement with Greece’s creditors. The broader electorate may also be none too impressed. Cutting a deal might therefore mark the end of Mr Tsipras’s political career."
Por otra parte, a la UE no le interesa nada ese panorama. Ya ha dicho varias veces que Grecia se queda en el euro, suspenda pagos o no. Pero se puede conjeturar que en realidad lo que quiere Alemania es que Grecia sirva de escarmiento para otros casos - que los habrá.
 
Europa es una ideología, y el euro es la piedra sagrada, y ningún miembro quiere ser acusado de haber sido culpable de su caída.
 
Además, como explica Anatoly Kaleky, -y Varufakis no ha visto-, Europa está financieramente protegida por el QE de Draghi: es muy difícil que haya un contagio del bono griego a la deuda de otros países, si el BCE puede comprar ilimitadamente bonos de los demás:
 

Now Tsipras thinks he holds another trump card: Europe’s fear of a Greek default. But this is a delusion promoted by his finance minister, Yanis Varoufakis. A professor of game theory, Varoufakis recently boasted to the New York Times that "little Greece, in order to survive, [could] bring down the financial world," and that his media image "as an irrational fool… is doing my work for me" by frightening other EU finance ministers.

Apparently, Varoufakis believes that his "sophisticated grasp of game theory" gives Greece a crucial advantage in "the complicated dynamics" of the negotiations. In fact, the game being played out in Europe is less like chess than like tic-tac-toe, where a draw is the normal outcome, but a wrong move means certain defeat.

The rules of this game are much simpler than Varoufakis expected because of a momentous event that occurred in the same week as the Greek election. On January 22, the ECB took decisive action to protect the eurozone from a possible Greek default. By announcing a huge program of bond purchases, much bigger relative to the eurozone bond market than the quantitative easing implemented in the United States, Britain, or Japan, ECB President Mario Draghi erected the impenetrable firewall that had long been needed to protect the monetary Union from a Lehman-style financial meltdown.

En suma, lo que menos inquieta a las partes es la salud económica de Grecia; mas bien salvar la cara ante sus respectivas opiniones públicas. La divergencia entre ambas opiniones - la de Los paises fuertes, la burocracia de la UE, y Grecia- hace posible que se eternice la puesta en escena, que va pareciéndose ya a aquella película del Día de la Marmota. Ambas partes están ganando, o perdiendo, tiempo a ver si la otra parte declara definitivamente rotas las negociaciones: nadie se atreve a dar ese paso, y el paripé vuelve a empezar otra vez.
 
Tyler Durden Nos cuenta el ultimo encontronazo entre Grecia y la UE:
 

What this means is that Greece came to Brussels and presented the same "not serious" proposals Tsipras submitted last week. That is, Athens is willing to deal on fiscal targets and is more than willing to accept free money from the EFSF and ESM (which would be used to pay the ECB on July 20) but is not yet desperate enough to concede to pension cuts or VAT hikes. That means there will be no deal for now and all eyes will turn to a scheduled meeting of EU finance ministers on Thursday.
Lo que se traduce en cada vez menos valor a los ultimátums y otras advertencias que ya pocos se creen. Y las cosas se pueden alargar indefinidamente:



As we noted earlier today (and on countless occasions previously), 'deadlines' and 'ultimatums' are largely meaningless because even if Greece misses its June 30 bundled payment to the IMF, Christine Lagarde would need to send a formal failure to pay letter to the Executive Board. Only then would Greece actually be in default. It’s up to Lagarde to decide when to send that letter and she would have at least 30 days. The set up for EFSF loans is similar, and besides, it seems exceptionally unlikely that either EU creditors or the IMF would put Greece into formal default while a deal is working its way through the Greek parliament, meaning all Tsipras really needs to do is get something on paper that has a chance of flying with Syriza hardliners and get it to the floor before July 20, when a payment to the ECB comes due.In other words: expect more contradictory headlines and more 'ultimatums' next week as this charade continues into its sixth month.
Esto tiene consecuencias para todos, no sólo para Grecia. Primero, el desprestigio de la UE, letal de cara a futuros conflictos, como el de RU y su referéndum. Si no puede con Grecia, un país como RU, con un mandato especifico de su electorado, será duro de roer.

A más largo plazo -pero no mucho: antes de lo que imaginemos- la UE se puede encontrar con un problema griego en España, o en Italia, lo que seria indigerible si no encarrila lo de Grecia (encarrilar = vencer). La política del austerismo ha podrido a los países del sur, y en venganza estos han elegido gobiernos extremistas y anti-europeos. España todavía no, pero va por ese camino: el gobierno actual era el único defensor de verdad de cumplir con Europa (PSOE, uno de los puntales, ha demostrado que no le concierne cuando quiera rectificar será tarde). En todo caso, el gobierno que viene, mucho más débil, seguro que es mucho menos europeo.

Segundo, Grecia se está hundiendo económicamente, perdiendo capital a raudales, los que no parece importar al gobierno ( menos aún a los acreedores). Es de suponer que tiene un plan B para recuperarse cuando les echen de la UE, lo que pasa es que ese plan es de dudosa eficacia, aparte de la necesaria devaluación. Pero para que una devaluación tenga éxito hay que gestionar bien el periodo posterior, tener rigor fiscal y financiero, ganar prestigio crediticio perdido con la suspensión de pagos, lo que no parece ser del agrado de este gobierno.



Tercero, el desgaste acabará revertiendo ineludiblemente en el electorado nacional de los países líderes, especialmente en Alemania, electorado que está pidiendo a gritos que se expulse a Grecia.

Unas líneas directrices que no se encuentran en ningua parte, y que se van a topar con otras venideras, que empiezan a despuntar ya. No puede acabar bien, salvo milagro. Tarde o temprano, Europa tendrá que decidir, si no quiere que Grecia se junte con lo que se le va a venir encima com esperanzas de "torcerle" el bazo a la UE, como lo hizo la pequeña Grecia.



Lo que se puede descartar es que se busque una salida de común acuerdo. Para la UE llegará un momento en que melle menos su prestigio la caída de Grecia que sostenerla a toda costa. Para Grecia, es muy difícil volver mostrando un acuerdo como una victoria.
 

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