"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 10 de abril de 2016

Estado libre asociado

Wolfgang Münchau tiene una curiosa propuesta para la decadente Unión Europea: cuando un país -como Reino Unido hoy en día- se sienta dañado por una decisión mayoritaria, podría declararse "Estaso asociado" y así poder desengancharse de determinadas normas colectivas. Como Shengen. 

"The solution to the Dutch problem — and that of the UK — would be a form of associate EU membership. This would allow centralised decision-making among core members; others would regain some independence from Brussels. Associated member states would be allowed to be detached from central policy areas — the euro, the Schengen free-travel zone, possibly aspects of the single market — while remaining members of the customs union."

Todo ello para evitar el Brexit. No sé, pero me parece descubrir el Mediterráneo. Si cada país pudiera desenganchase de determinados espacios -lo que a mí me parece genial, una vuelta a la Europa de las naciones de De Gaulle- ¿por qué no haberse quedado en la Europa de antes de Maastritch? 

El caso es que los referendums nacionales están saliendo cada vez más negativos para Europa. El centralismo burocrático europeo, y su ineficacia,  ha dado origen a una miríada de partidos de extremas derechas y de izquierdas que amenazan con destruir la civilización que la UE dice representar. Pero el caso es que hemos vuelto, por el camino de la unión -mejor dicho, de la atadura-  a la Europa de los años treinta, aquel desastre que nos trajo la II Guerra Mundial. Una Europa de miseria, de desempleo, y desesperación, caldo de cultivo De luego que los conflictos civiles, como eslespañol (que luego se convirtieron en la II GG por gracia de Hitler), nacieron en una crisis tan parecida a la que padecemos ahora. Y, como entonces, EEUU empezó a salir de la crisis antes que nosotros, y nosotros nos engolfamos en las mismas decisiones y rivalidades de entonces, pero disfrazadas esta vez de venerable unidad. Unidad que no es más que una careta de cartón, detrás de la cual rugen las naciones, a la que la gente se agarra cuando las cosas van mal. Nadie reclama a Europa sino al gobierno que ha votado, porque sabe que entre Europa y la gente hay un vacío. Y ese gobierno es cada vez más débil ante los "nuevos" partidos, lo que hace temprana Europa a su vez. 

Se pueden reclamar valores morales todo lo que se quiera, pero cuando la economía va mal, la gente se vuelve ansiosa y menos delicadamente ética. Es una realidad, y por muy triste que sea, más vale constatarla. 

Quizás Europa se está desintegrando injustamente, por los mordiscos que dan esos nuevos -pero viejos- partidos tan de moda en los años treinta. No sirvió de nada entonces reclamar más ética. 

Ahora bien, lo que propone Münchau... Demasiado tarde. No haber aplaudido con las orejas Maastritch. Demasiado tarde para dar veinte años marcha atrás. Ahora hay que remangarse y resolver los problemas de verdad: refugiados, deudas, políticas económicas suicidas, fragmentación, desorientación, falta de gobierno... Sólo enumerarlos da escalofríos.

La gente cree que los problemas se resuelven solos, como Grecia. Pero Grecia no está resuelto, si deuda sigue viva e impagable. En España la deuda ha seguido creciendo a gran velocidad, y si la sumamos a la deuda futura, es impagable. 


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