"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 30 de julio de 2016

Eclesiastés

Todo es vanidad

 Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. 

Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. 

¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol? 

Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece. 

Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta. 

El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. 

Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo. 

Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír. 

¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol.(Reina-Velera)


Hay cosas que cambian y cosas que no. Yo he visto cosas cambiar, y no ser reconocida por los hombres sabios, que por ello dejaron de ser sabios. 
Una cosa que no he visto cambiar nunca, en cuarenta años de experiencia, es el fracaso de los vanos intentos de los gobernantes de intentar forzar las fuerzas de la economía. La más nefasta ha sido el empeño de fijar los tipos de cambio como signo de seriedad y fortaleza.  ¿Por qué lo han hecho? Por aceptar malos consejos de mediocres economistas. "Señor, les han dicho, controle el valor de su moneda, y todo se le dará por añadidura: poder, felicidad del pueblo, dominio sobre los ciclos de vacas flacas y vacas gordas. ¿Quién puede resistir esa tentación? 
Sin embargo, es una llamada al fracaso a plazo. El signo verdadero de la moneda frente a las demás ha de cambiar forzosamente con los ciclos. Los ciclos son ineludibles. Son fuerza en movimiento no bien conocidas, que los economistas se ha  encargado de emborronar. Esas fuerzas están desatadas tanto por factores reales como factores financieros. Decir que un tipo de cambio fijo se va a mantener incolume ante estas fuerzas, es vanidad de vanidades. 
Al principio, parece funcionar. Véase el comienzo del euro. Todo parecía ir sobre ruedas bien engrasadas. Se asumió que ahora, con la misma moneda, ya no importaban los desequilibrios se balanza de pagos (lo que no dejaba de ser arrogante, porque la moneda no abarcaba al mundo entero).
Como profesional he asistido al fracaso sistemático de todos los intentos de fijar el tipo de cambio con el fin de atraer capitales con la promesa de que siempre iban a recibir, cuando quisieran salir, exactamente el mismo precio por sus capitales en su moneda de origen. Vanidad de vanidades. 
Al principio funciona, porque aplicas una devaluación antes de fijar el tipo de cambio. Es decir, devalúas, haces tus productos muy competitivos, y por ende, a los productos que fabricarán  los capitales exteriores van a instalarse aquí para aprovechar ese nuevo precio ventajoso frente al extranjero. Y se produce un arreón de optimismo, todo sube, la economía crece, los precios también. El gobierno usa y abusa de la ventaja obtenida acumulando reservas exteriores; está obligado, para sospeche empleo tipo de cambio contra la fuerzas que ahora lo empujan a apreciarse. 
Hincha pecho, les dice a sus votantes: "mirad, el paro está más bajo que nunca, estamos creciendo como nunca, y se están haciendo más viviendas que ñas ue jamás se han hecho". No dice que el precio de esas viviendas sube y sube, porque el crédito es barato y abundante, gracias a las entradas de capitales. Ganan elecciones. O no, porque es un país como China, donde hay una dictadura. 
Pero los ciclos son ciclos, es decir, vienen y van. El aleteo de una mariposa en una esquina del mundo, o la subida de tipos de interés de un país lejano, como EEUU, empieza a dificultar mantener posiciones de riesgo en el resto del mundo. Se enfrían las entradas, empeoran las salidas de capitales. Los precios han subido tanto, que el tipo de cambio inicial ya no es competitivo. Aumenta el déficit de balanza de pagos a niveles astronómicos, pero "no importa" dicen "estamos en el euro". Cuando el problema es precisamente que estando en el euro, que nos impide reponer el equilibrio interno/externo. 
A todo esto hemos acumulado un deuda externa inmensa, debido a las entradas de capitales. La solución sería devaluar -que reduce el coste salarial rápida y eficazmente - renegociar la deuda, atraer nuevos  capitales por la bajada del coste interno, y volver a poner la economía en marcha y crecer. Otros, los "liquidadionistas", dicen que lo mejor es liquidar todo, lo bueno y lo malo. Que el euro ni tocarlo, porque es el "futuro". Y nada de políticas fiscales anti cíclicas, ni siquiera estabilizadores automáticos, lo menos que se puede esperar para transferir el coste del ajuste del sector privado al público, el único capaz de diferir en el tiempo y suavizarlo. 
Toda esta confusión de confusiones se basa en un concepto erróneo de la naturaleza humana, que dice: "el hombre básico es racional, y se ajustará igual por el camino duro que el blando". Nada más falso. Por ejemplo, una persona, o millones, que pierden su trabajo a los treintaitantos años, y pasas siete ocho años en paro, y no tiene niguna esperanza de entrar de nuevo en el mercado de trabajo a los casi cuarenta porque nadie le quiere? Y así millones. Esto produce un efecto llamado histeresis, que dice cuanto más dura el paro, más aumenta. Se van acumulando capas de parados que llega un momento que no tienen salida. Ni ayuda al desempleo, por cierto. 
Y esta es la gran mentira que hay que denunciar, ahora que el FMI ha entonado la autocrítica, y ha dejado desnudo al rey del cuento. 
Hay que denunciar, hay que exigir cambios, no es excusa que la mayoría de la gente no sepa economía ni le interese. Hay que saber que el malestar social y la debacle política de los populismo tienen una razón explicable. 
Repito: nunca he visto una historia de tipo de cambio fijo que no se haya desarrollado así: euforia, desequilibrios acentuados por el tipo de cambio fijo, caída y una de dos/ levantarse y sacudirse el polvo, renunciando a lo imposible, o seguir cadavérico hasta el final. Créanme NUNCA. O el gobernante controla a TODAS las fuerzas que determinan el tipo de cambio, lo que obviamente es imposible, o se hace el más espantoso de los ridículos. 


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