Aquí, el resultado de una conversación que mantuve con mi amigo Mario, sobre el último dato de PIB. Sostengo que el gobierno ha tenido la inmensa suerte de no ser penalizado por Europa, y ya dije que eso se podía enlazar con lo que dice AE-P de que se huele una actitud de rendición ante el fracaso del austerismo, lo cual se traduciría en más impulso fiscal de los principales países, lo que a su vez daría un chute a la economía que podría ampliarse en 2017. Eso sería la derrota del dogma del euro, y por otra parte la única manera de mantenerlo vivo. Sí, amigos, el euro será querido y estimado por el pueblo porque consienta en cada país i) la inflación compatible con el pleno empleo, ii) flujos de capital de norte a sur, iii) revisión de las deudas de algunos países que obviamente no pueden pagar.
Esto es obvio que enlaza con el mea culpa del FMI algo que abre más puertas a un cambio de paradigma. Menos Lucas y más Keynes. Quizás me equivoque. Es un rayo de esperanza, que esperemos no llegue demasiado tarde.
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