"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 3 de octubre de 2016

Sobre el libro de Guindos

Una vez leído el libro de Guindos, que se hace rápidamente por su brevedad, me reafirmo en que es una fuente de información sobre la crisis en España y las estrechas coordenadas en que nos movimos. 
Las coordenadas las habían estrechado en el tratado de Maastritch, instalando el euro y robando la soberanía monetaria a los países miembros. Eso, con la anuencia entusiasta de la izquierda socialdemocracia, que no se daba cuenta que con el euro empezaban a cavar su propia fosa, como es patente en España y en muchos otros países. Hoy la izquierda moderada está caput, por querer jugar a grandes aventuras constructivistas europeas. Como lo está Europa, pobre. 
Guindos ha sido declaradamente a favor del euro, como pude comprobar cuando era Director General del primer gobierno de Aznar y casi me mata al ladridos proque presenté un papel en el que ponía en duda la idoneidad de España para el euro. En el libro hace lo mismo, pero al menos en sus comienzos tiene el desliz de reconocer que:

No era para menos. La tormenta que se cernía sobre nuestras cabezas, elevada a categoría de ciclogénesis, se había formado con la combinación de casi todos los males posibles en el ámbito económico. Las tres crisis —fiscal, financiera y económica—se habían puesto de acuerdo para presentarse a la vez como producto de una burbuja inmobiliaria y de crédito, más la pérdida de competitividad derivada de una política económica dramáticamente errónea. Era la primera vez en nuestra historia económica moderna que los tres pilares se tambaleaban a la vez. En democracia habíamos vivido la crisis del petróleo, la crisis financiera o la crisis fiscal, pero por separado y con la peseta como moneda «autónoma». Se podían utilizar distintos resortes y muy especialmente la devaluación. Pero dentro del euro, no hay posibilidad de atajos, al tiempo que aumenta el umbral del dolor. Con estos mimbres nos enfrentamos nada más llegar a una gravísima y profunda recesión que se prolongó durante seis trimestres más y a una crisis que, a día de hoy, aún no está superada del todo. En realidad, la economía española apenas había conseguido levantar cabeza desde el tercer trimestre de 2008.

Enhorabuena por reconocerlo al cabo de ocho años de crisis, don Guindos. Pero  hay que reconocer que dentro de esas coordenadas endurecidas por el error de Maastritch, la gestión de Guindos, con todos los errores, ha evitado la intervención de un rescate completo en España. Había una razón más, que él mismo reconoce: no había dinero suficiente para rescatar a un país como España. El rescate bancario Nos costó 50 mil mm €; el de España nos hubiera aumentado la deuda en diez veces más, un mínimo de 500 mm €. Ahora tendrías una deuda añadida en un 50% del PIB. 
Aparte de las condiciones draconianas que nos hubieran exigido, y que hubieran acercado de verdad a Podemos al gobierno, el rscate, como se ha visto en Grecia, no garantiza la salvación del país. 
Porque  o había dinero -y eso Guindos lo usó como arma arrojado a contra sus colegas europeos- y porque no se deseaba meter a España en un brutal ajuste, Guindos hizo bien su trabajo. Ese trabajo que se llama gestión pública, y que se diferencia de la superioridad ética de la izquierda en que es más ética, porque tiene en cuenta las coordenadas en que se mueve. Para mí no cabe duda que lo primero para actuar éticamente es reconocer tácticamente el campo de batalla y tus limitaciones. 
Obsérvese la diferencia con la Gran Estrategia del hueco Pedro Sánchez, cuyo objetivo máximo era NO y NO a Rajoy y a la derecha. Pueril. La izquierda necesita un autor que le escriba un papel, como aquellos personajes de Pirandello en busca de un autor, porque parece - o es - una marioneta en manos del azar. 
Gestión versus Puerilidad antojadiza. ¿Donde se pone la ética?

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