"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 11 de noviembre de 2016

Dinero y nación. Credibilidad nacional e internacional

Mervin King sobre el dinero y su relación intrínseca con la nación. (De "El fin de la alquimia", altamente recomendable).

 

"La legitimidad democrática se ha construido a lo largo de los años, en parte gracias a una mayor transparencia y responsabilidad, y funciona a nivel nacional. No está nada claro, sin embargo, que cualquier mandato democrático pueda funcionar a un nivel supranacional. El intento de romper el vínculo entre el dinero y las naciones ha estado siempre plagado de dificultades. 
"Compartir una moneda significa agrupar soberanía monetaria aceptando un único tipo de interés oficial en toda la unión—. Lo restrictiva y costosa que sea esta limitación depende del grado al que los países elegirían tipos de interés diferentes si fueran libres para hacerlo. Si un país desea subir tipos porque la demanda es fuerte y podría elevar la inflación—y otro quiere bajarlos porque se enfrenta a una demanda débil, que presiona a la baja la inflación—, entonces surgirán las tensiones entre los miembros de la unión monetaria. Esos «impactos asimétricos» a la demanda requieren, dentro de la unión, un mercado de trabajo flexible que comprenda a toda la zona de tal forma que la mano de obra pueda moverse con facilidad desde un país con poca demanda de ella hasta un país donde la demanda sea alta. 
"En cambio, conservar una moneda independiente significa que es posible usar movimientos en el tipo de cambio para coordinar en términos de divisa extranjera los cambios en los salarios y precios domésticos que sean necesarios tras las conmociones en la competitividad, así como para responder a una caída local en la demanda. De esa forma es posible evitar las altas tasas de desempleo que podrían de otro modo ser necesarias para reducir los precios y salarios en moneda doméstica en una economía de mercado descentralizada. La experiencia del período de entreguerras en toda Europa demostró que los tipos de cambio eran más efectivos que los edictos gubernamentales o el empleo masivo para coordinar la necesaria reducción de salarios reales. 
Las zonas monetarias «óptimas» comprenden países o regiones que experimentan impactos similares y tienen un mercado de trabajo único. También comparten una actitud similar hacia la inflación. Estos aceptan la elección de un objetivo de inflación media de largo plazo, decisiones sobre la contrapartida entre inflación y empleo en el corto plazo, y credibilidad a juicio de los mercados en la consecución de esos objetivos. Lejos de ser únicamente económicos, esos factores son altamente políticos. Así que no deberíamos sorprendernos de que las disposiciones monetarias se determinen tanto por factores políticos como por factores económicos. El dinero y las naciones son ambos instituciones sociales importantes con una larga historia. Como ha escrito la historiadora Linda Colley, los Estados nación son: [...] creaciones sintéticas y sujetas a cambios, y la mayoría han sido el resultado de conflictos violentos en alguna etapa [...]. A fin de persistir y cohesionar, los Estados normalmente requieren instituciones políticas eficientes, un grado de bienestar material, medios eficientes de defensa contra enemigos externos, mecanismos para mantener el orden interno y, muy frecuentemente, alguna clase de sustento ideológico o religioso. 
"Prácticamente lo mismo podría decirse del dinero. Como expresó John Stuart Mill en el siglo XIX,  «todavía sigue habiendo tanta barbarie en las transacciones de la mayoría de las naciones civilizadas que casi todos los países independientes eligen afirmar su nacionalidad manteniendo, para su propia inconveniencia y la de sus vecinos, su propia moneda peculiar». 
Como para ilustrar esta afirmación, el 14 de noviembre de 2014, el grupo extremista militante Estado Islámico anunció que pretendía emitir su propia moneda, compuesta de monedas hechas de metal precioso, para ayudar a crear un nuevo país el califato. No pocas veces, la fuerza fue el factor que ocasionó el dominio de imperios y su posterior destrucción, creando nuevos Estados nación en el proceso. 
"Es importante no ver las naciones o el dinero como fijos. Gran parte de lo que ahora damos por hecho no era evidente en épocas anteriores ni debemos limitarnos a mirar sólo por el cristal de atrás, sino que debemos imaginar también que miramos por el parabrisas para tratar de entender qué determinó la creación de monedas y de las naciones en las que se usaban—. Ha habido una expansión notable del número de países en el mundo durante el período de posguerra. Hoy día, existen 196 países en el mundo (los 193 miembros de la Organización de las Naciones Unidas más Kosovo, Taiwán y el Estado de la Ciudad del Vaticano) y 188 miembros del Fondo Monetario Internacional. Y existen alrededor de 150 monedas en uso en esos países."

La credibilidad monetaria no deviene de unas instituciones, por muy bien que se crean diseñadas (BCE), sino de un conglomerado bien articulado de ellas, en el que casi nadie piensa pero sabe que está ahí, y es difícil que el salto de la nación a la supranacionalidad sepa tener en cuenta todos los problemas que conlleva. Nick Rowe: "cuando se crea una moneda, o se crea una nación o se crea un problema". El euro será un problema mientras Europa no sea una nación. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena reflexión. El problema es que la nación europea todavía no existe, y reducirnos a la nación española me produce tremenda desconfianza por sus políticos e instituciones y, en última instancia, la mediana conciencia democrática de sus gentes.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Eso pienso yo.